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La deforestación más allá de las cifras

El tema de la deforestación no se ha apartado de la agenda mediática ni social del país, sin embargo, existen muchas interpretaciones acerca de las cifras reales de este terrible delito.

Gran Alianza
5 de marzo de 2019

En torno al número de hectáreas pedidas unas organizaciones dan unos números, otras las descartan y dan nuevos datos, estas discusiones (que no son nuevas) se dan, en parte, por el acceso amplio a la información que se tiene derivado de las imágenes satelitales, en otros casos, por las denominadas fake news o noticias falsas, muchas de las cuales corren sin control. Lo fundamental está en la buena medición y el monitoreo de las variables ambientales que se realicen sobre este tema crucial, pues este es el cimiento para definir políticas públicas con soluciones que permitan controlar la deforestación.

La cifra oficial que cada año publica el Instituto de Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) es suficientemente buena. Eso no quiere decir que no se tenga espacio para mejorías. Una de ellas tiene que ver con aspectos metodológicos para darle espacio a variables como bosques naturales manejados bajo planes de ordenación, áreas de restauración pasiva y activa y la información de monitoreo étnico y comunitario. Esto para mencionar solo algunos ajustes que se requieren para así ofrecer un dato final de tasa neta de deforestación aún más robusto que el actual.

Estamos a poco tiempo de conocer la tasa oficial de deforestación en Colombia para 2018 que será publicada por el Ideam. Es un momento oportuno para darle una mirada al informe de deforestación de 2017. No sobra revisar un poco la historia del comportamiento de esta cifra. Las evidencias muestran que la deforestación pasó de aproximadamente de 600.000 hectáreas/año en la década de los noventa, a 300.000 – 400.000 hectáreas en la década pasada. En la actual década la tasa de deforestación ha disminuido a un promedio de 159.000 hectáreas. Pero hoy la ambición de reducción de la deforestación es mucho mayor y en eso los promedios no ayudan y las amenazas  a los bosques naturales son enormes y sin precedentes. Es por eso, que después de llegar a 120.000 hectáreas en el año 2013 y 124.000 en el 2015, la deforestación aumentó a 178.000 en 2016 y 219.000 en 2017.

Según el Ideam, la Tasa de Deforestación del año 2017 se explica en un 50% por el acaparamiento de tierras y la usurpación de baldíos de la nación para pasturas y ganadería, un 22 % en cultivos ilícitos y el resto por infraestructura, minería ilegal, etc. Hay que ponerle mucha atención a los incendios forestales. Hay una coincidencia de zonas con puntos de calor detectados, con incendios forestales y deforestación. Esta zona de coincidencia (traslape) aportó el 62% de la tasa total de deforestación en 2017, llegando a 136.000 hectáreas. Otro dato importante es que esta problemática se duplicó en la frontera amazónica, específicamente en cuatro departamentos y 25 municipios que concentran 75% de la deforestación total en el país.

En medio de todo, se evidencia una pista positiva, la deforestación disminuyó más de la mitad en la región del Pacífico, un 54 % (15.500 hectáreas). En la región Caribe se presentó una disminución del 36% (8.900 hectáreas). Igualmente, hubo reducción en la región Andina en un 20% (8.800 hectáreas) y en la Orinoquia prácticamente se mantuvo en los mismos niveles. En estas regiones se logró parar o disminuir la deforestación. Esos resultados deben analizarse y entenderse bien.

La lucha contra la deforestación es un esfuerzo de largo aliento. Las soluciones implican un buen entendimiento del problema en este nuevo escenario del país. Cabe señalar que el descenso de la tasa de deforestación registrada a principios de esta década permite inferir que el país sí puede llegar a tasas de deforestación neta cero en 2030, claro, solo si se utilizan correctamente y en la secuencia adecuada las capacidades existentes y se crean nuevas herramientas para responder a los cambios de los escenarios tanto regionales, como globales que inciden en la pérdida de bosque natural y biodiversidad.  

No hay duda de que una de las estrategias determinantes tiene que ver con la conciencia y acción ciudadana sobre la importancia de los bosques naturales y la biodiversidad. En el radar de la opinión pública debe estar la constante amenaza que representa la deforestación y la necesidad de protección prioritaria del patrimonio natural de país. Iniciativas como la Gran Alianza Contra la Deforestación van por el camino correcto.

* Fellow Investigador, CLALS, Universidad American en Washington, DC, Exministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible (@LuisGMurillo)  

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