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La irresponsable y ciega oposición de Uribe

No deja de sorprender que un expresidente revele información de alta confidencialidad.

Óscar Sevillano
8 de abril de 2013

Puede uno no estar de acuerdo con la manera en cómo se le está dando curso al proceso de paz con las Farc, de hecho se puede mantener desconfianza en el grupo armado ilegal, pero eso no otorga ningún derecho a ningún jefe de la oposición, en este caso al expresidente Álvaro Uribe Vélez, de dar a conocer información que puede poner en riesgo la seguridad y el orden público en todo un país. 
Me pregunto, ¿qué hubiese hecho el exmandatario, mientras estuvo en la Presidencia, en el caso de que a Piedad Córdoba le hubieran llegado detalles de la operación Jaque que puso fin al cautiverio de Ingrid Betancourt y demás personas liberadas? ¿Ésta la hubiese dado a conocer? No me cabe la menor duda de que hubiese buscado la manera de ponerla tras las rejas y de paso extraditarla a los Estados Unidos.

Por tanto no deja de sorprender que un expresidente revele información de alta confidencialidad, cuando entre otras, el mismo fue víctima de filtraciones. Recordemos que como primer mandatario tuvo que sufrir una crisis de ira, cuando en enero de 2003, se tuvo que abortar el despliegue que llevó seis meses de inteligencia y seguimiento militar, por cuenta de Noticias RCN, quien emitió un flash informativo, que reveló detalles de la Operación Gato Negro II, con la que cerca de 150 soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido, una flotilla aérea integrada por helicópteros artillados de la FAC, helicópteros de apoyo del Ejército y aviones de combate de la FAC, tenían como misión dar con la captura o baja en combate de Alías el Negro Acacio, quien para ese entonces era uno de los más temidos cabecillas de las Farc.

En ese mismo sentido, no se entiende este modo de proceder del exmandatario. Puede ser que no esté de acuerdo en que se dialogue con el grupo armado ilegal, pero ¿eso le da derecho a revelar este tipo de información, cuando el tuvo que padecer este mismo problema?, y sobre todo, ¿hasta dónde piensa llegar con tal de no permitir la firma de un proceso de paz con las Farc? 

Nadie niega el mal que este grupo armado le ha causado a miles de colombianos, entre ellos al mismo exmandatario, quien tuvo que sufrir el asesinato de su padre a manos de esta guerrilla, pero eso no le da derecho a pretender arrastrar a todo un país que desea acabar con una confrontación armada que se salió de sus proporciones, a sus odios personales. 

Todo el país reconoce los esfuerzos de Álvaro Uribe durante sus ocho años de gobierno, para que las Fuerzas Militares retomaran el control en gran parte del territorio nacional, y entiendo que es esa gran ventaja en el campo de guerra que ha tomado el mando castrense, que hizo que el presidente Santos estimara que había llegado el momento de explorar unos diálogos que permitieran llegar a la firma de un acuerdo de paz. Porque entre otras, sostener una inversión para la guerra, que hoy se encuentra en más del 4% del PIB, en el mediano plazo va a ser imposible. Por tanto no se entiende ese propósito desmedido del exmandatario, de pretender que a cada segundo se ejecute un bombardeo o se de baja a 10 guerrilleros para que este señor y quienes conforman su guardia pretoriana estén contentos.

Puede uno no estar de acuerdo con que los comandantes de las Farc, hagan política libremente, sin pagar ni un solo año de cárcel; puede también desconfiar de la actitud del grupo guerrillero, quien tiene a sus jefes en la Habana hablando de paz, mientras la mayor parte de este, se encuentra en Colombia asesinando soldados y hostigando a la población civil en municipios y veredas. Pero no por esto se debe hacer una oposición destructiva, mucho más cuando se tiene “rabo de paja” como popularmente se dice. O es que acaso ¿al expresidente ya se le olvidó que como primer mandatario, tuvo que ayudar a gestionar el levantamiento de órdenes de captura a los jefes de los paramilitares para que fueran a hablar y ser aplaudidos por una mayoría de congresistas arrodillados a sus intereses?. Hasta donde entiendo aquí también estamos hablando de una banda de criminales y asesinos que masacraron poblaciones enteras, desaparecieron personas, reclutaron niños y desplazaron a colombianos de bien. 

Parece también que al exmandatario, en medio de su oposición ciega e irresponsable, se le olvidó que en su válida intención de desmovilizar a las AUC, quiso permitirles el acceso a la política a los jefes de las autodefensas, sin que tuvieran que pagar cárcel por delitos de lesa humanidad, hecho que se plasmó en su primera propuesta de Ley de Alternatividad Penal, que tuvo que cambiar gracias a la presión de la comunidad internacional y las organizaciones de Derechos Humanos, quienes le tuvieron que recordar que habían unas víctimas que no se podían desconocer.

Que no venga entonces el expresidente Álvaro Uribe a dictar lecciones de cómo llevar a cabo un proceso de paz, luego de que como primer mandatario reprobó el curso, al igual que Andrés Pastrana con sus diálogos en San Vicente del Caguán, y mucho menos a ejercer una oposición irresponsable, como lo que pretende hacer, no solo arrastrando a los colombianos hacia sus odios y sed de venganza personal, sino también revelando información altamente sensible para el manejo del orden público nacional.

@sevillanojarami

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