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COLUMNISTA INVITADO

La opción de las víctimas es la paz

Las víctimas no sólo se expresan desde su intuición, sino desde su larga experiencia y, actúan valorando históricamente lo que está en juego.

Semana.Com
13 de junio de 2014

Juvenal Arrieta es Secretario General de la ONIC, él como su madre y sus abuelos no han conocido un solo día de paz.  Han sufrido secularmente todas las formas de opresión, discriminación y de exterminio. Cuestionan de Santos su “locomotora minero-energética” y la promoción de los tratados de libre comercio, que saben muy bien amenazan su supervivencia;  pero llaman a votar por Santos, porque las balas se imponen sobre la palabra y sus derechos.

Afirma Norman Quintana, sindicalista del Putumayo,  que ha sufrido dos atentados contra su vida, al ser considerado aliado del terrorismo por las FFAA: Los que no sienten la guerra en las ciudades, los que no derraman su sangre, ni están dispuestos a que sus hijos la derramen,les es indiferente quien gane este debate electoral. Sabemos quien es Santos y lo que representa. Se pregunta ¿pero es que acaso no son conscientes, de lo que representa Uribe-Zuluaga, la corrupción extrema, el militarismo a ultranza, la guerra sin fin? Toma su rostro entre sus manos y mira sin ver un horizonte de tristeza.

Aida Avella, dirigente de la Unión Patriótica,  quien sufriera un atentado con un rocket en plena autopista de Bogotá, luego de asistir semana tras semana al sepelio de sus camaradas, tuvo que exiliarse más de quince años,denunciando en las Naciones Unidas el genocidio contra su movimiento político. No adhiere a Santos, pero llama a votar por él, convocando a una movilización popular para derrotar al “Uribismo guerrerista”.  Se pregunta ¿no es una obligación de nuestras conciencias detener el fascismo?

Alfonso Mora, es un ex sargento del ejército que combatió las guerrillas. Su hijo fue señalado de ser miliciano de las FARC en Bogotá y resultó detenido, torturado y quemado vivo por miembros de la Sijin. Don Alfonso hace parte del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, se ha jugado la vida para hacer avanzar la causa de la justicia. El rencor de su corazón lo cambia por la paz, está dispuesto a perdonar a los verdugos de su hijo si se arrepienten y, acepta una pena alternativa para los responsables. Votará por la paz, porque no quiere que los hijos de los pobres sigan muriendo en una guerra sin fin.

Las madres de Soacha, cuyos hijos se los tragó el régimen de Uribe Vélez, por sus exigencias de medir resultados de la guerra en litros de sangre; aunque han cuestionado duramente a Santos y a su ministro de Defensa, por todas las prebendas de que han gozado los asesinos de sus hijos,  invitan a votar por el presidente candidato,  porque intuyen lo desastroso que sería para el país que Uribe vuelva a gobernar por interpuesta persona. 

Piedad Córdoba Ruiz, quien fue secuestrada y condenada a muerte por los paramilitares, por su lucha de toda la vida por la paz de Colombia, víctima como nadie del matoneo mediático y otras formas de persecución orquestadas por el régimen uribista; aunque el presidente candidato no es santo de su devoción, invita a votar por él, porque lo que está en juego no es solamente la paz y la democracia en Colombia, sino el futuro mismo de Latinoamérica.

A Gustavo Petro Urrego, luego del debate parlamentario que promovió para develar los nexos de la clase política con el narcoparamilitarismo y la cercanía de los mismos con el “presidente más popular de todos los tiempos”; le mataron sus cuatro perros, le amenazaron de muerte y lo convirtieron en uno de los principales “blancos” de las operaciones ilegales del DAS.  Habiendo sido guerrillero  conoce el precio de la paz, por ello sus colaboradores más cercanos, renunciaron al Gabinete para apoyar la reelección de Santos. 

Iván Cepeda Castro,  hijo del último senador de la Unión Patriótica inmolado por el terrorismo estatal, Manuel Cepeda Vargas;  conoce como pocos los devastadores efectos que produciría el que Zuluaga-Uribe ganen estas elecciones, por ello no vacila en impulsar que la ciudadanía no permanezca indolente en las elecciones del 15 de junio y a que el voto por Santos sea el voto por la paz.

A Alirio Uribe Muñoz, defensor de derechos humanos,  le expurgaron la basura para saber que comía, que bebía, que escribía,  se le metieron a la casa y le persiguieron los hijos; lo siguieron en Colombia y en el exterior le hicieron perfil sicológico y lo valoraron como incorruptible.  Más de cinco mil folios de la operación Transmilenio del DAS, develan gran parte de lo que intentó Uribe Vélez para destruirlo y destruir su organización. Ahora parlamentario electo, Uribe Muñoz,  concluye que no hay otra opción que votar por la paz.

Estas víctimas no sólo se expresan desde su intuición, sino desde su larga experiencia y,  actúan valorando históricamente lo que está en juego. Han sido y seguirán siendo críticos de Santos. No llaman a votar por el presidente candidato, para entregarle un cheque en blanco. No hacen campaña del miedo, aunque sienten un gran temor, no por ellos, porque se han jugado su libertad y su vida a lo largo de su existencia; tienen miedo de lo que pasará con Colombia y con la región si gana Uribe-Zuluaga.

Comparto con ellos esta preocupación profunda, mientras recibimos con esperanza el acuerdo de la Habana de respetar los derechos de las víctimas. De que no habrá intercambio de impunidades. La paz no depende de una persona.   El modelo socio-económico de Santos no favorece los derechos humanos de las mayorías; pero necesitamos parar la guerra para fortalecer la democracia y en este escenario luchar para que se consolide el Frente Amplio por la Paz, la Democracia y la Justicia Social, que hará viable la transformación de Colombia en el respeto integral de los derechos humanos, la dignidad individual y colectiva.

*Defensor de derechos humanos.

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