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La reelección y Wall Street

Lejos de quienes le atribuyen al mandatario un carácter providencial, los analistas financieros no creen en las bondades de cambiar las reglas con nombre propio.

Daniel Coronell
7 de junio de 2008

Los promotores del tercer período del presidente Uribe sostienen que sin él desaparecería la confianza de los inversionistas extranjeros. Según los re-reeleccionistas, la presencia de cualquier otro inquilino en la Casa de Nariño podría causar una desbandada de capitales con terribles consecuencias para la economía colombiana. Sin embargo, algo bien distinto piensan las personas que se ocupan del tema de Colombia en las compañías de inversión y en las calificadoras de riesgo en Estados Unidos.

Ellos reconocen los logros de la administración Uribe en materia de seguridad y el impacto positivo que estos han tenido en la percepción de los inversionistas internacionales. No obstante, consideran que la continuidad de las políticas no puede depender de un hombre y que, a mediano plazo, su perpetuación en el poder puede ser un problema para Colombia.

Los analistas financieros de las grandes casas de Wall Street, siempre prudentes en sus declaraciones, dejan ver su preocupación por la implantación de un modelo caudillista, que pone a depender la institucionalidad de una persona.

Una de las opiniones que consulté para escribir esta columna es la de Richard Francis, analista de la calificadora Standard and Poor's. Una compañía con prestigio mundial que recomienda inversiones y evalúa el nivel de riesgo de los mercados. Cuando Standard and Poor's mejora la calificación de un país o de una empresa, hay celebración porque casi siempre esto antecede la llegada de capital.

Francis asegura: "El presidente Uribe ha hecho cambios para el bien de Colombia, mejorando la seguridad y levantando la confianza en el país. El crecimiento económico ha ido en alza, como resultado de eso. Es entendible que él quiera que sus políticas continúen. Sin embargo, Colombia es un país democrático con instituciones fuertes, pesos y contrapesos. Un tercer período presidencial podría debilitar la independencia institucional y dañar las perspectivas futuras. Colombia tiene talentosos líderes que podrían continuar con las políticas de Uribe".

La continuidad de las políticas de Uribe, pero sin Uribe, parece ser la fórmula de quienes recomiendan inversiones en Colombia.

Alberto Ramos es el economista senior para América Latina y vicepresidente de Goldman Sacks, una de las compañías de banca y manejo de inversión más importantes de Wall Street y del mundo, según él: "Lo ideal sería encontrar otro líder fuerte y creíble, que no sea el mismo Uribe, y que se propusiera continuar con las políticas económicas y de seguridad que él ha implementado. Pero si no existe esa persona habría que pensar en un tercer período de Uribe. Me gustaría que en Colombia existiera un grado de madurez política y de consenso para encontrar esa opción de continuidad. Eso es lo que fortalece a las instituciones".

Lejos de quienes le atribuyen al mandatario un carácter providencial, los analistas financieros no creen en las bondades de cambiar las reglas con nombre propio.

Elizabeth Morrisey, alta directiva de Kleiman Internacional, especialista en banca emergente y seguridad de mercados, afirma: "Se deben mantener sus políticas porque está haciendo cosas buenas, pero no las tiene que ejecutar la misma persona. No es una buena idea cambiar la Constitución para hacer que un presidente se elija por tercera vez. Es lo que está pasando con Rusia y Putin. Colombia necesita una transición pacifica y tranquila".

A la 'confianza inversionista' lo que más le sirve es la estabilidad de las normas, empezando por la Constitución. Lo demás son ambiciones personales.

SOLIDARIDAD: Mientras sigue prófugo Álvaro Araújo Noguera, el columnista Alfredo Molano tiene que afrontar una absurda denuncia que está dirigida no sólo contra él, sino contra la libertad de opinión.

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