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La saga de los (Escobar) Gaviria

No soy tan bueno como el pincher para los repartos, pero tengo avanzado el elenco que interpretará ‘José Obdulio, el primo del mal’.

Daniel Samper Ospina
2 de junio de 2012

Esta semana tengo un sueño: que conviertan en saga familiar la serie sobre Pablo Escobar para que, luego de que el capo caiga muerto sobre un tejado, la historia continúe con la vida de otro miembro de aquella célebre dinastía: estoy pidiendo, cómo no, que la segunda parte de Escobar sea sobre mi maestro José Obdulio, el sobreviviente de los Gaviria.

A ustedes les consta que soy un uribista de los de siempre: de los que hace yoga sin camisa, como Tomás, y se alivia en las materas, como Yidis. Y si conseguimos que Caracol monte una segunda parte con mi maestro José Obdulio en el rol protagónico, el uribismo volverá a ponerse de moda, como es mi sueño.

No soy tan bueno como el Pincher Arias para decidir los repartos, lo reconozco, pero tengo avanzado el elenco que interpretará José Obdulio, el primo del Mal. Santos será interpretado por su primo Danilo, Danilo Santos, a quien ya le están inyectando Botox en cada párpado para tal fin. Margalida Castro hará de Tutina. El Paparazzito y Fernando Villate, de Te quiero pecas, se disputarán el papel de Edward Niño. Naren Daryanani hará de Tomás y Jerónimo, de ambos: cuando se ponga la camisa, de Jerónimo; cuando se la quite, de Tomás. Valerie Domínguez hará de Valerie Domínguez. El niño de Mi pobre angelito interpretará al Pincher Arias. Y en el papel de Uribe actuará un hombre paisa, bajito y pintoresco que, como él, produce risa. Sí señores: el expresidente Uribe será interpretado por Suso el Paspi. Y la potra que lo vive pateando será la Potra Zaina.

Me asaltan algunas dudas: a estas alturas no sé quién actuará como Fernando Londoño. Como Enrique Colavizza ya no está para esos trotes, me tienta pedirle al exministro que se interprete a sí mismo. Es buen actor. Cuando le exigieron devolver las acciones de Invercolsa, por ejemplo, demostró sus dotes para hacerse el bobo. Y es polifacético, porque ha ocupado varios roles, aunque el mejor de esos roles era el reloj: el reloj Rolex. Por eso celebro que haya denunciado valerosamente su robo, aunque algunos lo critiquen por materialista. No señores: esa es la prueba que demuestra que las Farc fueron autoras del atentado, toda vez que, como lo demostró Raúl Reyes, sus comandantes aman esa marca. Me duele que le hayan robado el Rolex a Londoño, no se lo niego a nadie: con él cronometró los segundos en que desaparecieron todas las matas de coca mientras fue ministro. Pero a la vez reconozco que, sin el reloj, ya no tiene sentido que Londoño siga en El Tiempo.

Tampoco sé si incluir un capítulo sobre Roméo Langlois, porque si repiten el video de supervivencia en el que se le entreveía toda la zona de despeje debajo de una toalla mínima, tocaría pasar la serie en horario para adultos. Además no quiero hacerle propaganda a las Farc: si querían posar de humanitarias, habría sido más humanitario no secuestrarlo, ¿no?, o al menos prestarle unas enaguas durante el video.

También me falta definir quién será el intérprete de Sigifredo cuando la serie narre la canallada a la que lo están sometiendo. No creo en las pruebas morfológicas que se practican en Colombia desde la vez que la Policía secreta arrestó un orinal en la época en que perseguían a Angelino por ser sindicalista. Lo único que puede hacer la Fiscalía con las pruebas que tiene contra Sigifredo es demostrar que es narizón y ofrecerle el pañuelo por cárcel. Por eso, cuando El Tiempo tituló que la suerte de Sigifredo se definirá en un cotejo con el FBI, recé para que en ese cotejo jugara Falcao.

Angelino, precisamente, será interpretado por Héctor Ulloa. Fabio Valencia Cossio por Waldo Urrego. Viviane Morales por Adriana Eslava. Edgardo Román interpretará a Rojas Birry que, a su vez, montará un programa de crónicas llamado Rojas Pirry. Rodrigo Pardo actuará como Rafael Pardo. La Gorda Fabiola como el procurador Ordoñez. Y la pelota que hacía de Wilson en El náugrafo será Juan Manuel Galán.

Solo me resta elegir al protagonista, al intérprete de José Obdulio, y ya inicié un exigente casting en el cual les tiro huevos en la frente a los aspirantes mientras ellos, como Hamlet, improvisan un monólogo en el que amenazan con ingerir una pastilla de cianuro si los meten presos, como advirtió mi maestro. Ustedes saben: prefiere una tumba en Colombia que una cárcel, aun en Colombia. Son esas cosas de familia.

Tengo claro cada capítulo de la serie: José Obdulio y su niñez, cuando le tiraban huevos de codorniz a la salida del kínder. José Obdulio y su juventud: cuando pertenecía al Movimiento Firmes y no creía que ser de izquierda era ser cómplice de "LAFAR". José Obdulio en la cárcel, cuando visita a sus hermanos presos por narcotráfico, entre ellos a aquel por cuya cuenta bancaria pasó el dinero para matar a don Guillermo Cano. José Obdulio y su tierna relación con su primo El Osito. José Obdulio visitando al primo Pablo en La Catedral. José Obdulio en el poder, dispuesto a desprestigiar a periodistas y jueces en su papel de ideólogo de Suso el Paspi. Y claro: José Obdulio en la oposición advirtiéndole telepáticamente a sus cómplices que el país se le salió de las manos a Santos, cuando todos sabemos que lo que se salió de las manos fue el Rolex de Londoño.