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Laberinto de los congresistas “mermelados”

Según abogados expertos en delitos electorales, además de la doble militancia, quedan incursos en el de Estafa Colectiva, por haber engañado a sus regiones y comunidades.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
25 de mayo de 2014

Si continúan insistiendo en el soborno de conciencia promovido por el Presidente/Candidato, quedan expuestos a que sus curules sean demandas por el delito de doble militancia y según algunos abogados penalistas, también incursos en el de Estafa Colectiva, por haber inducido al error a las regiones y sus comunidades, que confiados en su liderazgo y proyectos presentados para su desarrollo, los honraron con el voto, cuando sus intenciones era las de ser tránsfugas, como quedó demostrado en la convención conservadora del 26 de enero pasado. 

Los atrasos y perjuicios que padecen las comunidades y regiones con este tipo de charlatanes, es de tal gravedad, que el código de ética de los partidos, debe ser más estricto y no permitir que regresen a las corporaciones legislativas o cargos de elección popular, es decir, que se les debe dar muerte política de por vida. 

Si queremos empezar a moralizar la administración pública hay que depurarla de los delincuentes electorales, que en estas épocas, pululan por los directorios, analizando qué partido o movimiento les conviene más, con el fin de conseguir el aval y lanzarse como candidato por elección popular, sin tener la mas mínima conciencia de las responsabilidades que esto conlleva.   

El fortalecimiento de los Partidos Políticos, que se encuentran tan débiles, por este tipo de marrulleros, depende irlos colocando en su sitio, advirtiéndoles que si no regresan a sus bases, se atengan a las consecuencias, de perder su investidura y muy posiblemente se las tendrán que ver con la Fiscalía por el delito de estafa colectiva. 

El fallo que profirió el Consejo Nacional Electoral, en relación con la demanda interpuesta por el grupo de “mermeladas” Santistas, en la convención Conservadora del 26 de enero, no se ajusta a lo que realmente fue su desarrollo. En él, se manifiesta la perfidia y el deseo de que la doctora Marta Lucía Ramirez no salga adelante con su candidatura, cuando expresa en la segunda parte: que el Directorio Nacional Conservador, es quién debe certificar la legalidad de la convención, para  dejar en libertad a los Congresistas tránsfugas de vincularse a la campaña que a bien consideren conveniente. 

Considero con el debido respeto, que el Consejo Nacional Electoral, jamás debe inmiscuirse en las decisiones internas de los Partidos Políticos, puesto que de hacerlo, entraría a quitarles su autonomía  que justamente está regulada por los estatutos, y así mismo estaría desconociendo la soberanía de las convenciones, que estatutariamente son convocadas para tomar decisiones respecto a las candidaturas presidenciales, y de quiénes deben ser avalados, para representarlos en las corporaciones legislativas y cargos por elección popular. 

El invento de que la Convención Conservadora celebrada el 26 de enero fue violatoria de los Estatutos, al no dejar intervenir a los llamados “mermelados” es un argumento muy traído de los cabellos, quienes estuvimos allí y presenciamos el bochorno, podemos dar fe que el presidente de la Convención, declaró un receso de una hora con el fin de aplacar los ánimos, a su reinicio se propuso que uno de los “mermelados” interviniera en su nombre para proponer el candidato por coalición, sin que finalmente nadie apareciera.  

Si bien es cierto que el Tribunal de Garantías se desintegró con la salida de todos los “mermelados” fue total responsabilidad de ellos, puesto que no estaban allí para tomar partido a favor de ninguno de los dos bandos, sino, para supervisar el desarrollo estatutario de la convención, o sea que estos señores además que fueron irresponsables con la misión encomendada, incurrieron en el delito de abandono injustificado del cargo. 

Superados todos estos impases, queda ahora la tarea para que el Presidente del Directorio Nacional Conservador, doctor Omar Yepes Alzate, ejerza su autoridad, no vaya a ceder para que los tránsfugas del Partido se salgan con las suyas, continúen cometiendo toda serie de arbitrariedades en contra del ordenamiento jurídico, que justamente está regulado por los estatutos que forman parte de su organización institucional. 

Total que los señores Congresistas “mermelados” Conservadores, en las elecciones presidenciales del 25 de mayo, tendrán que colocar en relación con las parlamentarias igual o superior número de votos a favor de la candidata oficial del partido, puesto que de ser lo contrario, será muy fácil comprobar que le vendieron su conciencia al mejor postor. Por lo tanto,  deben ir pensando en regresar a sus bases para devolver al partido los votos que obtuvieron en las contiendas pasadas con el Aval del Partido Conservador, que para ser sinceros son casi el 30% de la votación total conservadora de todo el País. 

No deben olvidar también que la Procuradora de asuntos electorales ya se pronuncio sobre este caso, manifestando que los legisladores y funcionarios por elección popular deben ser leales a sus partidos, so pena de perder sus curules o cargos, por doble militancia. 

Con el fin de evitar este tipo de situaciones, se hace indispensable una reforma política, pero de cara al País. Lo primero sería la reestructuración de los Partidos Políticos, con la convergencia de todas las entidades Estatales y Privadas, pero, lo más importante la vinculación de las universidades, que a decir verdad son muy apáticas a este tipo de organizaciones, precisamente por la poca seriedad coque son manejadas. 

No olvidemos que de la buena organización de los Partidos Políticos, depende que las decisiones legislativas y administrativas sean tranparentes y nítidas. 

urielos@telmex.net.co
urielos@hotmail.es

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