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LAS CLASES DIRIGENTES

Antonio Caballero
26 de mayo de 1997

A raíz de lo de la embajada del Japón en Lima se pregunta Enrique Santos Calderón, el columnista más leído del país, sacando una lección para Colombia: "¿Nos tocará importar al 'chinito' Fujimori para que resuelva el problema?".Hombre: no.Pero las clases dirigentes colombianas, a quienes el co-lumnista más leído del país interpreta (nadie más lee columnas en Colombia), tienden siempre a pensar con el deseo. Ah, qué bueno que viniera alguien con mano dura a sacarnos las castañas del fuego, así hubiera que importarlo pagándole en dólares. Ya hace unos cuantos meses Juan Manuel Santos Calderón, hermano del columnista más leído por las clases dirigentes del país, raclamaba también "un Fujimori" que viniera a hacer el trabajo sucio en el terreno económico, como lo pide ahora Enrique para el terreno de orden público. Y es porque las clases dirigentes de Colombia, a quienes uno de los hermanos representa en el campo periodístico y el otro en el electoral, confunden la consecuencia con la causa, y el síntoma con la enfermedad. Enrique parece pensar que matando guerrilleros se acaba con la violencia. Juan Manuel, que exterminando a los pobres se alcanza la riqueza. Y están equivocados.Porque ni la mano dura ni el trabajo sucio resuelven los problemas. Más bien suelen agravarlos. Ahora las clases dirigentes colombianas se muestran encantadas de que en Lima hayan sido 'dados de baja', ejemplarmente, 14 guerrilleros. Pero esos mismos 14 deben de ser los que en Colombia son 'dados de baja' cada mes desde hace años. O, para poner ejemplos más lejanos, 14 fueron _o algo así_ los presos del IRA irlandés a quienes la primera ministra de Inglaterra Margaret Thatcher dejó morir de hambre en una cárcel hace 10 años: y ahí está el IRA más fuerte que entonces. Y 14 _más o menos_ fueron los miembros de la ETA vasca que mandó asesinar hace ocho años el gobierno español de Felipe González: y ahí sigue ETA. Y otros 14 militantes del FIS islámico fueron los primeros que hizo ejecutar en Argelia el presidente Zerual: y hay que ver desde entonces cómo ha crecido el FIS. Y la violencia en Argelia. Pero es que las clases dirigentes colombianas, que piensan con el deseo, se han distinguido siempre por su incapacidad de ver más allá de sus narices. Nunca han aprendido nada de lo que pueden enseñar la vastedad y la variedad del mundo: de los ejemplos de Argelia, o de España, o de Irlanda, o del Perú. Ellos sólo les sirven para reforzar aún más sus chatas convicciones parroquiales. Para reafirmarse en su propia y satisfecha ignorancia. Sí, claro: saben perfectamente cómo reservar mesa en los mejores restaurantes de Nueva York o de París: pero una vez sentadas a la mesa no saben qué pedir. Y entonces salen del paso diciendo, como si estuvieran en Bogotá: _Ala: más bien tomémonos otro trago.Eso les pasa ahora. Quieren reservar un buen Fujimori, pero cuando aparezca no sabrán qué pedirle. Le dirán:_Ala, chinito, servinos otro trago.Y se asombrarán al ver que el chinito, en vez de servírselo, las saca a patadas de la mesa para sentarse él a manteles.Las veremos, como a las clases dirigentes peruanas, reservando mesa en Nueva York o en París. Para eso han sacado plata.Nota sobre otra cosaPublicó esta revista hace 15 días un artículo sobre la "aterradora comunicación" captada por los servicios de seguridad del Estado entre dos jefes de las Farc, Iván Márquez y el Mono Jojoy. Lo aterrador, por lo visto, es que Iván Márquez en ella "no dudó en atacar de nuevo las políticas de paz del actual gobierno". Ataque que consiste en que Márquez lee en voz alta, de pe a pa, una columna mía publicada en esta misma revista hace un mes sobre el nombramiento del nuevo Ministro de Defensa. Lo cual muestra varias cosas: a) que la guerrilla lee SEMANA. b) que los servicios de seguridad no leen SEMANA. c) que SEMANA lee las transcripciones que de la propia SEMANA hacen los servicios, pero no los originales de SEMANA. Y d) que yo sólo leo SEMANA con 15 días de retraso

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