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Los cálculos errados del Polo Democrático

A sus cuadros directivos se les ve dando pasos de ciegos sin saber a dónde caminar.

Óscar Sevillano
16 de abril de 2013

Dice un viejo adagio que “de los errores se aprende”. Sin embargo, al parecer este no es el caso del Polo Democrático Alternativo (PDA), quien se empeña en cometer error tras error, que a la postre le están significando pérdida de imagen, confusión en el discurso y la posterior debacle electoral.

En el primero de los casos, el PDA cometió el error de no expulsar de sus filas a los hermanos Moreno Rojas, desde el primer momento en que se supo del desangre a las finanzas del distrito, sino que se esperó hasta que se dieron las primeras decisiones disciplinarias en manos de la Procuraduría General de la Nación, y la posterior detención de ambos para sacarlos de sus afectos, lo que claramente no le generó créditos a su favor, sino más bien todo lo contrario, porque el rechazo al silencio complaciente que mantuvo este partido con el exalcalde Samuel y su hermano Iván, al día de hoy se mantiene.

Esta lentitud en tomar tal decisión provocó que su imagen de desgastara, lo que a su vez hizo que en las últimas elecciones el PDA redujera el número de alcaldes elegidos bajo su ropaje pasando de 21 a 9, además de que no obtuvo gobernación. Dejó de tener 393 concejales para lograr tan solo 231, y de 23 diputados pasó 7. Sin embargo, esto no parece importarles a sus cuadros directivos, quienes en primer lugar, no han sido claros en el tipo de oposición que están ejerciendo sobre el gobierno de Juan Manuel Santos, y se les ve dando pasos de ciegos, sin saber a dónde caminar.

De esta manera pidieron tener en cuenta a las víctimas del conflicto armado en las políticas sociales que se desarrollen desde el gobierno nacional, pero, se opusieron y votaron en contra de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Así mismo se han mostrado en contra de la idea de terminar el conflicto por la vía de las armas y la rendición militar de los grupos armados ilegales, pero, deciden no salir a acompañar a los colombianos del común que respaldan los diálogos de paz, por considerar que esto sería avalar una posible reelección presidencial de Juan Manuel Santos.

Conocen de antemano el elevado umbral que se requiere para no perder la personería jurídica, sin embargo no han salido a invitar públicamente a los otros grupos políticos con los que tienen cierta afinidad (Progresistas, Unión Patriótica y Marcha Patriótica), para conformar un frente común de izquierda que les permita conformar una bancada sólida para ejecutar una oposición seria, distinta a lo que pretende ejercer Álvaro Uribe sobre el gobierno de Juan Manuel Santos.

Y ya que hablamos de la oposición de Álvaro Uribe, es bueno que los miembros del PDA, se pregunten ¿qué tan bueno es para el mismo partido?, que se les vea y se les escuche en las protestas que contra el gobierno nacional llevan a cabo algunos sindicatos y asociaciones civiles, junto a Álvaro Uribe, un personaje al que ellos mismos critican y señalan de estar mal rodeado. Sucedió en el anterior paro cafetero y sucedió también en las críticas que se hicieron a la marcha por la paz, celebrada el anterior 9 de abril.

Creería que en política la lógica es sumar, no restar, que es algo en lo que parece insistir el PDA con cada cálculo errado que ejecuta, y que lo pone cada vez más lejos de los Palacios de Nariño y Lievano, y le condena a reducir su participación en senado, cámara, alcaldías, gobernaciones, asambleas y concejos municipales, hecho que a su vez nos indica que muy pronto, quienes creemos en que los partidos políticos se deben fortalecer, sin importar que como yo, no pertenezcamos a la línea de izquierda, tengamos que ver morir a este grupo político, cosa que sería lamentable, porque en Colombia hace falta un proyecto que le apunte a unos objetivos muy distintos a los tradicionales.

Cambiando de tema: Por mucho que el Procurador General de la Nación Alejandro Ordóñez en la fiesta del matrimonio de su hija, le haya demostrado al país el inmenso poder que tiene, creo que es mejor que se calme y cumpla con su labor de advertir cuando se comete un error, y no mostrarse como el “Coco de la función Pública”, ese personaje mítico con la que una mamá asusta a su hijo pequeño, diciéndole que se lo va a llevar, si no se comporta bien.

@sevillanojarami

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