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Los mentirosos de las redes sociales

¿Por qué hay tantos cybermentirosos? Porque en las redes sociales únicamente se benefician los más interesantes o los más divertidos.

Silvia Parra, Silvia Parra
28 de septiembre de 2014

Las conversaciones digitales se han asentado en una base de falsificaciones y engaños que se han vuelto la realidad virtual de un gran número de usuarios y que son aplaudidas y respaldadas por la cultura que vivimos hoy en las redes sociales, donde la motivación no es entrar en un proceso de socialización colaborativa, el estímulo es competir para crear marca personal, y por ello, se vive un lucha constante por captar la atención de los demás. Como dice el bloguero José López Ponce, “Es oferta y demanda, es economía de la atención y, por tanto, un recurso escaso que entra en competencia, donde unos compiten exhibiéndose basados en publicaciones falsas o no y otros observando y practicando un voyeurismo activo a golpe de “Me gusta” o te sigo”. 

¿Por qué hay tantos cybermentirosos? Porque en las redes sociales únicamente se benefician los más interesantes o los más divertidos. Los que se muestran mediocres, sin cultura, los que no tienen un punto de vista propio, los antipáticos o los menos agraciados son las primeras víctimas de la discriminación social online y quedan relegados al voyeurismo.

Un estudio realizado por el portal Siteopia.com demostró la presión implacable que tienen las personas de aparentar una vida mucho más interesante de lo que en realidad es debido a la “vida ideal” que reflejan los demás que tampoco tienen. Dentro de la lista de mentiras que se viven en las redes sociales, es más común de lo que usted piensa que una persona comparta artículos de prensa que ni siquiera ha leído, que recree una situación o tweet sólo para llamar la atención, que escriba un puesto de trabajo exagerando funciones y cualidades, que se etiquete a sí mismo en un lugar donde no se encontraba, que aparente una educación mucho mejor de lo que en realidad tiene, que asegure que se es fluido en otro idioma cuando sólo sabe unas cuantas palabras, exagerar sobre la “diversión” de una fiesta o evento social, escribir un estado o tweet que es totalmente mentira. 

Y me da pena ajena sacar a la luz a aquellos que posan para una foto al lado de una moto/ carro / casa / que no es suya, a quienes copian citas célebres adoptándolas como propias o aquellos que se autorretratan 30 veces para subir una “espontánea” selfie perfecta. 

Hablando de falsedades, la mentira mas grande de Instagram la encontramos en el #sinfiltro, la popular etiqueta utilizada por miles de usuarios de la red y en la cual, según expertos en fotografía y como lo revela un reciente estudio, el 11% de las personas que presume de sus fotografías utilizando la etiqueta #NoFilter o #SinFiltro, en realidad sí usan alguno de estos y mienten en las redes sociales con el objetivo de adquirir más seguidores o “likes” en sus imágenes. Del 11% de los usuarios que resultaron ser un fraude en sus fotos, el filtro más usado fue Amaro, seguido por Valencia y XPro II, ya que son estos los que dotan las fotografías de un aspecto más natural en el momento de utilizar filtros.

En una encuesta realizada a 2.000 usuarios de Facebook el 80 % admitió haber manipulado sus fotografías, compartir artículos para aparentar inteligencia o etiquetarse así mismos en lugares que nunca visitaron. También vemos una gran cantidad de personas falseando situaciones sentimentales, adoptando fotos extraídas de la red e inventando actualizaciones de estado.

Ante esta situación, a los cyber mentirosos les llega su “tatequieto”, por un lado con el blog FilterFaker.com, que permite verificar si una foto publicada en las redes sociales es auténtica o si, por el contrario, fue manipulada y qué herramienta se utilizó. Por otro lado, a través del detector de mentira 'Pheme', financiado por la Unión Europea, le permitirá clasificar en cuatro categorías las publicaciones en Internet, especulación, controversia, información errónea y desinformación. 

Y si quiere saber si le mienten a través de plataformas de mensajería instantánea, como Whatsapp, Line o mensajes de texto, estudios de la Universidad Brigham Young (EE. UU.) comprobaron que se puede detectar fácilmente cuando alguien nos miente porque generalmente tarda más en responder, edita más mientras escribe -borrando y reescribiendo- y sus mensajes son más cortos de lo habitual. 

Sin embargo, estas herramientas son sólo pañitos de agua tibia para los mentirosos de la red, ya que, contrario a disminuir, cada día irá creciendo potencialmente el número de mentirosos en las redes sociales, ya que estamos ante plataformas que aunque no son responsables del narcisismo social, actúan como amplificadoras de mensajes manipulados por sus usuarios.

En Twitter: @Silvia_Parra

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