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Los mercados bipolares

Explicar cómo los inversionistas compran de forma simultánea activos reserva de valor y activos de alto riesgo sólo puede hacerse usando como argumento la liquidez excesiva en los mercados.

Semana
14 de octubre de 2010

Hoy en día, en los mercados, se está presentando un fenómeno que para mí se ofrece como una inconsistencia mayúscula. Usualmente en períodos donde la percepción de riesgo aumenta – lo que aquí llamaré la fase depresiva – los inversionistas buscan comprar activos de bajo riesgo y que tengan alguna forma de valor intrínseco. En este reino caen los metales preciosos, commodities como el petróleo, los cereales e incluso el acero – es decir bienes que son indispensables para la supervivencia o que concentran mucho valor.
 
Por otra parte, cuando hay una reducción en la percepción de riesgo de la economía – la fase maníaca – los agentes buscan activos más riesgosos, que no necesariamente cumplen con la característica de alta concentración de valor. Estos activos ofrecen una promesa de retorno futuro que se reflejará en ganancias de capital y reparto de utilidades por parte de sus emisores. En esta categoría caben las acciones, los bonos emitidos por empresas y otros activos más sofisticados, como las titularizaciones de cartera que tanto han dado de qué hablar en el último bienio.
 
Hoy en día, una onza de oro, cuyo precio parecía insostenible a US$1,000 en 2008, rompe los US$1,375 y alcanza máximos históricos dos veces por semana. Lo mismo sucede con los precios de los bonos emitidos por los gobiernos a lo largo y ancho del planeta. Esto demuestra una evidente preferencia de los agentes por activos líquidos y seguros. ¿O no?
 
Así mismo, los precios de las acciones en todo el planeta suben sin importar a qué sector se haga referencia. El Dow Jones, que refleja el comportamiento de las 30 principales empresas industriales de los Estados Unidos hoy vale 11,096 puntos, 22.8% más que a comienzo de 2009. Lo mismo se puede decir de índices más amplios como el S&P500, que se ha valorizado 26.4% en el mismo período. El BOVESPA, de la bolsa de Sao Pablo, ha aumentado su valor en 78% durante los últimos 22 meses. Colombia no se queda atrás: como ya expliqué en mi columna “De las burbujas especulativas y otros demonios”, varios analistas delatamos la existencia de una sobrevaloración de los activos en esta y otras plazas bursátiles.
 
Así, la paradoja se hace evidente. Si la recuperación de la economía es tan sólida y estamos en la fase maniaca ¿por qué los agentes buscan comprar activos seguros? Si el riesgo sistémico es tan alto que amerita un alza de más del 10% en el valor del oro en lo corrido del año, delatando la fase depresiva ¿cómo explicar el auge sostenido de las bolsas? Una explicación posible es un exceso de liquidez en todo el planeta.
 
El mecanismo utilizado por los bancos centrales para prevenir el colapso de la economía mundial y de los mercados financieros durante la crisis fue implementar una política monetaria expansiva. Esta se expresó en dos medidas: primero, una reducción sistemática y drástica de las tasas de interés de intervención de corto plazo y segundo, una provisión casi ilimitada de liquidez a los mercados para evitar quiebras masivas de instituciones “demasiado grandes para caer”. (Too big to fail).
 
Esta política de expansión monetaria continúa hasta hoy, con tasas cercanas al 0% en los mercados desarrollados y tasas muy bajas en economías emergentes, exceptuando Brasil. Así, las rentabilidades que ofrecen los activos de bajo riesgo son tan reducidas que impulsan a los inversionistas a comprar activos riesgosos. Sin embargo, hay tanto dinero disponible que ningún mercado bursátil lo puede absorber totalmente. Por tanto, los excesos terminan pasando, gracias a un fenómeno de vasos comunicantes, a activos reserva de valor como bonos gubernamentales y commodities.
 
La liquidez excesiva se evidencia en los tipos de cambio de la mayoría de monedas frente al dólar. ¿Acaso tiene sentido que después de la irresuelta crisis monetaria Europea, causada por los problemas fiscales de Grecia, Irlanda, Portugal y España, el Euro valga US$1.40? El fenómeno de revaluación de las monedas es global y sólo se explica por un exceso de oferta de dólares similar al que se presentó tras la crisis del petróleo de 1973. Lo que para el resto del mundo es un problema mayúsculo para Estados Unidos es el mejor de los mundos: exportaciones cada vez más competitivas, mercados bursátiles al alza y una capacidad de endeudamiento ilimitada. Sin embargo, ese fenómeno que yo llamo “irresponsabilidad monetaria” es tema para una próxima columna.
 
El problema de la bipolaridad que se percibe hoy en día en los mercados es que alguna de las dos “personalidades”, la maniaca o la depresiva, termina primando. Si no se empiezan a ver resultados económicos favorables antes de que las tasas de interés vuelvan a subir, la manía que se ve en las plazas bursátiles del mundo se transformará en un bien conocido pánico. Será entonces cuando nos volvamos a sumir en la depresión hasta que los fundamentales económicos justifiquen un nuevo incremento en las rentabilidades. Por ahora los altos precios de los activos sólo se explican por un exceso de liquidez que no es sostenible en el largo plazo. Así, las decisiones que tome el Banco de la República acerca de las tasas de interés durante las próximas semanas determinarán la velocidad y la contundencia del reajuste en los precios de los activos.
 
* Profesional en Finanzas y Relaciones Internacionales. Master of Science en finanzas de la Universidad Pompeu Fabra. Profesor Investigador Cipe – Universidad Externado de Colombia. germanf.forero@uexternado.edu.co
Twitter: @GermanForeroL