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Los presidenciables

Al dedicarle una columna a este tema contribuyo a la imbecilidad que critico. Pero creo, tal vez ingenuamente, que denunciar la imbecilidad no es del todo inútil

Antonio Caballero
29 de noviembre de 2008

Ustedes han visto la que está cayendo. Lo de menos son los estragos del invierno: docenas de muertos, medio millón de personas que han perdido sus casas, medio país inundado. Hay todo lo demás, que se acumula, aunque en la información diaria cada horror sirva para tapar el anterior, que sigue vivo. El derrumbe de las pirámides. Los falsos positivos criminales del Ejército. El pulpo de la para-política. El crecimiento del poder del narcotráfico. La corrupción desaforada: de la clase política, de la justicia, de la burocracia, de la sociedad civil. La crisis económica. La estructural crisis social. Y por añadidura no uno, sino dos volcanes en erupción, entre ellos el del Huila, que de todos los que hay en el país era el único cuya actividad no estaba prevista.

Pasa todo esto al tiempo. ¿Y en qué pensamos los colombianos?

En candidaturas presidenciales.

Al dedicarle una columna a este tema estoy contribuyendo a la imbecilidad que critico. Pero creo, tal vez ingenuamente, que denunciar la imbecilidad no es del todo inútil. Aunque hace ya dos mil quinientos años un personaje de Esquilo observaba: "Los dioses mismos luchan en vano contra la imbecilidad". Ingenuo también él. Los dioses fomentan la imbecilidad de los hombres, porque viven de ella.

Vuelvo, pues, a las candidaturas.

No sólo Álvaro Uribe está pensando en la suya, en las suyas (la del 10, la del 14: aunque al paso que van las cosas, el pobre...); sino que hay nada menos que dieciocho colombianos más que acarician la propia. Copio la lista del habitualmente bien informado columnista de El Nuevo Siglo William Calderón. (Los comentarios son míos).

Carlos Holguín Sardi. Reveló en una entrevista que desde muy niño se ha sentido presidenciable. Es su único mérito.

Juan Manuel Santos. Ha buscado una candidatura presidencial desde todos los ángulos posibles: desde el santismo de El Tiempo, desde el liberalismo, desde el neoliberalismo gavirista, desde la "tercera vía" de Tony Blair, desde la conspiración para derrocar a Ernesto Samper en alianza con las Farc y con Víctor Carranza, desde el fujimorismo, desde el pastranismo, desde el uribismo, desde los falsos positivos. No inspira confianza.

Sabas Pretelt. Presunto compinche del cohecho de Yidis Medina para la compra de la primera reelección de Uribe. Los paramilitares de Ralito lloraron cuando dejó el Ministerio del Interior y de Justicia.

Germán Vargas Lleras. Está haciendo una marcha por todo el país, como la del olvidado profesor Moncayo. ¿Una minga? Manzanillo nato, cuenta con una vasta cauda burocrática.

Noemí Sanín. Desde los tiempos de Belisario Betancur no se ha bajado de un carro oficial. Ha sido sucesiva o simultáneamente belisarista, barquista, gavirista, samperista y antisamperista, antiuribista y uribista. Su principal mérito es que no ha sido pastranista.

Sergio Fajardo. Hasta el presidente Álvaro Uribe, perito en maquillaje de seguridad, le critica que, como alcalde de Medellín, "maquillara e hiciera trampa con las estadísticas en materia de seguridad".

Juan Camilo Restrepo. Recuerdo que hace unos años tuvo un voto, el de Enrique Santos Calderón.

Marta Lucía Ramírez. Le advirtió Cecilia Orozco en El Espectador: "Permítame decirle que hay que tener sentido de la realidad".

Andrés Felipe Arias. Lo llaman 'Uribito'. Lo llaman 'el ministrico'. Alguien a quien llaman así...

Gustavo Petro. Despierta el odio visceral de Uribe y del uribismo. Pero eso no basta.

Lucho Garzón. Consecuente: siempre luchista, desde el comunismo hasta el uribismo. Dicen que fue alcalde de Bogotá.

Juan Gabriel Uribe. Bueno: hay que tener en cuenta que la lista de presidenciables la copio de El Nuevo Siglo, diario del cual Juan Gabriel Uribe es director-propietario.

Carlos Rodado. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Quién?

Iván Marulanda. Toca muy bonito el tiple.

Rafael Pardo. Ni siquiera toca el tiple.

Alfonso Gómez Méndez. Ha sido abogado de casi todo el mundo. Pero eso no da votos.

Rodrigo Rivera. ¿Tiene bigote? Tuvo bigote. ¿Tiene bigote?

Carlos Gaviria. La conciencia moral de la izquierda. Es el único por quien yo votaría. Pero siempre mis candidatos han perdido. Salvo una vez: en 2000 voté por Álvaro Uribe para que, como mis candidatos han perdido siempre, perdiera él también. Ganó. Sospecho que hubo fraude.

Echo en falta en esta lista a Pachito Santos. Merecería estar ahí.
 

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