¿Luis Pérez, pacificador de la comuna 13?

El Plan Estratégico de Gobierno que plantea el candidato Luis Pérez Gutiérrez para el periodo 2012-2015 contiene una aseveración que me llamó mucho la atención: “La gestión cumplida en el periodo 2001-2003 demostró que es posible, con la voluntad del Alcalde y la participación de la comunidad, emprender grandes obras necesarias para dar el vuelco social e institucional que nos ponga en condiciones de una ciudad de vanguardia, con mayor seguridad y más calidad de vida”.

Para reforzar esa afirmación nombra varias de sus ejecuciones, entre ellas el Metrocable de la zona noroccidental, el Centro de Convenciones Plaza Mayor, la doble calzada a Las Palmas, la Avenida 34 sin valorización, el Parque de los Deseos, el Parque de Botero, la creación de los Contac Center en EPM (Empresas Públicas de Medellín), el Banco de los Pobres y la pacificación de la comuna 13. De todo ello dice que “son obras ejemplares que dan fe de una gestión pública eficaz y transparente, que auguran el cumplimiento de los nuevos compromisos por una ciudad cada vez mejor”.

¿Es posible pensar, con todo lo que pasó después de la llamada Operación Orión, realizada entre el 16 y el 19 de octubre de 2002 por tropas del Ejército y la Policía, acompañadas de organismos de seguridad del Estado, como el DAS y el CTI de la Fiscalía, y con participación de estructuras paramilitares, que la pacificación de la comuna 13 “da fe de una gestión pública eficaz y transparente”?

Los hechos investigados por las autoridades en relación con lo ocurrido en la comuna 13 no concuerdan con lo afirmado en el Plan Estratégico de Gobierno de Pérez Gutiérrez, candidato que está siendo respaldado por sectores de distintos partidos y movimientos políticos de la ciudad.

Los hechos ocurridos días, semanas y meses después de concluida la Operación Orión, dan cuenta de macabras acciones en contra de la población civil por parte del Bloque Cacique Nutibara de las AUC bajo el mando de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘don Berna’, entre ellas la desaparición forzada, el ajusticiamiento y la desmembramiento de cuerpos para luego ser arrojados a fosas comunes en la zona boscosa que rodea esta comuna.

Para esa época, las huestes de alias ‘don Berna’ ya habían vencido al Bloque Metro de las Accu en la ciudad, tenían bajo su dominio a las bandas armadas más representativas de la ciudad y habían consolidado el monopolio de la criminalidad en el Valle de Aburrá.

El poder de alias ‘don Berna’ fue descrito por la la Fiscalía 13 Especializada de Medellín de la siguiente manera: “Es claro que Murillo Bejarano decide poner en funcionamiento una máquina de guerra – Bloque Cacique Nutibara – y contrata peones del terror – comandantes y patrulleros – a quienes con división del trabajo, los envía a hacer la guerra y a realizar crímenes de lesa humanidad”.
La cita está consignada en la resolución de acusación contra este confeso narcotraficante, exjefe paramilitar de los bloques Cacique Nutibara, Héroes de Granada y Héroes de Tolova y exinspector general de las AUC, proferida el 13 de octubre de 2005 en Medellín y en la que le imputaron los delitos de desaparición forzada, homicidio agravado y desplazamiento forzado cometidos entre los años 2002 y 2004 en la comuna 13, por los cuales fue condenado a 27 años de prisión.

Pero lo relatos no se quedan en lo descrito por la Fiscalía. Exparamilitares que hicieron parte de la “recuperación” de la comuna 13 fueron más descriptivos: “el medio de desaparición que utilizábamos era la fosa. A la gente la picábamos con machetes o cuchillos”, le dijo uno de ellos a la Fiscalía.

Por relatos de desmovilizados de las AUC, he conocido que un hombre conocido con el alias de ‘el Calvo’, quien comandó la unidad de contraguerrilla del bloque Cacique Nutibara en la comuna 13 durante los años 2002 y 2003, tenía especial predilección por el descuartizamiento de las víctimas.

No puede olvidarse que ante un juez federal de New York alias ‘don Berna’ explicó que la “recuperación” de la comuna 13 contó con la participación del Bloque Cacique Nutibara, pues “la comunidad y los organismos de seguridad del Estado les pidieron ayuda para librar la zona de la guerrilla”. Asimismo, ilustró que la participación se dio como parte de la alianza con la Cuarta Brigada del Ejército y la Policía Nacional.

Las cifras de desaparecidos forzados durante el periodo que duró esa “pacificación” son inciertas. Los cálculos más conservadores hablan de por lo menos 70 personas desaparecidas por grupos paramilitares entre noviembre de 2002 y diciembre de 2005; otros más advierten que las víctimas podrían ser más de 200. No hay un acuerdo en ello, entre otras razones porque no ha habido estudios serios, ni públicos ni privados, que consoliden esa información.

Se revelan pues dos versiones de la “pacificación” de la comuna 13 de Medellín: la del candidato Luis Pérez Gutiérrez y la que han dado organismos judiciales y los propios combatientes. Así las cosas, me surgen varias preguntas:

¿Se puede seguir hablando de “gestión pública eficaz y transparente” por lo menos entre noviembre de 2002 y diciembre de 2003, cuando Pérez Gutiérrez dejó la Alcaldía cuando lo revelado advierte que no?

¿Si este aspirante continúa sosteniendo la tesis de que con su gestión “pacificó” la comuna 13, en qué quedará el proyecto planteado por las víctimas de intervenir la escombrera donde se presume habría decenas de restos de los pobladores desaparecidos por las AUC?

Y yendo más allá, es preciso preguntar ¿qué papel tendrían las víctimas del conflicto urbano si gana las elecciones?

Hice una primera aproximación al tema de las víctimas y esta palabra no aparece escrita en el Plan Estratégico de Gobierno 2012-2015. No hay ninguna alusión a ellas ni propuestas claras. ¿Habrá entonces una relación entre ese aparente mutismo y su modelo de pacificación urbana? Ya veremos qué le responde el candidato a la ciudadanía.

* Periodista y docente universitario