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Los documentos secretos de Maduro

Podría ser conveniente que se supiera su contenido antes de que sean divulgados por nuestro benemérito mandatario vecino. Ya que se supone que tengan alguna connotación y no son “ladrillos” interminables que nadie se atreve a leer.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
22 de abril de 2017

Hace cuatro días, en el lenguaje procaz que le es propio, Maduro reaccionó airadamente, ante el curioso mensaje del presidente Santos de que “hacía seis años” le había advertido a Chávez que la revolución bolivariana había fracasado, así como ante la lógica expresión de Santos de su preocupación por el anuncio de que el gobierno venezolano armaría a 500.000 civiles para “defender la revolución bolivariana”.

Entre la sarta de cosas que dijo Maduro, con una evidente connotación retaliación, afirmó divulgaría grabaciones y documentos secretos del proceso de negociación del gobierno colombiano con las FARC. No se sabía que existieran tales grabaciones y documentos secretos y tampoco que los países que participaron en él, los pudieran tener. Menos aún, que alguno de los documentos pudieran servir como herramienta de para afectar al gobierno colombiano.

Podría ser conveniente que se supiera su contenido antes de que sean divulgados por nuestro benemérito mandatario vecino. Ya que se supone que tengan alguna connotación y no son “ladrillos” interminables que nadie se atreve a leer.
Apuntalando lo que dijo Maduro, el señor Roy Chaderton, uno de los más connotados voceros del régimen, afirmó que la censura de Juan Manuel Santos a la militarización de Venezuela, se derivaba de que estaba “impresionado” con el poderío militar venezolano y que Venezuela tenía “una multitud dispuesta para el combate”. Muy similar la declaración del “Gran Líder” de Corea del Norte”, después del “impresionante” desfile militar de la semana pasada en Pyongyang, divulgado ampliamente por los medios internacionales.

Colombia siempre ha sido consiente del poderío militar de Venezuela y jamás ha pretendido entrar en una absurda carrera armamentista. Viene a la memoria la publicación de una revista británica a finales de los años ochenta que afirmó que en una conversación sostenida entre el presidente Virgilio Barco y el primer mandatario venezolano, Carlos Andrés Pérez, éste supuestamente le había dado algunas recomendaciones al mandatario colombiano sobre cómo manejar las fuerzas militares, que, según él, era uno de los aspectos más complicados en la política venezolana.

Decía la publicación que Carlos Andrés le había agregado que, para evitar un conflicto armado entre los dos países lo mejor sería pagarles a los militares las “comisiones” que las fábricas de armamentos ofrecían, pero sin comprar las armas a las fábricas, lo que le resultaría mucho más barato a ambos estados. La información de la revista fue desmentida.

Jamás en la época moderna hubo nada parecido dentro las Fuerzas Militares de Colombia. Se sabe, sin embargo, que gobiernos de Venezuela frecuentemente “renuevan” todo el equipo militar, incluyendo la compra de los aviones sukhoi que alguna vez Chávez dijo podrían estar en pocos minutos sobre la Sabana de Bogotá.

Habrá que ver cuáles son las grabaciones y los documentos secretos con los que el madurismo pretende amenazar…

(*) Profesor de la facultad de Gobierno, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

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