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Malestar en la Tadeo

La ministra Parody ha iniciado con ímpetu la búsqueda de soluciones a la problemática universitaria. Ojalá mire en concreto y resuelva lo que ocurre en la Jorge Tadeo Lozano.

Germán Uribe, Germán Uribe
22 de enero de 2015

La primera noticia que tuve de Cecilia María Vélez White se dio cuando me enteré del manejo intransigente y soberbio que le estaba dando a un paro de maestros en Bogotá en algún momento de su gestión como secretaria de educación, cargo que desempeñó de 1998 al 2002. Luego volví a saber de ella cuando el expresidente Uribe, supongo que previamente informado de su mano de hierro para tratar con maestros, la llevó al Ministerio de Educación e hizo que le acompañara durante sus dos mandatos. Tanto en Bogotá como a nivel nacional, la impronta de su accionar no fue otra que la terquedad y la imposición como expresión de la majestad de la derecha política en el manejo de la cosa pública.

En diciembre del 2011, y sólo porque me sorprendió y lamenté el retiro del doctor José Fernando Isaza, al averiguar quién sería su reemplazo como rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, vaya sorpresa con la que me llevé: ni más ni menos que la mismísima doctora Cecilia María Vélez White.

Pues bien, esta vez su autoritarismo en el trato con el magisterio, del que había sido testigo, me vino a la memoria al recibir recientemente información sobre su gestión actual al frente de la Universidad.

Por lo que he sabido de voces serias, ese estilo áspero e intolerante, probablemente perfeccionado en sus largos años al lado del expresidente Uribe, es el que ha venido exhibiendo en el tiempo que lleva rigiendo los destinos de la Tadeo, con consecuencias preocupantes para el tranquilo funcionamiento de la Universidad.  

Un número considerable de trabajadores y docentes me ha hecho llegar por escrito una relación de desatinos que se vienen presentando allí, los cuales me veo precisado a resumir para conocimiento tanto de la ministra de Educación, Gina Parody, como de la opinión pública.

He aquí una apretada síntesis del clamor de los denunciantes, advirtiendo que una muestra de su sincero interés por proteger su institución, es el afán manifiesto que muestran por la aprobación en el Congreso de la Ley de Inspección y Vigilancia que regula el negocio particular de las IES:
 
1) En la Fundación Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano se teme una caída en las matrículas para el 2015 en razón de una ineficiente implementación del paquete Universitas XXI.

2) Existe una creciente sensación de deterioro de la universidad, tanto en lo económico y lo administrativo como en servicio e imagen, contrastante con lo logrado en 12 años por los doctores Evaristo Obregón y José Fernando Isaza, que bien pudiera conducirla a una compleja situación similar a la de la Fundación San Martín.

3) En los últimos 40 años nunca se había llegado a un enfrentamiento tan ácido y con visos de irreconciliable entre el sindicato y la rectoría como se está dando ahora, hasta el punto de que mientras esta lo culpa de querer desequilibrar las finanzas de la entidad, aquel advierte que de no avenirse a un entendimiento, el paro sería inevitable, al tiempo que subraya la imposibilidad de una crisis financiera cuando se sabe que la universidad, con la construcción de edificios, compra de predios y diversos planes de inversión, más parece un negocio inmobiliario y financiero. Afirman igualmente que pese al congelamiento de la la nómina académica, la austeridad pregonada por ella se derrumba al constatarse los despilfarros que se vienen haciendo con la adquisición de tecnologías innecesarias y subutilizadas, la incorporación con altos salarios de numerosas personas, las obras de ampliación de varios espacios para la creación de “salones magistrales”, etc.  

4) Desde cuando la doctora Vélez asumió el cargo ha acogido para diversos menesteres a varios asesores, consultores, empleados, abogados, sicólogas, etc., casi todos provenientes de su cercano círculo en el Ministerio de Educación, sabiendo que, como lo reclaman quienes la confrontan, tales labores las pueden adelantar los departamentos de Gestión Humana, Planeación y Finanzas, Dirección Administrativa, Jurídica y Mercadeo de la Universidad.

5) Se teme una barrida de profesores de cátedra, habida cuenta de las clases magistrales que se propone efectuar. La preocupación nace del peligro que representan estas clases para 100, 200 o 300 estudiantes con un profesor responsable y sus respectivos tutores a cargo de los talleres quienes tendrían tarifas entre $5.438 y $10.876 por hora, lo que daría sólo para el enganche de estudiantes de últimos semestres que vendrían a desplazar a los profesores de planta.

6)  Mientras sus propios consultores concluyeron que la Tadeo destina el 55 % en administración, para las funciones académicas y demás del orden institucional sólo se invierte el 45 %. Se presume mayor el número de empleados que de académicos, siendo engañosas sus estadísticas en metas de cumplimiento que la rectora y sus consultores afirman cercanas al 100 %.

7) Desistió de los doctores Bogoya y Campos, decano y vicerrector académico, a cambio de personas no muy bien calificadas, y trajo como decano de la Facultad de Economía a un amigo suyo tras despedir al prestigioso doctor Salomón Kalmanovitz.

8) Ante las irregularidades que revelan, le solicitan a la ministra Parody intervenir como lo hizo con la San Martín, y que de urgencia se adelante una investigación por parte del Ministerio de Educación, la Contraloría, la DIAN, el Ministerio del Trabajo y la Fiscalía,  

9) Se afirma que la rectora viene manipulando la sagrada autonomía universitaria como “patente de corso” para sus caprichosos manejos administrativos en coordinación con el Consejo y con aquellos propietarios de la universidad que allí tienen asiento. Los denunciantes reclaman que “por operar con dineros públicos y por ser una Fundación, debería ser de propiedad compartida con sus estamentos, y sus directivos deberían ser elegidos por estos y no a dedo como se hace hoy.”

10) Se está dando la unión entre profesores de cátedra y empleados para impedir que la Tadeo se convierta en un negocio inmobiliario y en un inseguro y desalentador sitio para trabajar. Si la razón para nombrar a la doctora Vélez era la consecución de la certificación de alta calidad, lo consiguieron, pero insisten en que a un costo muy alto.

11) En conclusión, dicen los profesores y empleados, textualmente: “Pedimos la salida de, en primer lugar, la rectora y las vicerrectoras Margarita Peña y Nohemí Arias con todos sus asesores, por los inmensos daños que le han causado a la Tadeo; y deben irse todas las demás personas que trajo la rectora del Ministerio. Sólo así comenzaría a sanearse la Administración. Pedimos también injerencia en decisiones clave, como nombramiento de rector, vicerrectores y decanos, una vez conformemos una asociación con personería jurídica.”

Con el ingreso al ministerio de la doctora Parody parece que se ha dado comienzo al análisis responsable y a la búsqueda seria de una solución realista a la crisis que viven las universidades colombianas. Ojalá ella mire también y haga por resolver lo que ocurre en la Tadeo.

guribe3@gmail.com

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