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¿Y después de la marcha qué?

¿Quién se queda con los votos de los marchantes? ¿Será capaz la centro-derecha colombiana de unirse en torno a un solo candidato?

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
3 de abril de 2017

Llenar las plazas principales de las ciudades más importantes de Colombia no era tarea fácil. Se trataba de una apuesta en la que los organizadores de la marcha del pasado sábado se jugaban el todo por el todo: o se dejaban contar y les iba bien o se inauguraban de cara al 2018 con el más penoso ridículo.

Al final, a juzgar por las imágenes y los reportes de las policías metropolitanas, los uribistas, conservadores y cristianos, superaron su propio reto. Y es que una cosa es ver a la izquierda tomándose las calles o a los jóvenes contestatarios protestando, y otra distinta que la derecha en Colombia, históricamente ajena a la movilización y al activismo, saliera a marchar como lo hizo el 1 de abril. Aún, quienes votaron por el No y ganaron en el plebiscito lo hicieron de manera vergonzante y por eso las encuestadoras nunca captaron su intención de voto.

Sin embargo, las dinámicas políticas en nuestro país están cambiando y lo que ocurrió hace unos días, dejémonos de vainas, fue importante y demuestra que estos sectores políticos tienen la intención de retomar el poder y cuentan con una ciudadanía activa dispuesta a ayudarles en ese propósito.

No obstante, la titánica labor de poner a marchar a miles, terminará siendo lo más fácil comparado con el verdadero reto que tiene la centro-derecha: encontrar un solo candidato que evite la fragmentación del voto y buscar una convergencia lo más amplia posible desde la primera vuelta. Lo mismo tendrá que hacer la centro-izquierda, por supuesto, porque el riesgo es que si los de un lado y los del otro juegan divididos, por el camino de la mitad, con un 12 o 15 por ciento, se les puede colar un candidato como Gustavo Petro.

¿Pero quién capitaliza los votos de los que marcharon el sábado pasado? ¿Quién recoge el descontento contra Santos, que está en su punto más alto?

Le pregunté a algunos de los marchantes al final de su jornada por quién votarían después de su épica en las calles. La mayoría respondió: “Toca esperar”; otros más contestaron con pragmatismo: “Por el que vaya arriba en las encuestas que no huela a continuidad de Santos ni a Farc” y unos más, resignados, afirmaron: “Por el que diga Uribe”.

Lo que me queda claro de todas esas respuestas es que los colombianos de ese lado del espectro ideológico saben perfectamente que abominan al presidente actual pero no tienen ni idea cuál es la mejor opción para reemplazarlo en 2018 y ni siquiera están cerca del consenso.

Si los líderes políticos de la derecha no se ponen de acuerdo, si Uribe sigue dudando y agregando huevitos a la canasta, si los conservadores no se ponen las pilas y se suman a Marta Lucía y a Pastrana y continúan con un pie en la frágil unidad nacional y otro en el uribismo, la confusión entre sus bases reinará y el electorado terminará dividido.

Sé que falta tiempo pero si la derecha quiere volver al poder, tiene que comenzar a tender puentes entre sí desde ya.
***
El doctor Luis Fernando Andrade, me pide rectificación por mi pasada columna ‘El elefante de la ANI’, y yo, le acepto una precisión: aún cuando Andrade participó junto con Odebrecht en la escogencia del perito que terminó tasando perjuicios por más de 100 millones de dólares a favor de la multinacional brasileña, al final, el director de la Agencia Nacional de Infraestructura se opuso al desembolso de ese dinero por parte del Estado colombiano.

Lo que creo que va a ser difícil negar es la esencia de mi columna: que en su entidad había un gigantesco elefante y que él, lamentablemente, no lo vio. A pesar de las serias sospechas que penden sobre Juan Sebastián Correa, su cercano colaborador, el doctor Andrade, hasta el viernes lo tenía trabajando todavía en la ANI. El señor Correa ya tiene imputación de cargos en su contra por parte de la Fiscalía, pero al parecer el doctor Andrade todavía no se ha dado por enterado, ¿o ya le pidió la renuncia a su asesor?

Twitter @JoseMAcevedo

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