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Amazonia: Antejardín internacional de ciudades Andinas

Con Hábitat III en Quito se recordó que Colombia y las ciudades andino-amazónicas son territorio fértil para una planificación cuidadosa con un entorno regional.

Margarita Pacheco M., Margarita Pacheco M.
24 de octubre de 2016

Veinte años han pasado desde que asistimos, como parte de la delegación de Colombia, a la Cumbre Mundial de Ciudades de Naciones Unidas Hábitat II, en Estambul 96. Durante esos años vivíamos una guerra urbana frontal, con explosiones inesperadas e incertidumbre por las salidas nocturnas de hijos adolescentes. En los campos de muchos Departamentos, incluido el Tolima, donde nacieron las FARC, se vivió la violencia partidista y el desplazamiento forzado. En esos años, el macizo con su frente Amazónico, en el Caquetá, Putumayo, Sur del Tolima, Huila, Cauca y Valle del Cauca era vedado. Esa región amazónica del macizo era como el patio de atrás de las ciudades capitales Andinas.

Ahora, la conexión climática entre las ciudades Andinas y la Amazonía salta a la evidencia con argumentos científicos que reconoce el Acuerdo de París: la situación estratégica de las ciudades y poblados Andinos genera una codependencia socioecológica y climática frente a la Amazonía y al Océano Pacífico. El meteorólogo Max Henríquez dice: “Hay conectividad climática entre las ciudades andinas, vertiente pacifica (desde Chile hasta Colombia) y también por el otro lado, la vertiente amazónica. Tienen en común la selva, fuente de humedad que genera las lluvias en el piedemonte andino y sobre los territorios de altiplanos que reciben la influencia de su clima de la Amazonía. Esta región se comporta como un océano, por la abundante cantidad de humedad que bombea al aire, para que los Alisios la traigan hasta los Andes”. En la Amazonía (que cubre 8 países) nace el 75 % de las nubes, los “Ríos del Cielo”, afirma Marcos Irrgang, arquitecto que trabaja con las siete nacionalidades de la Amazonía ecuatoriana en la Región de Pastaza, y quien ve con preocupación las tendencias de la urbanización oficial y la exploración petrolera en la selva.

La reciente misión de Ibagué a Hábitat III en Quito, presidida por el Alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, Cortolima y una pequeña delegación de tolimenses tuvo sus logros: en cinco días, Ibagué se convirtió en el referente de Colombia, como la única ciudad con un espacio físico acogedor (Stand 16). Quedó en el mapa internacional como una ciudad capital que adelantará una consulta popular contra la minería de oro en alta montaña. Adquiere responsabilidades compartidas en el manejo del Sistema Regional de Áreas Protegidas del macizo colombiano, fuente hídrica de la geografía nacional y hogar de muchas especies de aves y mariposas endémicas. El territorio municipal de Ibagué, 95 % rural, depende del régimen de lluvias que vienen de la Amazonía. Esta relación directa constituye la base para una política pública de sostenibilidad y de equidad social.

El Nevado Volcán del Tolima como referente de la región de Ibagué, suscitó preguntas del público: ¿dónde queda Ibagué? ¿cómo se llega desde Ecuador o desde Perú? Esta pregunta será más grata cuando florezcan los Ocobos rosados y transiten por los cielos del Tolima, miles de Águilas Cuaresmeras en tránsito del sur del continente hacia el hemisferio norte.

¿Qué logramos en Hábitat III en Quito?: recordar que Colombia y las ciudades intermedias andino-amazónicas son territorio fértil para una planificación cuidadosa con un entorno regional, que ahora es el antejardín y no el patio de atrás. Este mensaje va en directo para el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, La Cancillería y el Departamento Nacional de Planeación, quienes por tantos compromisos entre gobiernos nacionales, no visitaron el único stand del país, ni se percataron del rol internacional que están jugando las ciudades capitales en el posconflicto. Este rol debe ser un insumo para la Nueva Agenda Urbana de Colombia, donde el desarrollo regional de los municipios rurales depende en gran parte de la producción de los "ríos del cielo", gracias al bosque húmedo tropical.

* Ambientalista - En Twitter: @margamiel

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