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Las vidas de Reyes

Sorprende que el doctor Reyes sea uno de los más opcionados a ser registrador, cuya principal tarea es velar porque no haya trampa en las elecciones.

María Jimena Duzán, María Jimena Duzán
10 de octubre de 2015

Guillermo Francisco Reyes debería salir de la lista de los más opcionados para ser electo como nuevo registrador no solo por ser un plagiador en serie -como lo insinúa el portal de La Silla Vacía-, sino porque todavía no se sabe cuál fue su participación en el escándalo de la Dirección Nacional de Estupefacientes en el que se dilapidó en buena parte la fortuna incautada al narcotráfico.

Reyes fue viceministro de Justicia del gobierno Uribe en el momento en que la DNE al mando de Carlos Albornoz se convirtió en el coto de caza del Partido Conservador como premio por haber votado la reelección de Uribe. En sus narices -como viceministro de justicia, la DNE estaba a su cargo-, la entidad fue saqueada en un contubernio entre funcionarios de la DNE y políticos conservadores. A pesar de que les fueron abiertas investigaciones a varios senadores conservadores en la Corte Suprema de Justicia,  solo han prosperado aquellas que han terminado archivadas. Y las que no, corren el riesgo de terminar cerradas por vencimiento de términos.

Reyes ha sido conservador desde que se inició en la política como protegido de Carlos Holguín, y se mueve como pez en el agua  entre el conservatismo de la vieja guardia que sigue pegado del gobierno Santos por los puestos. De hecho, Reyes  fue uno de los artífices para bloquear la candidatura presidencial de Marta Lucía Ramírez en el Partido Conservador en 2014, apoyo que solo se vino a dar un mes antes de las elecciones.

Mientras el exviceministro ha salido indemne  de  todo el escándalo de la DNE, sus amigos cercanos Camilo Bula, depositario –liquidador de Promocón, y Carlos Robledo, exsubdirector jurídico de la DNE, están hoy privados de la libertad.  De hecho, Reyes ha sido mencionado por el propio Bula como uno de los beneficiarios del desfalco de Promocón por el cual el mismo Bula se encuentra condenado a 17 años.  Esta mención no parece haberle hecho mella en su hoja de vida profesional porque su oficina de abogados es contratada por  muchas alcaldías y gobernaciones del país para temas de gestión pública.

Sería bueno saber si el ventilador que promete destapar Omar Figueroa, director del DNE en el periodo 2008-2010, también privado de la libertad, logra completar el rompecabezas para poder saber cuál fue en realidad el papel que jugó Reyes entre todo este entramado.

Luego de salir del Viceministerio de Justicia, fue directivo de Millonarios en la época en que el club era una sociedad incautada al narcotráfico y servía de juguete a funcionarios como Carlos Robledo y exfuncionarios como Guillermo Reyes para darse ínfulas de dirigentes deportivos.

Por eso no causa sorpresa que su presunta trayectoria académica termine siendo manchada por señalamientos de plagio que no ha podido responder satisfactoriamente.

La primera denuncia, hecha por Semana.com,  lo señala de haber plagiado su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid. Aunque Reyes negó el plagio, su respuesta fue muy poco convincente. Sostuvo que la falta de comillas en varios párrafos no indicaba que estuviera apropiándose del trabajo y de las ideas de otros, sino que era producto de un  descuido que fue posteriormente subsanado con una fe de erratas que se publicó.  “Un párrafo o dos sin citar no pueden ser calificados de plagio”, dijo Reyes en una entrevista en La W, en la que denunció que detrás de esos injustos señalamientos había el temor de elegir a un registrador independiente como él, que no era santista.

Al otro día el portal de La Silla Vacía  publicó un artículo titulado ‘Guillermo Reyes, ¿plagiador en serie?’, en el que sacaba a relucir otra denuncia de plagio cometido en 2004, cuando era miembro del Consejo Nacional Electoral y publicó un libro, El nuevo orden político y electoral en Colombia, prologado por el entonces presidente Álvaro Uribe.  Según ese mismo portal, Reyes retoma al pie de la letra cuatro capítulos completos de un artículo escrito años antes por Juan Manuel Jaramillo, un reconocido jurista que por espacio de diez años trabajó en la Corte Constitucional.

Pese a que la propia viuda del doctor Jaramillo ha insistido en el plagio él lo niega, de la misma forma que negó hace años otro plagio denunciado en su momento por Ramiro Bejarano.  El plagio apela a la trampa y refleja una condición ética muy frágil.

Con tantos atenuantes éticos sorprende que el doctor Reyes sea uno de los más opcionados a ocupar el cargo de registrador cuya principal tarea  es la de velar para que no haya trampa en las elecciones.

CODA: según el libro de la periodista Silvia María Hoyos, Pablo Escobar esperaba la llegada del entonces rector de la Universidad de Antioquia a La Catedral para que le ayudara a adelantar estudios universitarios de periodismo. ¿Saben quién era ese rector? Luis Pérez, el actual candidato por el Partido Liberal a la Gobernación de Antioquia.

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