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¿Masacre Democrática?

Para esos que aún creen que ese “proceso de paz” conducirá a algo positivo. De manera obvia todos somos objeto de burla para quienes “negocian”.

Guillermo Rodríguez M., Guillermo Rodríguez M.
2 de noviembre de 2013

Después de conocer los “versos” que el equipo negociador de las FARC, produce en sus vacaciones al mejor estilo Castrista. Entre tanto se asoma, el sol en la cálida playa de La Habana, feliz, evidente e inmerecido descanso para quienes hacen tanto daño en Colombia, se deleitan en la paradisiaca playa. Claro está después del café con el equipo negociador del Gobierno.


Gracias a todos los incautos, aquellos que todavía creen en la superación del terrorismo con agua tibia, al son cubano y de los mojitos, por cuenta de los tributos de esos incautos en Colombia, esos que aún creen que ese “proceso” conducirá a algo positivo, de manera obvia todos somos objeto de burla para quienes “negocian”. 

Es lamentable saber que gracias a un gobierno cándido que raya en lo cómplice, el mayor verdugo de Colombia más aún que la corrupción pretende llegar al congreso, ellos esperan las horas con bastante ansiedad, no hayan el momento que puedan llegar al capitolio, como si nada hubiese pasado en cincuenta años de sangre, terror, muerte, secuestros y el engaño a los gobiernos de turno y en general al pueblo Colombiano.

Al parecer poco importa el sistema de justicia internacional, pues al paso que vamos dentro de pocos tiempo estará operando en Colombia, ante tal jurisdicción por la no observancia del derecho internacional público, más concretamente el estatuto de Roma, para el grupo paramilitar terrorista de las Farc, no hay víctimas, en sus declaraciones desde el “Resort” indican: “¿Víctimas, cuáles víctimas?”.

Los mensajes de las Farc, hacen inferir claramente que ellos son las víctimas, que ellos no negocian ni trafican drogas ilícitas, que ellos llevan arando la tierra por cincuenta años, y que el Estado es el verdugo, es decir pretenden pasar de arcángeles, se les olvido los secuestros, como por ejemplo el de los once diputados del valle, que mediante engaños, “perfidia”, fueron puestos en situación de incapacidad para resistir, para llevarlos al monte; ya todos sabemos el triste final de esos compatriotas fusilados vilmente.

Esta semana se decidió darle prorroga, por un par de días a las discusiones del segundo punto en la agenda, esa anhelada e inmerecida participación política que demandan, todo por que pretenden traernos a Colombia ese Castro Chavismo, ese que ha dado tanta miseria en Cuba y Venezuela, el embeleco surge en este punto claramente no por el número de curules que el gobierno quiere regalarle de manera directa al terror, el dilema es porque la tesis del gobierno para darle legitimidad a ese esperpento de falsa paz, es un referendo que como están las cosas nadie aquí con dos dedos de frente lo votara, sencillamente porque sería el premio al terrorismo; y por otro lado porque “Márquez, Paris y Granda” piden es una Asamblea nacional constituyente, en donde según ellos se resolverán los grandes problemas del país. La pregunta sería el gobierno Santos, ¿nos llevara a una Constituyente?

Como van las cosas nada nos indica que no, no solo el tomador de decisión se identifica por recular todo, sino también por su papel de “neurosis” de puertas para fuera, cuando en lo más adentro del circulo de poder le dice si a posiciones insospechadas e inverosímiles, por ejemplo el mensaje en la ONU, es un claro mensaje entre líneas que Colombia “desarrollara un proceso de paz” por encima de todo, porque tiene un derecho de autodeterminación soberano, y ante el nada ni nadie puede coartarlo, máxime si se habla de alcanzar la paz, mensaje que no dice más que la justicia internacional y los tratados suscritos por Colombia importan poco, y que así se llegue a una paz de corto aliento todo vale. Mal mensaje.

Ahora no hay que esperar que el Castro Chavismo llegue a Colombia para saber que podría esperarnos de enquistarse él en Colombia, hoy por ejemplo se usan las instituciones como el Consejo Nacional Electoral para coartarle los derechos a la oposición, a Uribe Centro Democrático, no lo dejaran usar como logo o enseña la imagen del rostro de su líder, Álvaro Uribe, para completar el “mandado” del modelo, ordenan la supresión del apellido del mismo en la denominación “social” de este noble grupo de ciudadanos que en las próximas elecciones no buscan cosa distinta a recuperar el rumbo. Esto es una evidente “masacre democrática”.

Claramente estoy seguro que ante instancia judicial, ese asunto se debatirá a favor de este gran y selecto grupo de ciudadanos, que hasta ahora han hecho lo que los partidos tradicionales no; por lo pronto no podríamos por ahora anunciar el atropello o demandar ante el sistema interamericano de derechos humanos; y si de hacerlo resultare, obviamente no será representado o asesorado, por quien con falsas victimas lleno sus bolsillos por una masacre que nunca ocurrió.

* Guillermo Rodríguez M. Abogado, Docente Universitario, Director Ejecutivo de Gobierno Seguridad y Desarrollo.

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