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JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.

Medidas cautelares para Bogotá

Todos quieren sus propias medidas cautelares. Los uribistas, para frenar la venta de Isagén. Los pensionados del Congreso y la rama judicial, para recibir sus elevadas mesadas y Gustavo Petro, para volver a atornillarse en la alcaldía

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
19 de abril de 2014

Se ha puesto de moda aquello de pedir y conceder medidas cautelares para todo. Basta echar una mirada al buscador de noticias de Google para comprobar que la dichosa expresión aparece más de 7.000 veces mencionada en los últimos meses. Habrá que recordar que una medida cautelar supone una protección especial para quien la solicita mientras se decide de fondo una controversia judicial.

Por eso todos quieren sus propias medidas cautelares. Los uribistas las piden para frenar la venta de Isagén. Los pensionados del Congreso y la rama judicial las solicitan para seguir recibiendo sus elevadas mesadas. Y claro, Gustavo Petro también las busca para volver a atornillarse en la alcaldía de la capital.

Me pregunto si no será hora de que más bien nos concedan medidas cautelares a quienes vivimos y padecemos los problemas de gobernabilidad que sufre Bogotá por estos días. ¡Sinceramente las merecemos!

Alguien tendría que ponerle punto final al novelón de la destitución del alcalde para evitar un detrimento todavía mayor en esta ciudad, que ha aguantado mucho pero que llegó al fondo de su crisis mientras la justicia, el Gobierno nacional y los órganos internacionales se pelotean las decisiones.

Quienes vivimos en Bogotá y no podemos movernos de un lado al otro, por la falta de un metro que lleva 50 años en estudios preliminares, deberíamos tener derecho a unas medidas cautelares. Pero no. En este país de tantos abogados y tan poca justicia todo está diseñado para que el garantismo judicial proteja el interés individual y no el general, como corresponde.

¡Los ocho millones de habitantes de Bogotá exigimos medidas cautelares para la capital! Y ahora cuando el tablero vuelve a acomodarse en función de los intereses electorales, necesitamos esas medidas con más urgencia.

El Gobierno nacional, dueño de la pelota, está dominando el partido a su acomodo. Unos le dicen al presidente que debe acercarse otra vez a Petro y promover su restitución. Otros le aconsejan convocar a elecciones el 29 de junio, cuando hayan pasado la primera y la segunda vueltas presidenciales.

¿Será que después de la mala reacción de la opinión pública frente a la decisión de Santos con respecto a Bogotá, ahora el presidente-candidato quiere echar reversa y promover la idea de que Petro vuelva con el patrocinio del Consejo de Estado?

¿Será cierto que quisieron tantear al magistrado ponente que lleva el caso sobre esa posibilidad durante sus vacaciones en San Gil y este no le contestó el teléfono a nadie?

Y eso que pocos hablan de las más de 30 tutelas presentadas en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca en contra del presidente por haberse negado a acoger las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Qué tal que alguna de ellas prospere y ordene revertir la destitución de Petro?

¡Qué enredo! Bogotá tendría que ser mucho más que el botín de la izquierda o la derecha, pero, al paso que vamos, nos tocará a los sufridos habitantes de esta convulsionada urbe pedirle medidas cautelares a Dios.



Twitter: @JoseMAcevedo

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