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Medios y fines puestos en Jaque

¿Quién tiene la responsabilidad del mando dentro de este operativo? ¿Dónde falló la cadena? Y, ¿qué tipo de sanciones vendrán por la comisión de errores dentro de una operación tan bien planificada y controlada, como se supone?

Semana
11 de agosto de 2008

La eficacia de la llamada operación “Jaque” es irrefutable. Tan irrefutable como las “zonas grises” que han venido rodeando la exposición pública del operativo a través de los medios de comunicación. Analistas independientes, otros no tanto, áulicos y avezados opinadores sin embargo, con cierto apasionamiento o ignorancia, han terminado por reducir la importancia de un asunto mayúsculo de la guerra ó de un conflicto armado interno en un Estado de Derecho: la distinción entre medios y fines. O puesto en otras palabras, la validez de ciertos métodos frente al alcance de unos objetivos determinados.

En una entrevista a Caracol Radio del 6 de agosto pasado, el propio Ministro de Defensa sorprendió con sus declaraciones en momentos en que se debatía sobre la existencia ó no del delito de perfidia con relación al uso premeditado de logos del CICR en la operación "Jaque": "nadie sabía que ese delito existía dentro de la gente que estaba operando eso", manifestó con total naturalidad. Tales afirmaciones sorprenden, más aún en un año en que el propio Ministerio de Defensa publicó su "Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario" en la que se apuesta por un cumplimiento estricto en estas materias, y cuando es reconocido el esfuerzo de vieja data que adelantan el CICR y oficinas de Naciones Unidas por capacitar a la fuerza pública en estos temas.

En la misma entrevista el Ministro concluyó que esta sería una "lección aprendida" para futuras operaciones. Debemos creerle y desde luego ratificar que no se critica la eficacia de la Operación Jaque, ni mucho menos la liberación de los 15 secuestrados que estaban en poder de las Farc en condiciones infrahumanas. Pero esta lección aprendida debería ir mucho más allá.

En otro escenario, el propio Santos mencionó un hecho significativo que ha pasado desapercibido para muchos; en su alocución desde San José del Guaviare nos dio excelentes pistas para desenredar la madeja con relación al asunto de la filtración del video a un canal de televisión. Más allá que se trate de un medio de comunicación con preferencias políticas bien marcadas nos ilustra sobre algo en lo que debe seguir trabajando la fuerza pública: "Con el video de ayer se demuestra que la realidad era diferente, que el logo se utilizó desde el comienzo de la operación, y lamentamos mucho que eso haya sucedido, pero el gobierno del presidente Uribe, el general Padilla y yo dijimos la verdad que conocimos en su momento", dijo Santos el 5 agosto pasado.

La ausencia de una referencia al principal artífice militar de Jaque es bastante notable. No es una ausencia de poca monta. Ante la "sorpresa" del uso premeditado de emblemas del CICR y de las que puedan venir (¿Se pagó a mandos de las Farc?, ¿fueron utilizados desmovilizados?, etc.), es sensato preguntarse ¿Quién tiene la responsabilidad del mando dentro de este operativo? ¿Dónde falló la cadena? ¿Sería sólo un asunto de un capitán del ejército que por miedo se colocó un peto del CICR? Y, ¿qué tipo de sanciones vendrán por la comisión de errores dentro de una operación tan bien planificada y controlada, como se supone? Sería bastante paradójico que los problemas de mando y control tan de moda hoy dentro de las Farc, empezaran a hacerse notorios dentro de la fuerza pública, sobre todo en operaciones tan delicadas que involucran la vida de seres humanos.

¿Cuánto más nos falta por saber con relación a la operación Jaque? El tiempo lo dirá. Pero es claro que lo poco que hemos venido conociendo y que ha sorprendido tanto al Presidente, como al ministro Santos y al General Padilla, no son asuntos marginales y sin importancia. No es sólo una discusión alrededor del uso abusivo de logos que exclusivamente interesen al CICR. Tampoco se trata de simples fallas a causa del nerviosismo de valientes miembros de la fuerza pública. Se trata de lecciones vitales y sencillas para recordar como dentro de la guerra la distinción entre medios y fines sí tiene importancia, y como para ganarla es necesario que el mando y el control se ejerzan de manera transparente.



*Gerson Arias es coordinador del área de dinámicas del conflicto y negociaciones de paz, de la Fundación Ideas para la Paz (www.ideaspaz.org)

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