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Mejor, deje así...

Es insostenible que el mismo Presidente cuya reelección está cada día más cuestionada anuncie una lucha contra la corrupción y un nuevo intento de reforma a la justicia.

José Manuel Acevedo M.
29 de septiembre de 2017

Señor Presidente: se lo agradecemos pero no. Su intención de reformar la justicia y su anuncio de un pacto con las altas cortes para lograrlo no sólo llega tarde sino que, infortunadamente, carece de legitimidad, luce inverosímil y, si me permite decírselo con respeto pero con franqueza, está cargado de un inmenso cinismo.
Mientras pasan los días y su segundo mandato se acerca al final, más revelaciones se conocen sobre la entrada indebida de dineros a su campaña reeleccionista. 
Bernardo Elías, su senador amigo, con el que compartió tarima en la costa y a quien le entregó el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (FONADE) por su invaluable apoyo electoral, dijo en su reciente testimonio a la fiscalía que "el interés era ayudarle a los de Odebrecht a que sacaran rápido los Otrosí Ocaña – Gamarra para que ellos entregaran recursos económicos con destino a la campaña presidencial periodo 2014 – 2018 reelección, primera y segunda vuelta (...)". 
 
Musa Besaile, otro de sus grandes socios en el empeño de lograr su segundo término es, hasta el momento en que escribo esta columna, un prófugo de la justicia. 
 
Déjeme recordarle que el empresario Gabriel Dumar también enlodó ante la Corte Suprema a su gerente de campaña Roberto Prieto, que debe estar temblando no por ese testimonio -que es uno apenas de oídas- sino por el de Eduardo Zambrano que dice tener pruebas del desembolso de dinero de Odebrecht para el gestor de su reelección, el señor Prieto, impunemente beneficiado con los favores de este gobierno que usted preside. 
 
No sobra decirle, señor presidente, que a la vez que usted pide que le caiga todo el peso de la ley a los corruptos, su actual viceministro de agricultura Luis Miguel Pico sigue atornillado al cargo a pesar de los serios señalamientos que se hacen en su contra y de una indagación ya en marcha en la Procuraduría General de la Nación. ¿No será este el momento de pedirle que se separe de su puesto y ofrezca las explicaciones que le corresponde ante la justicia?
Ni hablar de sus dos exministras, a las que usted llama impolutas, que han preferido refugiarse en el resquicio de la ley que les permite no acudir a un interrogatorio antes que dar ejemplo como exfuncionarias del Estado y poner la cara. Para mí, una inmensa decepción. 
Señor presidente y Nobel de paz: por el bien de Colombia no insista en una reforma producto de un consenso de los mismos con las mismas que ya sabemos cómo comienza y cómo termina, cuando las soluciones de verdad necesitan de una amplia legitimidad de la que usted y estos magistrados, tristemente carecen.
No le queda bien al mismo primer mandatario que ternó a la esposa del magistrado Leonidas Bustos para el Consejo de Disciplina Judicial y que llamó "magistrado de la paz" al mencionado togado, tratar de convencernos ahora, en los estertores de su gobierno, de que encabezará una cruzada para cambiar las malas prácticas en la justicia.
Mejor, deje así. Permita que iniciativas ciudadanas que intentan proponer cambios puntuales sigan su curso. Que organizaciones como DeJusticia, el Instituto de Ciencia Política, el de Libertad y Progreso o la Corporacion Excelencia para la Justicia y las facultades de derecho, digan lo suyo.
Ya sabemos que no gobierna para las encuestas sino para la historia y, es la historia, justamente, la que le reclama esta vez que se haga un lado. Deje así, respetado doctor Juan Manuel Santos Calderón.

Twitter @JoseMAcevedo

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