El fantasma del umbral

Uno de los mecanismos a través de los cuales se logró reducir la gran dispersión de partidos políticos que existió en Colombia durante el siglo veinte, fue el establecimiento de un porcentaje mínimo de votos válidos, que un partido político debe obtener para ser tenido en cuenta al momento de asignar las curules que estén en juego en una determinada corporación de elección popular. Este porcentaje mínimo, que en nuestro sistema legal recibe el nombre de umbral, corresponde al 3% del total de votos válidos para el caso del Senado de la República, ese mismo porcentaje es también requisito para que los partidos, movimientos políticos y grupos significativos de ciudadanos puedan obtener y mantener su personería jurídica.

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En las últimas elecciones de 2014 el total de votos para el Senado fue de 14.177.898, de los cuales 11.865.156, incluidos los votos en blanco, fueron considerados como válidos después de restar los votos no marcados y los votos nulos. En este escenario el umbral para 2014 fue de 355.955 votos. Para las mencionadas elecciones el censo electoral, es decir el número total de colombianos habilitados para votar fue de 32.972.158 ciudadanos, lo cual significa que los senadores fueron elegidos solamente por el 40% del censo electoral.

A riesgo de equivocarme, me aventuro a realizar un cálculo prospectivo de los votos válidos para Senado que los colombianos depositarían el día de mañana 11 de Marzo. Para ello tomaré como base el aumento del censo electoral que en cuatro años correspondió a 8.47%, porcentaje que resulta de la diferencia entre el mencionado censo de 2014 y el actual, que de acuerdo con las cifras oficiales de la Registraduría Nacional del Estado Civil corresponde hoy a 36.025.318 ciudadanos. De otro lado, tomaré en cuenta que muchos colombianos se verán atraídos a votar el domingo por las consultas de la centro derecha (Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez) y de la izquierda (Gustavo Petro y Carlos Caicedo), y que dicho voto puede incentivar que esas mismas personas voten también por los candidatos al Congreso. Teniendo en cuenta los criterios mencionados, podríamos especular un conservador escenario de aumento del 10% de votos válidos con respecto al año 2014, es decir que tendríamos una votación cercana a los 13 millones de votos descontando votos nulos y no marcados.

En este horizonte el umbral podría estar en un rango comprendido entre los 390.000 y los 400.000 votos. Sin contar a la Farc, que ya tiene asegurados 5 escaños en el Senado, de los 15 partidos, movimientos políticos y grupos significativos de ciudadanos que fueron incluidos en el tarjetón para mañana, en mi concepto hay seis que enfrentan el “fantasma del umbral” corriendo el riesgo de no alcanzarlo: MOVIMIENTO TODOS SOMOS COLOMBIA, Grupo significativo de ciudadanos (GSC) UNIÓN CON FORTALEZA, (GSC) SÍ SE PUEDE, PARTIDO SOMOS, PARTIDO OPCIÓN CIUDADANA, y finalmente el (GSC) COLOMBIA JUSTA LIBRES.

Hay un segundo grupo de partidos sobre los cuales se ha especulado mucho en cuanto a la posibilidad de que no alcancen el umbral, entre ellos está el Polo Democrático, la Alianza Verde y el Mira, sin embargo teniendo en cuenta su trayectoria y sus votaciones históricas, no resulta razonable ni lógico anticipar la posibilidad de que no superen el umbral.

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En el caso de la llamada “Coalición Lista de la Decencia”, liderada por el exalcalde Petro, los ojos del país estarán muy atentos a la votación que obtenga, la cual no obstante contar con la ventaja de jalonar votos a través de la consulta Petro-Caicedo, no la tendrá fácil pues sus candidatos no cuentan con experiencia y son poco conocidos.

En el mejor de los escenarios, si dicha lista supera el umbral, Petro podría darse por bien servido si logra obtener 4 o 5 senadores, con lo que estaría en dificultades para contar con las mínimas condiciones de gobernabilidad en el evento en que ganara las elecciones presidenciales, pues a menos que se convirtiera en el campeón de las alianzas y las coaliciones, tendría que enfrentar un Congreso mayoritariamente de centro y centro derecha, que se convertiría en su dolor de cabeza permanente. Esta es una de las razones por las cuales después de las elecciones de mañana, Gustavo Petro muy posiblemente enfrentará el gran reto de convencer al país de que podría ser un candidato presidencial viable a pesar de no contar con respaldo legislativo, como un capitán sin tripulación. Amanecerá y veremos.

*Ex viceministro de Justicia. Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda