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Naciones Unidas, Estados Unidos

La guerra en Irak podría ganarse sin legitimidad pero la paz no puede lograrse sin legitimidad. Estados Unidos necesita a la ONU

Semana
11 de agosto de 2003

Estados Unidos ganO la guerra solo pero va a perder la paz si sigue solo. Esto le abre un espacio a Naciones Unidas, que los países serios están examinando y los demás países están desperdiciando.

La ocupación de Irak contra la ONU fue la culminación (hasta el momento) del giro a la derecha en la política

exterior norteamericana. Es la soberbia de los nuevos halcones, desde el plantón al Tribunal de Roma hasta el Tratado de Kioto, desde los subsidios agrícolas hasta los presos en Guantánamo, desde la doctrina inverosímil del "ataque preventivo" hasta el cuento inverosímil de las armas de Hussein.

Pero detrás de los halcones hay un hecho más hondo y menos comentado por los medios: Estados Unidos actúa solo porque está solo. Solo porque no tiene rivales. Y solo porque no tiene a quién representar. Mientras duró la Guerra Fría hubo rival y Estados Unidos actuaba en nombre del "mundo libre"; ahora no tiene quién lo desafíe pero cada país del "mundo libre" actúa por sí mismo. Así que Estados Unidos optó por inventarse un enemigo nuevo y los países libres, por buscar su tajada.

Este hecho también afecta a la ONU. Europa no puede ser el contra-poder de Estados Unidos, pero no quiere que China o Rusia asuman semejante rol. Y así quedamos en la rara criatura del Consejo de Seguridad, donde cinco países desiguales fingen que son iguales y que ellos representan a la humanidad.

Pero ¡cuidado! ese Consejo es lo más parecido que tenemos al Estado de Derecho en el orden mundial. Y es también la única instancia en la que los actos de una potencia pueden ganar un manto de legitimidad.

A esto voy: la guerra de Irak podía ganarse sin legitimidad pero la paz en Irak no puede lograrse sin legitimidad. Estados Unidos necesita de la ONU y la ONU, quiero decir los países serios de la ONU, a lo mejor podrán cobrar por el servicio.

Seamos claros: a lo mejor ni siquiera la ONU puede arreglar el daño que hizo Bush. Irak era un país pegado con babas, mejor dicho, con la mano asesina de Hussein. Y así ahora mande el señor Bremer con asistencia de un "Consejo de Unidad", el país está roto en tres países: el Norte kurdo enredado con Turquía, el Sur chiíta enredado con Irán, el Centro sunnita enredado con Siria.

Si la ONU se hace cargo, corre el riesgo de que el "protectorado" le estalle en tres pedazos. Pero el riesgo es peor para Estados Unidos, porque la ocupación está agravando el odio sordo de mil millones de árabes y musulmanes dentro y fuera de Irak contra el imperialismo -o el demonio- gringo.

Un gobierno temporal de Naciones Unidas sería digamos, menos impotable, sobre todo si logra que los 18 Estados árabes lo aprueben y acompañen de algún modo. Las experiencias de Namibia y Timor Oriental sugieren que la ONU podría tener éxito. Es más: según datos del Congreso norteamericano sobre 16 invasiones que ha efectuado "para restablecer la democracia", Estados Unidos fracasa cuando va solo o cuando monta un gobierno títere, fracasa menos cuando logra elecciones (Panamá, Granada) y fracasa menos todavía cuando va acompañado (Alemania y Japón tras la Segunda Guerra) o cuando tiene permiso de la ONU (Haití, Afganistán).

A lo cual por supuesto hay que añadir los costos que Estados Unidos se ahorraría si mete a la ONU:

-El costo de los soldados muertos en emboscadas, que ya casi son tantos como los de la guerra. Así "aliados" como Polonia y El Salvador estén enviando contingentes simbólicos, sólo una operación mediada por la ONU podría acercarse a los 150.000 efectivos norteamericanos.

-El costo mensual de la tropas, que va en tres veces lo presupuestado, y el de la reconstrucción, que según el Pentágono iba a ser de 6.000 millones, según la ONU no bajará de 30.000 y según otra cuenta pasaría de 100.000 millones de dólares en cinco años.

La realidad de esos riesgos y esos costos está inclinando a algunos dirigentes demócratas -y a Powell- a negociar de nuevo con la ONU. Francia, Rusia y China, con inversiones jugosas en el petróleo de Irak, están midiendo sus tajadas.

Y mientras tanto hay países que a estas alturas creen que cuando gana Estados Unidos ganaron ellos.

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