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Olmedo y Sneyder, esa no es toda la verdad

Olmedo López y Sneyder Pinilla no dicen nada de los contratos de los demás carrotanques ni de a dónde fueron a parar los dineros de las ollas comunitarias. Fueron 200.000 millones y pretenden resumirlo todo en solo 4.000 millones los que se entregaron en corrupción.

Diana Saray Giraldo
11 de mayo de 2024

Las revelaciones de Sneyder Pinilla, exsubdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), según las cuales los dineros destinados a atender emergencias fueron utilizados para financiar campañas y mover la agenda legislativa del Gobierno, tienen al país revuelto. Pinilla ha dicho que demostrará que de los 46.000 millones de pesos utilizados para comprar 40 carrotanques para La Guajira, 4.000 millones fueron a parar a los bolsillos de los presidentes del Congreso, para garantizar el impulso a los proyectos de ley del Gobierno.

Aunque al inicio de este escándalo, Olmedo López, exdirector de la UNGRD y jefe de Sneyder Pinilla, dijo que todo era un montaje del “cartel del agua” y que defendería su inocencia, ya se sabe que está dispuesto a entregarle a la Justicia las pruebas de que lo que dice Pinilla es todo cierto.

Hasta ahora, las declaraciones de estos Batman y Robin de la corrupción han involucrado, además de los presidentes del Congreso, al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco; a Carlos Ramón González, director de la Dirección Nacional de Inteligencia; a Sandra Ortiz, ex alta consejera para las regiones, y a Andrés Idárraga, secretario de Transparencia. Pero aún no se sabe a cuáles congresistas fueron a parar estos dineros ni cómo se utilizaron en las elecciones regionales.

La verdad es que el tamaño de este escándalo de corrupción es mucho más grande de lo que quieren mostrar Olmedo y Sneyder. En total, la UNGRD hizo negocio con 334 carrotanques, entre compras y alquileres, que se distribuyeron así: 224 fueron a La Guajira; 30 a Boyacá; otros 30 llegaron a Córdoba; 25 se destinaron a Sucre; 20 a Santander y cinco fueron a parar a Buenaventura. Son 334 carrotanques sobre los que hubo negocios amañados y no 40. Basta seguir, por ejemplo, el rastro de Sneyder en elecciones para saber que el dinero entregado es mucho más y que se destinó a mover varias elecciones.

El 27 de octubre, dos días antes de regionales, Pinilla llegó a Sabana de Torres (Santander), de donde fue alcalde y saltó a la UNGRD de la mano de Olmedo. Ese día hizo reuniones con miembros de la Defensa Civil, de bomberos y líderes políticos santandereanos. Dicen quienes ahí estuvieron que lo que hubo fueron grandes promesas de ayuda a cambio de apoyos políticos. El mismo Sneyder publicó en sus redes fotos de su reunión: “Los vamos a fortalecer con dotación y haremos la gestión para que tengan condiciones dignas”, y etiqueta a Olmedo López.

El día siguiente, 28 de octubre, el mismo Sneyder se fotografió frente al letrero turístico “Yo amo a Sabana de Torres”, junto a su equipo: “Les presento a los sabaneros que trabajan en la UNGRD, que con gran esfuerzo estudiaron y hoy día son tenidos en cuenta por el gobierno del cambio. Gracias @olmedolopez”. En la foto de los orgullosos sabaneros, aparece Óscar Cárdenas Angulo, el estructurador técnico del contrato de carrotanques. Ese mismo día recorrió la zona rural, donde prometió inversiones como la construcción de un jarillón y la llegada de maquinaria. ¿Todas esas promesas a cambio de qué? El candidato de Pinilla en estas elecciones fue Darío Buchenicow, que arrasó en elecciones.

Al día siguiente, cuando ya se sabía que había ganado su candidato, Sneyder publicó en sus redes: “Y síííí la ola invernal fue fuerte, tan fuerte que tendremos que quedarnos una semana más”, junto a un emoticón de una cara que llora de risa. Pero para ese momento no caía una sola gota de lluvia en Sabana de Torres. El archivo meteorológico registra ese mes temperaturas de 30 grados y solo 10 milímetros de lluvia.

Pero Sneyder sabía a qué se refería con su alusión a la ola invernal. Esta supuesta ola invernal fue la que les permitió a Sneyder y a Olmedo disponer de miles de millones. En julio de 2023, tres meses antes de elecciones, 200.000 millones fueron girados a la UNGRD, por una jugada del senador antioqueño Juan Diego Echavarría. En el Congreso, Echavarría introdujo una proposición en la que alegaba que la UNGRD necesitaba recursos para atender las emergencias de la ola invernal y que muy pronto se aproximaría el fenómeno de El Niño. Y así, logró que se aprobara el dinero para la UNGRD.

Ya con el presupuesto asignado, vino la excusa de atender el hambre por las emergencias causadas por las lluvias, con la que se entregaron 159.000 millones en las llamadas ollas comunitarias, que en síntesis era la entrega de raciones de comida caliente. Fueron 1.130 ollas, de las cuales 470 fueron entregadas a La Guajira. Pero hoy en varios municipios dicen que allí no les dieron ninguna comida.

Juan Diego Echavarría, el artífice de entregar estos recursos antes de elecciones, es el gran socio político de Julián Bedoya y del senador conservador Carlos Trujillo, y Trujillo es el padrino político de Olmedo López y el artífice de que haya llegado a la UNGRD. Ellos tres son los dueños políticos de Itagüí. Y de Itagüí era la empresa que marcó los carrotanques de La Guajira con los rostros de Petro y de Olmedo López.

Trujillo es el nuevo barón electoral de La Guajira. Tuvo en este departamento la segunda votación más alta del país. Para las regionales de 2023, su aliado en La Guajira fue Jaime Lacouture, hoy secretario de la Cámara de Representantes. Trujillo fue pieza clave en la campaña Petro en La Guajira y hoy pone y quita candidatos en todo el país.

Pero Olmedo y Sneyder ni siquiera mencionan a Trujillo y a Lacouture. No dicen nada de los contratos de los demás carrotanques ni de a dónde fueron a parar los dineros de las ollas comunitarias. Fueron 200.000 millones y pretenden resumirlo todo en solo 4.000 millones los que se entregaron en corrupción.

Al cuento de estos dos les falta el pedazo, sin duda, verdaderamente importante.

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