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Operación ‘Jaque’: la película.

Allá George Clooney puede interpretar al general Mario Montoya; acá, en cambio, no hay quien baje a Rodrigo Obregón de ese papel

Daniel Samper Ospina
12 de julio de 2008

Quiero pedir un favor muy especial: sé que todo lo de la liberación de los secuestrados ha sido muy emocionante y comparto la admiración que todo el país siente por las Fuerzas Militares, el ministro Santos y el presidente Uribe. Pero quiero hacer un llamado a la calma y solicitar a las autoridades pertinentes, o a quien haya lugar, que no permitan que de esta euforia salga una película colombiana al respecto, como lamento que va a ocurrir.

De verdad. No vale la pena. Vivamos las imágenes con una dicha sincera, pero no las convirtamos en algo tan miedoso como una película de bajo presupuesto, salpicada de problemas de sonido y henchida de un patrioterismo barato: porque ya oigo como banda sonora las canciones Qué bonita que es la vida y Qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano, interpretadas con la pretensión de que a uno se le erice la piel mientras izan el pabellón nacional.

Ya me veo a Dago García colando en la trama a 'Jeringa' para darle una bocanada de humor familiar a la cinta, y desempolvando a 'Pedro, el escamoso' para que interprete al sargento Marulanda, el liberado de pelo largo que se ganó el corazón de todos.

Si la hace Sergio Cabrera, ya me lo veo poniendo a su ex esposa Florina Lemaitre en el papel de Íngrid, a su hija Valentina en el de Melanie, y a su papá Fausto en el de un repentino espíritu que aparece en medio de efectos de humo y declama un poema entre quejidos sin que nadie sepa bien por qué.

Todo esto en caso de que no decida filmarla Víctor Gaviria, que la haría directamente con 'Gafas' y 'César' de actores reales, siempre y cuando se comprometan a decir la palabra "gonorrea" varias veces en cada escena.

Hago un llamado a la mesura. No dañemos este momento. Quedémonos quietos, que además así nadie se quiebra. Si en Hollywood quieren hacerla, me parece perfecto: allá hay recursos para este tipo de cosas. Allá George Clooney puede interpretar al general Mario Montoya; acá, en cambio, no hay quien baje a Rodrigo Obregón de ese papel. Allá al enfermero lo interpreta Denzel Washington; acá, Óscar Borda. En la trama de allá no habría curas; en la de acá inventarían uno para poder meter a Carlos Muñoz, que siempre hace de cura.

Yo sé que para bajar costos de producción en Colombia no filmarían dentro de un helicóptero real, sino en la cabina del avión destartalado que yace en el Museo de los niños; que adecuarían la plaza de Villa de Leyva como si fuera la alcaldía de París; que las escenas de guerra se harían en el parque Jaime Duque, y que incluso aprovecharían la réplica en yeso del Taj Mahal, deslumbrados por su tamaño, aunque no tenga nada que ver con la selva; también sé que en las escenas de riesgo, en lugar de contratar una doble profesional, utilizarían la silueta de cartón de Íngrid con que su marido trataba de que no se nos olvidara, y que habría un desnudo de una actriz joven y medio famosa, sacado de la nada, para ayudarle a la taquilla.

No faltará quien diga que desde Paraíso Travel y Soñar no cuesta nada el cine colombiano vive un momento de oro. No: no vive un momento de oro. Es un cine malo. Tuvo una película decente y otra entretenida, pero por cada una de ellas han salido intentos angustiosos como Karma, comedias terribles como Muertos del susto, esfuerzos eternos como El trato.

¿Qué papel haría Edgardo Román, si siempre hace de sargento o de pobre o de sargento pobre? ¿Varios a la vez? El que actúe de Lecompte ¿se resignará a ser un extra sin parlamento? Para interpretar a Juan Manuel Santos, ¿traerían a Chuky, el muñeco diabólico?

Me imagino a Margalida Castro exigiendo el papel de Yolanda Pulecio; a Jimmy Bernal, el gringo de Te quiero pecas, pidiéndose al teniente Stansell, el norteamericano más alto y musculoso de los que liberaron, y a Andrés Felipe Arias clamando para que lo dejen hacer de Uribe: porque él siempre quiere hacer de Uribe.

Ah: y me imagino también a Teresa Gutiérrez en el papel de Jorge Eduardo Géchem. Y aunque no sean actores, veo a Luis Alfredo Ramos haciendo de Luis Eladio Pérez, y a Luis Alberto Moreno como el sobrinito encorbatado de Íngrid, todo por apoyar esta causa nacional.

No hagan la película, por favor. ¿Quién hace de Uribe? ¿Danilo Santos? ¿Armando Gutiérrez?

Pero en medio de esta euforia he perdido las esperanzas, y sé que la harán; y que después vendrá Operación jaque dos: el retorno. Y que, como van las cosas, también habrá una tercera parte. Pero de Uribe. n

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