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Una decisión difícil

Si el expresidente y actual senador Álvaro Uribe escoge que se abstiene, queda claro que no se hará contar en las urnas.

Ariel Ávila
28 de julio de 2016

El próximo domingo, el Centro Democrático anunciará si se irá por la abstención o votará No en el plebiscito por la paz. La decisión no es fácil para ellos, de hecho, se están jugando su futuro como partido y como opción de poder. El tema es que el día que gane el Sí en el plebiscito no sólo desaparecerán las FARC como organización armada, sino que el Centro Democrático también podría desaparecer como partido político y en el 2018 pasaría a ser una pequeña colectividad con no más de cinco o seis senadores, algo insignificante para el país y el expresidente Uribe.

Si el expresidente y actual senador Álvaro Uribe escoge que se abstiene, queda claro que no se hará contar en las urnas y por tanto no catapultaría su posición política para el 2018. Además, permitiría que la campaña por el SÍ no tuviera un contrincante visible y haría posible que la diferencia entre ambos resultados fuese amplia. Pero sobre todo, al abstenerse, derrumbaría su propio andamiaje político. Como se sabe, al soporte financiero del partido, así como sus principales líderes regionales, no le gusta en proceso de paz y se oponen a él con un discurso ideológico, pero en verdad lo que los motiva a tal oposición son asuntos de interés económico.

Gran parte de estos liderazgos se quedaron con la tierra despojada a los campesinos durante los años más fuertes de confrontación militar en el país –1995-2005–.  Estos sectores saben que si hay paz, les toca devolver la tierra robada y entrar a un proceso de justicia, que es transicional, pero en todo caso de justicia. Por ejemplo, la semana pasada el senador Uribe envió una carta en la cual habría un espacio para que el Centro Democrático ingresara al proceso de paz, en dicho documento ponía una serie de condiciones. Confidenciales Semana pudo establecer que para el senador sólo había dos peticiones importantes para hacer, todo lo demás lo aceptaría:

“1) Que los guerrilleros condenados por delitos de lesa humanidad acepten no participar en política durante un plazo (por ejemplo, no en el 2018).

2) Que el número de hectáreas provenientes de baldíos y de extinción de dominio que el Gobierno piensa concederle al Fondo de tierras para redistribuir entre campesinos no sea exagerado. Las FARC consideran que el mínimo debe ser 10 millones de hectáreas. El Gobierno, que el máximo debe ser cinco millones. Uribe considera las dos cifras absurdamente altas. La pregunta es si las FARC están dispuestas a hacer una concesión a cambio de una paz completa”.

Nótese cómo el discurso de impunidad que tanto pregonan no importa en realidad, lo que sí importa es el tema de tierras. Los que siempre han concentrado la tierra, los que la despojaron, aquellos que se benefician de ella mientras millones de campesinos deben pasar hambre, le temen a la paz y quieren lograr impunidad. Estas bases le están exigiendo al CD irse por el NO, ya que abstenerse sería muy arriesgado.

Ahora bien, si el senador Uribe escoge el NO, obviamente tiene la ventaja de que existe la posibilidad de ganar y de una vez por todas destrozar la paz, pero si pierde, en el fondo estaría aceptando todo el proceso de paz, es decir, al aceptar el mecanismo de refrendación como “juez” del proceso, en caso de perder, no tendría otra alternativa que terminar apoyando la paz como un todo. Su discurso de la resistencia civil se caería y sobre todo los pilares políticos de su partido se derrumbarían. Por tanto, si perdiera su partido se quedaría sin su esencia, aquella de no negociar con las FARC y no aceptar reformas de ningún tipo producto de un proceso de paz. Lo cual al final significaría que desaparecerían como fuerza política para el 2018.

En todo caso, el CD ha logrado diseminar un monto de falsedades sobre el proceso de paz y ante la parálisis del Gobierno frente a una estrategia de comunicación asertiva sobre el proceso de paz, el No tiene posibilidades de ganar. Al final la impunidad que tanto quiere el Centro Democrático tiene una esperanza, seguramente el domingo anunciarán que van por el No en el plebiscito.