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Alberto Donadio  Columna

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Pacto Histórico, acto histriónico

Ahora la paranoia le dio porque dizque lo quieren tumbar en un golpe blando. Genio y figura hasta la sepultura.

Alberto Donadio
11 de mayo de 2024

Hay un periódico que nadie lee, pero que es muy útil para conocer a Gustavo Petro. Es la Gaceta del Congreso. Las reuniones de comisiones parlamentarias y las plenarias de Cámara y Senado se graban y luego se transcriben y se publican en la Gaceta. Las intervenciones de Petro a lo largo de más de 20 años como representante a la Cámara y senador quedaron registradas en ese periódico. Esta semana, Petro consideró una arbitrariedad la ponencia del Consejo Nacional Electoral que pide investigar su campaña. “Una instancia administrativa formula cargos al presidente de la República. Es una abierta ruptura constitucional. Se responde es con la fuerza del pueblo. A los colombianos progresistas en el exterior iniciar las campañas en el mundo contra el golpe de Estado en Colombia. Si deciden violar el voto popular en Colombia del año 2022, se instaura en Colombia el poder constituyente, de una vez, a través de la movilización masiva del pueblo colombiano”, escribió. Según Petro, solo lo puede investigar la Comisión de Acusación de la Cámara.

Esto pensaba Petro sobre la Comisión de Acusación el 8 de noviembre de 2000: “En Colombia los 44 millones de colombianos, incluidos los congresistas, todos tienen fiscal, todos tienen juez, todos, los únicos que no tienen fiscal, ni juez, son los magistrados de las Altas Cortes, el Fiscal y el Presidente, básicamente porque la institución encargada para acusar no funciona, nunca ha funcionado, a nadie se ha acusado con la excepción del General Gustavo Rojas Pinilla, eso genera una perversión de la democracia”. Ahora, cuando a él le conviene, la Comisión de Acusación es un prodigio de la democracia.

El legendario periodista Fabio Castillo opina que los topes a los gastos de una campaña presidencial existen para que nadie pueda comprar la presidencia y todos compitan en igualdad de condiciones. “Por eso la importancia democrática del control que hace el Consejo Electoral. Un candidato debe responder. Esa fue mi posición cuando se reveló el aporte de 6 millones de dólares del cartel de Cali a la elección de Ernesto Samper Pizano, y lo es ahora mientras Gustavo Petro no desvirtúe o confirme si superó en $5.355 millones el presupuesto legal que tenía autorizado. No es con ‘aquí estoy y acá me quedo’, como respondió el primero, o con un ‘golpe blando’, como responde el segundo, que vamos a mejorar nuestra democracia. Explique y demuestre, para convencer, no arengue para enrarecer”.

La reacción del presidente no es más que una conducta histriónica, la exageración propia de un actor de teatro. Esa característica ya la exhibía en el Congreso. En la plenaria del 12 de diciembre de 2002, el congresista Luis Fernando Velasco, hoy ministro del Interior, fue ponente de un proyecto de ley. Ante uno de los tradicionales arrebatos del congresista Gustavo Petro, Velasco replicó: “Con el mayor respeto, yo creo que calificar el pensamiento de otras personas como criminal o como barbaridad, ¡hombre!, porque piensan distinto, yo alguna vez se lo dije al doctor Petro, por favor, amnistíeme por pensar distinto a usted”. Petro respondió: “De todo lo amnistío”. Como se ve, esto es puro teatro, pura dramaturgia. Solo que ahora estos exabruptos vienen de un jefe de Estado y los medios de comunicación los toman literalmente. Por eso, El Tiempo calificó de “inquietantes” los comentarios de Petro sobre la ponencia del CNE. No es para tanto. Son salidas de tono, baladronadas. Otra exageración de Petro ocurrió el 9 de abril de 2003. El presidente de la sesión, Telésforo Pedraza, se dirigió a Petro, pero solo alcanzó a decir honorable representante, cuando Petro le espetó: “No me calle porque habrá tiempo de callar gente, y si ahora matan periodistas...”. Fue una reacción desproporcionada. Muchas veces Petro en el Congreso actuó como si lo fueran a censurar cuando en realidad le llamaban la atención porque se le había acabado el tiempo para hablar. Como parlamentario creía que lo iban a silenciar. Ahora la paranoia le dio porque dizque lo quieren tumbar en un golpe blando. Genio y figura hasta la sepultura.

“Yo seguiré hasta donde el pueblo diga: si el pueblo dice más adelante, más adelante iré”, afirmó Petro esta semana. Lo mismo dijo el primero de mayo del año pasado: “Llegaremos hasta donde las decisiones populares quieran. Si quieren ir más allá, iremos más allá”. Es el disco rayado típico de cualquier político.

Acertó el ilustre jurista Mauricio Luna Bisbal al acuñar la frase: Pacto Histórico, acto histriónico.

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