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¿Para dónde van los verdes?

El hombre para dirigir el renacimiento de los verdes no es otro que Sergio Fajardo. Este partido debe proclamarlo como su jefe natural, tal como el Partido de la U asume a Santos y el Centro Democrático a Uribe.

León Valencia, León Valencia
16 de febrero de 2013

¿Alguien se acuerda de aquel momento virtuoso de la política colombiana en que un hombre: Antanas Mockus y un movimiento: la ola verde, estuvieron a punto de ganarle la Presidencia a Juan Manuel Santos? Parece lejano, pero ocurrió hace apenas tres años. 

De pronto un desencanto, una rebeldía subterránea, salió a flote y se manifestó en las encuestas. La gente, sobre todo los jóvenes, querían manifestar su inconformidad con la corrupción, su rechazo a la violencia, su decepción con el clientelismo, su repudio al todo vale, su anhelo de reconciliación, su apoyo a una transformación de la política colombiana y encontraron un portavoz de esas aspiraciones y se volcaron con generosidad a respaldarlo. 

No duró mucho la oleada. El líder que encarnó el sentimiento de cambio no fue capaz de mantener la confianza de la ciudadanía. El torrente perdió fuerza. Después de un gran desconcierto momentáneo, Santos recuperó la iniciativa y se puso de nuevo en la punta de la campaña electoral y venció con gran ventaja. Pero la inspiración y el esfuerzo de Antanas Mockus y de los líderes que lo acompañaron no ocurrieron en vano. Quedó flotando en el ambiente del país una agenda que luego, en algunos puntos, recogió Santos en su gobierno. Quedó el Partido Verde. 

La acción de este partido ha sido errática, contradictoria, triste si se quiere, pero ahí está. Tiene dos gobernadores, 52 alcaldes, ocho parlamentarios, 28 diputados a las asambleas y 800 concejales. Pero tiene, sobre todo, un legado que podría hacer valer en las próximas elecciones si aprende de sus errores y de sus aciertos.

El error mayor fue, sin duda, la alianza de Enrique Peñalosa con el expresidente Uribe para encarar las elecciones a la Alcaldía de Bogotá. Lo inconcebible pasó. Un acuerdo con quien representaba todo lo repudiado por la ola verde. La derrota fue estruendosa. Y el acierto mayor corrió por parte de Sergio Fajardo quien, enarbolando los valores que dieron origen al movimiento, se fue al departamento de Antioquia y puso a andar una candidatura independiente a la Gobernación, que recogió cerca de un millón de votos y arrasó al candidato del uribismo en la contienda. 

Ahora, de cara a las elecciones de 2014, están ante dilemas parecidos. Peñalosa aspira a competir por la Presidencia desde el Partido Verde buscando en algún momento una coalición con el uribismo. El sector encabezado por Lucho Garzón está jugado con la reelección de Santos y la franja de Sergio Fajardo y Antanas Mockus intenta construir una candidatura independiente desde un movimiento denominado Pido la Palabra. 

La pugna que se puede desatar alrededor de estas tres posiciones puede llevar a la desaparición de este grupo político o a la pérdida completa de protagonismo. Un golpe enorme para la democracia. Porque en la sociedad, en la juventud, están latentes las mismas angustias, las mismas rabias, los mismos reclamos, que dieron origen a la ola verde. La caída de la reforma a la Justicia el año pasado mostró que la indignación sigue viva y se expresa de cuando en cuando en las redes sociales. Ahí se manifestaron el rechazo a la politiquería, a la trampa, a le negligencia. El apoyo de la ciudadanía al proceso de paz muestra igualmente que ha revivido la ilusión de la reconciliación.

¿Cómo puede sobrevivir el Partido Verde y jugar a la vez un papel clave en la transformación del país? La única manera es retomando las banderas que le dieron origen y liderando una coalición política que se presente a la primera vuelta con un candidato presidencial independiente y crítico del uribismo y de Santos, un candidato que se eche al hombro la reconciliación y vaya más allá, mucho más allá, de la agenda reformista de Santos. Esa coalición debe ir, claro está, desde el centro hacia la izquierda. 

El hombre para dirigir este renacimiento de la ola verde no es otro que Sergio Fajardo. Este partido debe proclamarlo su jefe natural, tal como el Partido de la U asume a Santos y el Centro Democrático a Uribe. Así abiertamente. Fajardo no puede pasar de agache en esta campaña, tiene unas obligaciones con el país. No necesita retirarse de la Gobernación para hacerlo. Es el jefe y punto.

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