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Paseo por lo ridículo

Las emisoras para ricos entrevistan a un médico gringo. En las de estrato 2 'se colocan colorados'. Y resurgen los traquetos y los caballistas ostentosos

Semana
11 de agosto de 2003

Aveces lo leo y no lo creo, o lo oigo y me pregunto si habré oído mal, o lo veo y me pellizco para estar seguro de que no estoy metido en una pesadilla. Qué va, es la realidad, y son las cosas absurdas que nos toca presenciar en este país hundido en cursilerías. Voy por la calle tranquilo y de pronto una gran valla me lanza su agresión visual y su frase ofensiva: "Apartamentos

de 420 metros cuadrados, donde usted sí sabe con qué Clase de gente vive." Y la palabra "clase" sale así, subrayada. Lo que yo me pregunto es qué clase de publicista será este. Tiene que ser el mismo que, un poco más adelante, pone en otra valla de apartamentos: "Donde usted sí sabe con quién juegan sus hijos". Son los ejemplos típicos de un clasismo insoportable. El mismo que en los árboles de algunos barrios cuelga un cartel que dice: "Si no es de esta zona, siéntase vigilado".

Para descansar los ojos prendo el radio. En las emisoras para ricos entrevistan a un médico gringo, por supuesto en inglés, sobre dolencias de la próstata. Los madrugadores de estrato 6 están practicando la única lengua que quisieran hablar sin acento, pero la entrevista no puede ser más frívola. Si llamaran a un urólogo colombiano les diría lo mismo, pero lo chic es entrevistar al gringo. Entre tantas carajadas, a algunos locutores de radio y televisión se les pegan peculiaridades del inglés: como en ese idioma distinguen, fonéticamente, la B de burro de la V de vaca, entonces les da por pronunciarlas también en español, en vez de hablar como han hablado siempre, desde que nacieron, y como se habla aquí y en España, en México y Argentina: la B o la V al principio se pronuncia labial, y cualquiera de las dos bes en la mitad de una palabra o de una frase se pronuncia como sin ganas, con los labios medio abiertos. Así es el español (las bes no se distinguen) y ese es su espíritu, pero nos lo quieren cambiar, por ridículos.

En las emisoras para estrato 2 la cosa no mejora. Sólo que cambian los tics de la cursilería: dizque "se colocan colorados" y hasta las gallinas "colocan huevos". Los temas son otros: nos atosigan con prédicas sobre el Evangelio (y predicadores furiosos intentan aterrorizarnos), o nos roban con remedios de pepas naturistas, lecturas de la mano, majaderías y esoterismo barato (barato como todo esoterismo).

Yo no sé en qué país vivirán las autoridades, que están tan optimistas sobre la renovada tranquilidad del país. Para mí que no miran ni ven ni entienden. Lo que cualquiera ve, andando por las calles, es un resurgir pavoroso de los traquetos. Carrazos enormes, último modelo, con vidrios polarizados (¿cuántos habrá autorizado la brigada este año?), a toda velocidad, pasándose los semáforos en rojo, pitando, lanzando insultos venenosos desde la ventanilla. Otra vez la ostentación y la prepotencia reinando en la calle, repartida en centenares de jovencitos menores de 30 años que uno no sabe cómo se volvieron tan ricos de la noche a la mañana en un país en crisis. La Fiscalía no sabe, dedicada más bien a perseguir periodistas.

Tal vez en un sitio cerrado las cosas sean mejores. Entro en un mercado para comprar harina, o pan, o arepas. Es temprano y atravieso la puerta entre los primeros clientes. Todos los empleados (disfrazados de poncho y sombrero, como el señor Presidente) nos reciben de pie, filados, aplaudiendo. Miro para atrás, sí, es a nosotros a quienes nos aplauden, y nos aplauden por comprar, por consumir, como si comprar pan, que es una necesidad, fuera también un mérito.

Mejor salir. Afuera me encuentro con montones de muchachas y muchachos, pobres esta vez, al sol y al agua, derritiéndose en sudor o duchándose en lluvia. Como esclavos, sostienen las pancartas absurdas de un arrogante candidato a la Alcaldía (Sergio Naranjo, dice), que al parecer construyó con sus manos los puentes por donde pasan los carros. ¿Quién podrá votar para alcalde por una persona que se porta como un esclavista? Gente de pie todo el día, sosteniendo sus pancartas, para no pagar, además, el impuesto por el uso del espacio público.

El fin de semana la cosa no mejora. Todo el tráfico está atascado. Resulta que hay 3.000, o 5.000, o 15.000 caballos pasando por las calles de Medallo, regando cagajón (detrás pasan los siervos recogiendo la bosta con escobas y no creo que tengan bonificación por boñiga), chupando aguardiente (así dicen, chupando, como en un regreso a la lactancia), como si no tuvieran campos y fincas donde lucir sus bestias, como si este espectáculo primitivo fuera un magnífico ejemplo de cultura y civismo.

Puede ser culpa mía. Me siento un extraño en este país donde la gente saca pecho por su Clase (así lo escriben), en este sitio de traquetos y ostentosos caballistas, de gente que me aplaude por comprar y me dice con labios y dientes que monte en bburros y que coma vvacas. Menos mal que tienen mala ortografía, y cuando dicen "absorber" o "reverberar", la cosa se les olvida.

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