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Pedagogía ambiental

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Semana
24 de septiembre de 2001

Los temas ambientales ocupan cada día un lugar más importante a nivel mundial así como entre los colombianos. Los graves problemas de contaminación y disminución hídrica en un país que se consideró potencia mundial en esta materia hasta hace pocos años, la pérdida de biodiversidad por la devastación de bosques, en especial por la siembra de cultivos ilícitos, la expansión urbana incontrolada y los desastres naturales, entre otros problemas, son consecuencias apenas lógicas de una dinámica de desarrollo que nunca tuvo en cuenta la dimensión ambiental.

Esta la expedición de la Constitución Política de 1991, que ha sido denominada la "Constitución Verde", por haber incluido 84 artículos relacionados con la protección y manejo sostenible de los recursos naturales de la Nación, este tema cobró una nueva dimensión.

A ello se sumó la creación, en 1993, del Sistema Nacional Ambiental y el Ministerio del Medio Ambiente, con lo cual la manera de abordar la problemática ambiental del país empezó a modificarse, para fortuna de todos los colombianos.

En este contexto, el medio ambiente ha pasado a ser tema obligado en los diferentes ámbitos de la Nación. Los gobernantes no pueden hacer caso omiso de él, puesto que la protección del entorno natural y el derecho a un medio ambiente sano se han constituido hoy en una de las principales exigencias ciudadanas.

La preocupación entre la población estudiantil frente al deterioro del medio ambiente comienza a ocupar espacios significativos en sus debates y discusiones de grupo.

De igual manera, los diferentes sectores productivos han venido tomando conciencia de la necesidad de incorporar la dimensión ambiental a todos sus procesos.

Pero además de haberse posicionado como un tema de alto nivel, el debate ambiental está despertando conciencia pública, traducida en la necesidad de cambiar actitudes y comportamientos que han dejado a su paso grandes costos sociales y económicos y han incidido en el detrimento de la base natural de nuestro país.

Actitudes y comportamientos que trascienden la esfera de lo doméstico, pasan por las aulas, las calles, los campos, las profesiones, los sectores, las instituciones, la vida cotidiana y finalmente hacen historia.

La complejidad del ambiente ha llevado a quienes trabajan en su defensa a investigar, diseñar e implementar estrategias pedagógicas que buscan llegar a todas las esferas, en todos los niveles y lugares.

Y es aquí donde juega un importante papel la gestión efectiva y oportuna de quienes tenemos en nuestras manos la responsabilidad de conservar y administrar el patrimonio natural de Colombia, mediante la formulación y aplicación de políticas orientadas a la educación, la sensibilización y la formación de un pensamiento ambiental extensivo a todos los sectores de la sociedad.

La Educación Ambiental, es una labor que debe ser asumida y aprovechada de manera colectiva. La Dimensión Ambiental es un espacio en el que interactúan los componentes cultural, social, económico, político y ecológico.

En este contexto, la educación ambiental y la investigación ya no son tema exclusivo en las aulas y recintos de científicos. Por el contrario, se han convertido en importantes herramientas para la gestión pública, que hacen posible la apropiación social de la información y del conocimiento, permiten la participación de los individuos y de las instituciones en la toma de las decisiones que los afectan, y fortalece su capacidad para orientar la solución de sus problemas ambientales y participar eficazmente en los procesos de desarrollo.

Para incorporar la dimensión ambiental a los diferentes ámbitos, el Ministerio del Medio Ambiente ha firmado agendas de trabajo conjunto con los Ministerios de Educación, Agricultura, Minas y Energía, Transporte, Salud, Desarrollo Económico, Comercio Exterior, y el Consejo Nacional Gremial, de manera que los planes y programas de cada uno de estos sectores se articulen alrededor de lo ambiental.

Vale la pena destacar la conformación de mesas de trabajo para la participación ciudadana y comunitaria en buena parte de los procesos adelantados en desarrollo de la Política de Producción Más Limpia.

Esto significa que la gestión institucional para la adopción e implementación de tecnologías amigables con el medio ambiente, ha estado acompañada de procesos de concertación, educación capacitación y sensibilización de los actores involucrados en cada una de las etapas de la cadena productiva. De no hacerse así, la aplicación de las políticas no tendría ningún tipo de resultados.

La Producción Más Limpia, como uno de los programas bandera de la Política Nacional Ambiental es una clara muestra de lo que es posible obtener cuando se complementan en forma exitosa la concientización ciudadana y el fortalecimiento de los sistemas productivos de manera sostenible.

Paralelamente, se ha dado gran énfasis al trabajo conjunto entre los Ministerios de Medio Ambiente y Educación, que de manera concertada han incorporado la Dimensión Ambiental en el Sistema Educativo Colombiano, a partir del desarrollo de actividades para la producción de material educativo y la capacitación-formación en temas ambientales para cerca de 5 mil docentes en catorce departamentos del país.

En este orden de ideas se han conformado Comités Técnicos Interinstitucionales Departamentales de Educación Ambiental, que apuntan a apoyar los procesos de contextualización y descentralización de la educación ambiental y a prestar asesoría y apoyo técnico y financiero a los Proyectos Ambientales Escolares ?PRAES- en cerca de 228 municipios.

Tanto para el Ministerio del Medio Ambiente como para el Ministerio de Educación es claro que son las comunidades educativas locales quienes deben apropiarse, a través de procesos investigativos locales y regionales, de un sólido conocimiento de las características de su entorno natural y social, de sus situaciones y problemas ambientales y de sus interrelaciones.

Dichos PRAES son una estrategia fundamental para incluir la dimensión ambiental en los currículos escolares de todos los centros educativos del país.

Con ellos se pretende generar espacios comunes de reflexión y acción para el mejoramiento de la calidad de vida y de relaciones con el ambiente, contribuir a la transformación de valores en democracia, gestión comunitaria y participación ciudadana a partir de ejemplos prácticos.

Es grato ver cómo en la actualidad nuestros hijos son los principales defensores del medio ambiente, al punto que en ocasiones son los padres quienes reciben el "regaño" de sus hijos ante conductas deliberadas o inconscientes que estén en contra de la naturaleza y sus recursos.

A través de diversos canales y medios de comunicación, el Ministerio del Medio Ambiente ha buscado que la información ambiental esté disponible en forma oportuna y didáctica a nivel municipal, regional, nacional y sectorial, para posibilitar la toma de decisiones por parte de los diversos actores sociales e institucionales.

Su interés por hacer extensiva la conciencia pública en torno a este tema ha ocupado diferentes escenarios. Un buen ejemplo de ello lo constituye el Congreso de la República, que en los últimos tres años ha dado un papel relevante a los debates ambientales y ha permitido al Ministerio atender en forma clara y abierta las inquietudes y expectativas de la comunidad frente a este sector.

Esto demuestra un creciente interés público y político por los temas ambientales, fruto de un ejercicio de construcción pedagógica que nuestros gobernantes están asumiendo con suma seriedad y altura.

Y si en el plano de lo público lo ambiental es cada vez más importante, también el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional lo están asimilando como tal.

La continuidad, responsabilidad y compromiso con que se viene adelantando la gestión ambiental de Colombia, y en particular los resultados obtenidos en desarrollo de una política de educación ambiental amplia y participativa han merecido el reconocimiento de otros países, traducido en apoyo tecnológico, científico y económico.

La solidez del Sistema Nacional Ambiental colombiano, da cuenta de una sociedad cada vez más educada e informada, pero sobre todo, más comprometida con su entorno y con el futuro de las generaciones por venir.

La conciencia de proteger la base natural del país no surge solamente de la certeza de un presente más estable sino de un futuro prometedor de paz y tranquilidad para todos los colombianos.

La educación ambiental debe buscar la conciencia pública, lograr el cambio de actitudes de individuos y colectividades con la construcción de valores fundamentales como la tolerancia, el respeto por la diferencia y la participación democrática que permitan la convivencia pacífica y armónica con nuestro entorno social y natural.



*Ministro del Medio Ambiente.

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