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Y pensar que las cosas podrían ser peores…

El gobierno ha encontrado un valioso apoyo en tres patas: Luis Fernando Ramírez, Juan Manuel Santos y Horacio Serpa

Semana
25 de junio de 2001

Al contrario de la frase que hizo célebre el presidente López, Pastrana sí termina. Pero ya no gobierna. Por lo menos esa es la percepción —injusta, pero esa es— que tienen muchos colombianos, para quienes la situación del país habría exigido un Presidente que se notara más mandando.

Sin embargo, y aunque parezca imposible, podríamos estar peor. Y si no lo estamos es porque el gobierno ha encontrado un valioso apoyo en tres patas que están neutralizando el riesgo de que más cosas, de las que ya no maneja, se le estuvieran saliendo al Presidente de las manos: el manejo del Congreso, el manejo de los militares y el manejo de la oposición. Estas tres patas son: el ministro Luis Fernando Ramírez, el ministro Juan Manuel Santos y el candidato Horacio Serpa.

A la hora de escribir esta columna todavía se discutía si Ramírez salía del gabinete para ser candidato presidencial. Pero los días que antecedieron a la toma de esa decisión los militares hicieron saber su interés —casi su determinación— de que Ramírez permaneciera al frente del cargo, porque el Ministro indudablemente logró ganarse su confianza a punta de jugársela permanentemente en el campo de ellos.

En medio de este caos, manejar la confianza del Ejército no era fácil. Y si tocara eventualmente reemplazar a Ramírez, encontrar a alguien capaz de heredar esta confianza me parece casi una misión imposible.

Luis Fernando Ramírez ha logrado sortear al frente de los militares la inevitable dualidad del gobierno en su decisión de hacer la paz pero en su necesidad de mantener la guerra. Obviamente no es que los problemas del gobierno con el manejo de nuestro Ejército se hayan resuelto, ni más faltaba. Ellos son evidentes, siguen existiendo, pero tienen gerente, que no sólo los controla dentro del propio Ejército, sino del propio gobierno, con grandes riesgos de estrellarse contra el segundo, como en su momento lo hizo el ministro Rodrigo Lloreda. Pero hasta ahora no ha sucedido el estrellón y esa es una de las razones por las cuales las cosas no están peores.

La segunda pata del gobierno es el Ministro de Hacienda. En relación con Juan Manuel Santos hay un debate sobre si su imagen se ha fortalecido, por la seriedad de su gestión, o se ha debilitado, por los catastróficos resultados de la economía, por los que, aunque no sean culpa suya, él, como titular de Hacienda, está obligado a poner la cara.

Pero la importancia actual de Santos no tiene que ver con su imagen sino a que su ascendiente en el Congreso ha sido absolutamente indispensable para tramitar aquellas leyes sin las cuales el país no estaría al borde del abismo, sino en el abismo mismo. Se trata de asegurar por medio del funcionamiento del Congreso la supervivencia de Colombia. Pero aunque es impensable la posibilidad de que estas reformas no pasen, por el riesgo de quebrarse que tendría el país, lo cierto es que tampoco tendrían posibilidades de pasar sin el trabajo parlamentario de Santos. Es este manejo del Congreso el que por ahora ha permitido que el país no vaya peor.

La tercera pata del gobierno es, indudablemente, Horacio Serpa.

La opinión pública cree que Serpa está ejerciendo una oposición responsable, colaborando patrióticamente con el gobierno en el tema de la paz. Pero la verdad es que en los últimos días Serpa ha ampliado su ‘oposición responsable’ a una ‘colaboración responsable’ con el gobierno incluso en temas que no tienen que ver con la paz, como las reformas económicas. (Sin su decisiva influencia no habría pasado la de ajuste fiscal y seguramente tampoco pasaría la de transferencias). Y de pronto ni siquiera lo hace por consideraciones patrióticas únicamente, sino pensando de manera legítimamente oportunista que es mejor recibir un país factible, como presidente electo, que uno inviable, por falta de apoyo a lo que todavía este gobierno es capaz de enderezar.

Para todos los efectos Horacio Serpa se está desempeñando como el Ministro del Interior de este gobierno: la situación es tan grave que no está ayudando a Pastrana sino a la factibilidad del país.

¿Tengo razón, entonces, en afirmar que sin estas tres patas, Ramírez, Santos y Serpa, las cosas en Colombia, así suene imposible, podrían estar peor? n



ENTRETANTO… ¿Habrase visto una situación igual a la del Partido Conservador, al que le sobran excelentes candidatos presidenciales pero le faltan tantos votos?

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