Petróleo y Economía Colombiana

El panorama descrito se presenta como una situación coyuntural favorable, pero el compromiso hacia el futuro es enorme.

Semana
3 de abril de 2000

Ecopetrol preparó su presupuesto mucho antes de que el precio del petróleo alcanzara los 30 dólares. Se pensaba entonces que el país recibiría este año 4.200 millones de dólares por exportaciones y que la empresa le aportaría a las finanzas públicas 2700 millardos, representados en impuesto de renta, dividendos y ahorro interno. Esto quiere decir que si no existiera el petróleo, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos del 2000 no sería equivalente a 2.5% del PIB, sino que llegaría al 7%; y que la tasa del IVA no sería del 15% sino del 25%.



Significa ello que el petróleo representa para el país su principal fuente de divisas con cerca de 33% de sus exportaciones, que genera el 4.8% de su PIB, es decir, del valor total de los bienes y servicios producidos al año en Colombia y que es una fuente de primer orden de recursos fiscales para el Estado. Así mismo, la industria petrolera interna ahorra cada año la importación de cerca de 1800 millones de dólares de gasolina y 280 millones de dólares de productos petroquímicos. Finalmente, significa que las regiones dispondrán este año de cerca de 1553 millardos de pesos provenientes de las regalías que reciben por ser productoras o porque sobre sus terrenos pasan oleoductos o existen puertos de exportación.



Juega en todo esto un factor: la cotización del barril de crudo en el mercado internacional. Este precio, que puede aumentar o disminuir, introduce un esquema de flexibilización en los recursos que genera el petróleo al país. A mayor ingreso no previsto inicialmente, mayor posibilidad de que el Estado cuente con recursos para sus gastos, especialmente de inversión social.



Y el 2000 se ha mostrado, hasta el momento, como un año propicio. Las restricciones de la Organización de Países Exportadores de Crudo, OPEP, el invierno característico de esta época en el hemisferio occidental y el bajo nivel de inventarios de hidrocarburos en el mundo, llevaron el precio de los crudos marcadores a superar los 30 dólares por barril en la tercera semana de febrero. Si tenemos en cuenta que hoy el precio promedio en el mercado de futuros es del orden de 25.50 dólares por barril, Colombia puede esperar recibir por exportaciones de hidrocarburos cerca de 5000 millones de dólares, él más alto nivel observado en su historia y cifra que supera en acerca de 20% la mayor bonanza cafetera que se haya registrado, la de 1986. De otra parte, cada mes que transcurra con este nivel de precios, representa ingresos adicionales para el país del orden de 100 millones de dólares.



Desde el punto de vista de Ecopetrol, la bonanza se va a ahorrar. Se aumentarán los aportes en el fondo de Ahorro y Estabilización de la Industria Petrolera, FAEP, así como los destinados al fondeo del pasivo pensional de Ecopetrol. Con esto se asegurará el futuro de las obligaciones de la empresa con sus pensionados, con lo cual se despeja una importante contingencia fiscal del país. Desde el punto de vista del Gobierno Nacional, contará con recursos sanos de financiamiento, que no presionan las tasas de interés, y que le permite cumplir al mismo tiempo con la meta propuesta del 3.6% de déficit fiscal del sector público no financiero y con las metas de inversión social.



El panorama descrito se presenta como una situación coyuntural favorable, pero el compromiso hacia el futuro es enorme. Si no encontramos nuevas reservas las expectativas son convertirnos a mediano plazo en importadores netos de hidrocarburos con todas sus repercusiones: no más aporte en exportaciones, mayores importaciones, menor crecimiento económico y un agravamiento de la situación fiscal. Dado que para los expertos no es un secreto que en Colombia hay mucho petróleo por descubrir, la obsesión tiene que ser explorar, explorar, explorar.