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Pinzón vs. Jaramillo: ¿último round?

La historia de desencuentros entre los dos es larga. Juan Carlos Pinzón y Sergio Jaramillo ya han tenido que medir fuerzas en distintos momentos.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
12 de octubre de 2014

La historia de desencuentros entre los dos es larga. Juan Carlos Pinzón y Sergio Jaramillo ya han tenido que medir fuerzas en distintos momentos durante los últimos años. Los dos parecen hijos ‘bobos’ de Santos. El presidente ha confiado en ellos ciegamente y ambos le han respondido con inmensa lealtad. Santos, como dijo una publicación en su momento, decidió mandar a uno de sus vástagos políticos a la guerra y al otro lo puso a hacer la paz. Aunque ha tratado de darles figuración a ambos por igual en posiciones claves dentro del Estado, los roces entre Pinzón y Jaramillo han sido inevitables y el tono de esta ‘guerra fría’ va peligrosamente en aumento.

De allí que algunos afirmen que lo que hay detrás de la revelación de que Timochenko ha ido dos veces a Cuba no es más que un nuevo asalto entre Juan Carlos Pinzón y Sergio Jaramillo.

Y es que Pinzón y Jaramillo nunca se han querido. Desde cuando los dos eran viceministros tuvieron muchos problemas y hay quienes dicen que llegaron a no hablarse ni compartirse información en el ministerio de defensa. Pinzón supo ganarse el aprecio de los militares mientras que a Jaramillo lo detestan entre las filas del Ejército. Luego Santos tuvo que decidir a cuál de los dos nombrar como titular de esa cartera. Se decidió por Pinzón pero creó simultáneamente en la Casa de Nariño una alta consejería para la seguridad nacional que ocupó Jaramillo y ahí, de nuevo, fue Troya.

Aunque las discrepancias no siempre trascendieran en público, quienes trabajaron en esos años durante el primer gobierno de Santos, recuerdan que la tensión era alta y que en distintos momentos Pinzón se quejó de las interferencias de Jaramillo en su trabajo.

Las cosas no han sido mejores ahora que uno intenta hacer la paz mientras el otro mantiene vivo el cañazo de la guerra. En varias ocasiones se ha oído comentar a Jaramillo su molestia por las intervenciones públicas de Pinzón y el ministro de defensa no se ha quedado de brazos cruzados a la hora de indisponer al negociador de paz. El viernes, en RCN LA RADIO, María Elvira Samper reveló un episodio ocurrido hace tres semanas en un encuentro con unos 100 Generales al que asistieron el fiscal, el procurador y los negociadores de paz.

Según la siempre bien informada María Elvira Samper, terminado el discurso de Alejandro Ordóñez, el ministro Pinzón tomó la palabra y dijo que el procurador representaba exactamente el sentir de las Fuerzas Militares, lo que por supuesto cayó como un baldado de agua fría a Jaramillo y De La Calle que se disponían a tomar la palabra enseguida.

Desde entonces hasta hoy, la rabia entre Pinzón y Jaramillo está en su punto máximo y si bien es cierto que el ministro de defensa no consultó al presidente antes de hacer sus explosivas declaraciones en Caracol Radio, su decisión de hablar tiene un sentido lógico en el marco del enfrentamiento con Jaramillo: el ministro Pinzón sabía que pronto se haría la revelación de los viajes de Timochenko y quería adelantarse para no quedar como un pelele al que le quedó grande la seguridad del Estado.

 “Con este ministro desbocado no se puede hacer la paz”, dirá en privado Sergio Jaramillo. Pero lo que no puede ser es que se le pida un compromiso cegatón a Juan Carlos Pinzón y a los militares con esa paz. Cuando las FARC cometen atentados, la izquierda nos recuerda que estamos negociando en medio del conflicto pero cuando es el ministro de defensa el que cumple su misión de denunciar los abusos de la guerrilla, senadores como Iván Cepeda saltan para pedir su renuncia por dizque entorpecer el proceso de paz.

Con la alta tensión que se vive dentro del gobierno y sin un árbitro dedicado a contener y poner reglas claras en la pelea Jaramillo vs. Pinzón, la opción que le va quedando al presidente Santos es prescindir de uno de los dos. El juego del policía bueno y el policía malo que en otros momentos de la historia política internacional ha dado resultado, no parece ser el indicado en Colombia en medio de un ambiente tan enrarecido como el que vivimos hoy. ¿Por cuál se decantará?   

Twitter: @JoseMAcevedo

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