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Plan antievasión

Cerca de 10 billones de pesos más recaudaría la Dian en impuestos de no ser por el alto número de evasores que existen actualmente en el país. Por tal motivo el gobierno ha anunciado la presentación de la Ley antievasión al Congreso. <b>Mario Aranguren</b>, director de la entidad, escribe sobre la importancia de este nuevo proyecto, con el cual también planea tener un proceso más transparente y un mejor servicio en el manejo de los impuestos.

Semana
11 de agosto de 2003

" Necesitamos trabajar mucho para regenerar el país y darle consistencia: por lo mismo paciencia y más paciencia, constancia y más constancia, trabajo y más trabajo, para tener patria ... Además se va a mandar un reglamento de hacienda que dará bastante dinero, de suerte, que quitando pícaros, ahorrando gastos y aumentando la renta iremos para adelante y tendremos con que pagar todo." Simón Bolívar. Tomado de carta a Rafael Urdaneta del 14 de marzo de 1827

Si no existiera la evasión tributaria en Colombia, este año estaríamos recaudando $10 billones más de lo que recibimos en la actualidad, y tendríamos resueltos los grandes problemas de las finanzas públicas. Pero quizá lo más importante, es que bajo tal escenario, la DIAN sería una entidad muy distinta, porque el cumplimiento de los contribuyentes equivaldría a un voto de confianza invaluable sobre la institucionalidad, puesto que representaría la creencia de la ciudadanía en que los dineros por ellos consignados se estarían gastando en el pleno ejercicio de las obligaciones del Estado.

Pocas ocasiones tan propicias como la presente, cuando estamos elaborando un Plan Antievasión, para destacar la importancia de la situación hipotética recién expuesta y la pertinencia del epígrafe tomado de la vasta correspondencia heredada del libertador Simón Bolívar.

Agotado como está el camino de crear nuevos impuestos o elevar las tarifas de los ya existentes, el buen juicio recomienda actuar sobre un componente fundamental de los niveles de tributación, muy poco explorado hasta el presente en el país, cual es la gestión de la Administración Fiscal.

De una parte, estamos rediseñando la estructura y los procesos de la DIAN, de manera que su labor sea eficiente y transparente para los contribuyentes, prestándoles de paso un mejor servicio. Y con el apoyo de la Agencia Española de Administración Tributaria, estamos construyendo un instrumento informático y de sistemas, que dejará ver todas las operaciones mediante las cuales la entidad se relaciona con los responsables de los distintos tributos. Es un instrumento que desborda los incentivos a las prácticas de corrupción, que alimentan la evasión al desalentar el cumplimiento voluntario y oportuno de las obligaciones para con el fisco. Quitar pícaros, ahorrar gastos y aumentar la renta, como dijo Bolívar.

En segundo lugar, reconocemos que la autoridad tributaria es responsable de poner en cintura a los evasores, y para esa tarea se encuentra investida de facultades que van desde la acción disuasiva hasta la punitiva. Hoy los castigos se limitan a sanciones que no siempre se cumplen; como parte del Plan Antievasión, se pretende abrir las puertas para que los evasores y defraudadores del fisco paguen con prisión su actividad ilícita.

En el presente, unos 600.000 contribuyentes soportan el mayor peso de la carga impositiva. Están por fuera más de un millón de personas naturales y jurídicas, que deberían estar aportando dineros que el Estado requiere para atender las innumerables necesidades de la población, y en especial de aquella de ingresos bajos. Bien lo advirtió el Presidente Uribe en su discurso del pasado 20 de julio ante el Congreso de la República: "Sobre unos pocos contribuyentes particulares es imposible descargar la derrota de la pobreza".

Evadir impuestos no es un delito venial. Junto con la corrupción conforma la veta que explica gran parte del déficit fiscal. Porque cuando se evade el pago de los tributos, como cuando los funcionarios se apropian indebidamente de fondos que deberían ir a la inversión pública, para cumplir sus funciones, el Estado debe apelar a crear nuevos impuestos, aumentar las tarifas de los existentes, vender sus activos rentables o al endeudamiento.

Respecto a este último recurso, que equivale a poner sobre los hombros de las generaciones futuras el gasto de la generación actual, es bien sabido que ha alcanzado una proporción tal (53% del PIB) que tiene en peligro la sostenibilidad financiera del Estado. Colombia es hoy como una familia obligada a vender la estufa para comprar el mercado.

Igual que los corruptos, los defraudadores del fisco se están robando plata cuyo destino natural es el alivio de los preocupantes problemas de salud, de educación, de saneamiento básico, de seguridad social y de seguridad que tanto afectan el Estado de Derecho.

Por eso merecen un tratamiento implacable, como el que se contempla en el proyecto que estamos preparando para su curso en la actual legislatura, en el cual se proponen penas de cárcel comprendidas entre 4 y 8 años. Esta iniciativa es más severa que la contenida en el proyecto inicial de la última Reforma Tributaria, donde el límite inferior era de 3 años, el cual, a diferencia del sugerido ahora, hacía que el delito fuera excarcelable. Además tiene previsto vincular a los procesos penales a otras empresas, administradores, contadores y revisores fiscales que cooperan en las prácticas evasoras.

Adicionalmente, el proyecto, que no incorpora nuevos impuestos ni sube tarifas, incluye una serie de medidas que permitirán un mayor control sobre la generación de ingresos y riqueza y la identificación del grueso de contribuyentes potenciales. Vale la pena mencionar las siguientes:

- Reducción de los topes de ingresos y de patrimonio como requisito para declarar renta. Es un hecho que muchas personas que caben dentro de esos rangos son sometidas a retención en la fuente y que el retenedor no cumple el deber de declararlo y pagarlo. Y es posible que muchas otras con ingresos por encima del tope sean objeto de retención y que no declaren ni paguen impuestos adicionales estando obligadas, aprovechando así las deficiencias de la información en los sistemas de la DIAN. La declaración se presentará en un formato sencillo y se podrá diligenciar y remitir por vía electrónica.

De esa manera lograremos un mejor control sobre los independientes que se encuentran por fuera de nuestras bases. Es inadmisible que muchos comerciantes y profesionales independientes reciban ingresos muy elevados y no paguen su contribución a la sociedad de la que forman parte.

Debe aclararse que la información patrimonial que se deberá rendir es una referencia que permite evaluar si alguien con montos por encima de los topes está cumpliendo el deber de declarar y pagar.

- También se reducirán los topes para establecer la pertenencia al régimen simplificado del impuesto a las ventas, dentro del cual no se requiere llevar contabilidad ni cobrar IVA. Los límites actuales le dan cabida a un sinnúmero de establecimientos que se amparan en ellos para evadir y permanecer en el sector informal, incumpliendo además otras obligaciones para con el Estado, lo cual se constituye en competencia desleal frente al comercio organizado.

- Se utilizarán los convenios interinstitucionales para hacer cruces mediante los cuales se puedan detectar prácticas de evasión. Para mencionar un solo caso, en la actualidad el 45% de las ventas de vehículos usados se realiza sin traspaso, con lo cual se evaden impuestos y se oculta patrimonio.

Cruzando información con el sistema financiero, con las compañías bursátiles y con las prestadoras del servicio de tarjetas de crédito es posible obtener reportes de las transacciones de sus clientes. Esa facultad ya la tenemos, pero no la estamos utilizando porque no contamos con los medios adecuados para procesar toda la información. Esperamos disponer de ellos en 2004.

Se rastreará la compra y venta de vehículos con apoyo de las secretarías de tránsito y los movimientos de finca raíz con las notarías y oficinas de registro de instrumentos públicos. También cruzaremos la información con las empresas para conocer los pagos a terceros y comprobar si las retenciones en la fuente que declaran los contribuyentes son reales o no.

Pero al mismo tiempo que nos estamos estructurando para reconstruir la entidad, queremos renovar la planta, aprovechar ese amplio segmento de profesionales jóvenes que están en los primeros puestos de la lista de desempleados que publica el DANE, para formarlos y crear el clima de confianza y respeto por la DIAN en beneficio del país entero.

Además insistiremos en lograr que los contribuyentes, nuestros socios en esta gran empresa que es Colombia, perciban un estilo de servicio eficiente, transparente y dispuesto para que las relaciones con la autoridad tributaria sean de cordialidad y de mutua cooperación.

* Director de Impuestos y Aduanas Nacionales