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Democracia al 13 %

Esperamos que el plebiscito por la paz no se salga de los causes constitucionales, y se conozca con suficiente antelación el texto definitivo de lo acordado.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
27 de noviembre de 2015

Pretender que exista una participación plebiscitaria con tan solo el 13% del censo electoral con alrededor 4.4 millones de votantes, frente a los casi 34 millones que lo conforman, es desde todo punto de vista un exabrupto, nos estaríamos acercando al régimen Chavista, que todo lo hace y lo manipula a su acomodo y conveniencia.

Es preocupante lo que pretende hacer el presidente Santos con nuestro país, al paso que vamos, nos estamos acercando a la desestabilización de nuestras instituciones democráticas. ¿Será que estamos próximos a la venezonalización donde los derechos fundamentales de los ciudadanos empiezan a menguarse hasta llegar al caos total en que hoy se encuentran?

El ordenamiento jurídico es la columna vertebral que sostiene las instituciones en todo Estado de Derecho, cuando se pretende mezquinar o resquebrajar una de ellas, por lo regular el engranaje administrativo empieza a sufrir serios traumatismos y sus instituciones pierden la majestad y la seriedad que quisieron darle el constituyente primario.

¿Oh, será, que el presidente Santos empieza a tener visos de dictador?, y en este caso los colombianos tendremos que movilizarnos para impedir el paso a un caos institucional; o dejamos que siga fluyendo su compromiso de paz con favorecimiento a las FARC, para quedar sometidos al yugo del grupo guerrillero y la posterior barbarie nacional.

Considero que en este proceso hay que guardar distancias y las justas proporciones con quienes llevan más de 50 años delinquiendo y cometiendo todo tipo de atrocidades contra la población civil y el Estado de Derecho, que si bien por norma constitucional en cabeza de su presidente, se debe luchar por todos los medios para conseguirla, ello no quiere decir que tiremos por la borda lo poco que nos queda de democracia y tranquilidad, defendida a sangre y fuego por las fuerzas del orden y sus instituciones legalmente constituidas.

Todos los días el presidente nos sorprende con sus pretensiones para hacer de la paz un país posible, pero, lamentablemente se le están yendo las luces o está muy mal asesorado, eso del plebiscito para refrendarla simplemente con un umbral del 13% y con solo cuatro millones y cuatrocientos mil votantes, suena a una auténtica dictadura.

Sin ser dogmáticos, el papa Francisco en su reciente visita pastoral a La Habana, Cuba, manifestó muy claramente que: “Colombia no puede darse el lujo de fracasar en un nuevo proceso de paz; que hay que hacerla, pero con justicia social y respetando las instituciones democráticas”; lamentablemente nuestro presidente está haciendo todo lo contrario, entregando prebendas, pero, lo más grave con los indultos que está concediendo a guerrilleros que se encuentran presos en diferentes cárceles del país, por delitos de rebelión, sin siquiera haber consultado con un mínimo de la opinión nacional, nos está dando a entender que lo que quiere es someternos al arbitrio de un proceso, que a la luz de los tratados nacionales e internacionales y de las normas constitucionales que nos regulan, es totalmente inconstitucional.

Si la rebelión es delito de poca monta, que se revisen también las causas de miles y miles de ciudadanos presos en diferentes cárceles del país, que en honor a la verdad no son un peligro para la sociedad, puesto que lo están por delitos menores que no ameritan pena privativa de la libertad.

De otra parte, a los militares que se encuentran presos acusados de falsos positivos, deberían revisárseles sus expedientes, puesto que en muchos de estos casos se están cometiendo injusticias, son cientos los soldados, suboficiales y oficiales de menor rango, que cometieron algún ilícito en cumplimiento de una orden superior.

En un Estado de Derecho como el nuestro, no se puede permitir que las instituciones democráticas que regulan el ejercicio de las urnas se vaya a menoscabar caprichosamente con el ánimo de otorgar prebendas a un grupo armado, que si bien está dando muestras de querer la paz, tiene que decantarse en lo más profundo de la conciencia nacional por los delitos cometidos a través de su ejercicio beligerante, donde se han planeado las barbaries más atroces de que se tenga noticia en la historia de la humanidad.

En Congreso de la República, como máximo poder legislativo, debe retomar su soberanía de ser un órgano independiente del ejecutivo y no prestarse para que se le cercenen varias de sus atribuciones, puesto que de acuerdo a como están las cosas y tal cual lo está planteando el presidente, en el proceso de paz que se adelanta, no pasarán de ser unos peleles arrodillados sin ninguna personalidad legislativa, puesto que sucumbieron en las extravagancias de un mandatario que en los actuales momentos con tal de conseguir la paz, está violando los más elementales principios democráticos de nuestro Estado de Derecho.

Si analizamos la parte coyuntural del proceso de paz y la forma en que se va a validar, nos llevamos grandes sorpresas al observar que los tres poderes públicos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se encuentran en grave peligro de ser cercenados en sus funciones constitucionales, por consiguiente, es procedente que el Congreso de la República en el trámite final que le está dando al plebiscito, cumpla con sus funciones que le corresponde y no se deje arrastrar por la mermelada oficial que indudablemente empezará a ofrecerles el presidente Santos, como lo hizo para lograr su reelección.

Todos sabemos que la figura del plebiscito está consagrada en el artículo 103 de la Constitución Política de 1.991 y que solo hasta ahora va a ser aplicada por primera vez para refrendar el proceso de paz, que se adelanta en La Habana, Cuba, entre negociadores del Gobierno y la guerrilla de las FARC.

Es indudable que los colombianos queremos la paz señor presidente, pero no una paz arrodillada y comprometiendo nuestras libertados individuales y colectivas que en el futuro, al paso que vamos, se verán relegadas a estados de opresión o de reyertas.

urielos@telmex.net.co

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