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Columna de opinión Marc Eichmann

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Política para el sector de comunicaciones

El país debe tener una estrategia clara para el sector de comunicaciones. Como cualquier estrategia, su base para la elaboración es la definición del objetivo que tiene el Estado en el sector.

5 de abril de 2022

Hoy, el sector de comunicaciones podría llamarse el sector de banda ancha. Los servicios de voz, televisión y datos que se ofrecían años atrás han migrado poco a poco al suministro de banda ancha. Los servicios de voz pueden accederse por medio de los proveedores de chat como Whatsapp o Messenger, a costo cero a nivel internacional, los servicios de televisión tradicional se están viendo reemplazados por plataformas de pago como Amazon Video, Netflix, HBO Max y Disney, teniendo acceso a muchos de los contenidos gratuitamente por medio de Youtube y la Televisión Digital Terrestre, TDT. Todos estos servicios, con excepción de la TDT, están montados sobre conexiones de datos, ya sean ellos de red fija, red móvil y red satelital.

Los usuarios que utilizan los servicios de banda ancha lo hacen a través de aplicaciones diversas, pero no hay duda que el uso más extendido es el entretenimiento. De eso se tratan las redes sociales como Instagram, Facebook y Twitter y el servicio del chat, para conectarse con otra gente. La mayoría de los servicios de entretenimiento no requieren de anchos de banda muy altos y la tecnología 4G los puede proveer de manera efectiva.

El uso más difundido de la banda ancha de alta densidad es el de ver películas. Muchos argumentan queesta es necesaria para el aprendizaje en las escuelas y para que los niños puedan hacer sus tareas, sin embargo, los currículos no tienen ese enfoque en nuestra educación. Para que la banda ancha tenga un impacto significativo en el sector educación se necesitan muchos ajustes adicionales en la política de Estado, no basta con aumentar su capacidad.

El uso de la banda ancha para entretenimiento, y para mantenerse en contacto con las amistades, es perfectamente loable pero no tiene las consecuencias macroeconómicas que tiene su uso en el sector educación. La gente tiene derecho a entretenimiento de bajo costo (una conexión de banda ancha fija puede costar COP 10,000 al mes por persona) y ese servicio brinda un beneficio de alto impacto a la población, divirtiéndola pero no educándola.

A los ojos de los consumidores de bajo ingreso, hay variables más importantes en el sector de las telecomunicaciones que el ancho de banda de las conexiones. La primera es el costo de las mismas, para lo cual el ministerio ha realizado una buena labor con la entrada de WOM al mercado, generando una caída de costos de alrededor de 25 % en los planes de telefonía móvil. Colombia tiene una de las tarifas por GB de datos más baratas de la región y del mundo, lo cual no quiere decir que la combinación teléfono inteligente / plan de datos sea accesible para toda la población, sobre todo teniendo en cuenta la pirámide del ingreso.

La segunda es la cobertura. Muchas regiones rurales no tienen acceso a internet sino en las cabeceras municipales, y la subasta del espectro de dividendo digital (banda de 700 MHz realizada en este gobierno) debería mejorar significativamente la cobertura de la banda ancha ofrecida por los operadores, con inversiones limitadas ya que no implica en muchos casos despliegue de nuevas torres.

Desde el sector privado, los operadores de telecomunicaciones deben buscar el retorno sobre la inversión y este proviene principalmente de los segmentos de alto valor. Para ellos, los usuarios menos privilegiados que tienen servicio prepago, son mayoría, pero la mayoría de sus utilidades provienen de los estratos altos, tanto en banda ancha fija como en banda ancha móvil. Son más fáciles y económicos de atender que los usuarios en municipios alejados y pagan mejores precios por su conexión.

Para garantizar el acceso a banda ancha a las personas menos desfavorecidas, el estado debe orientar su política pública hacia tres objetivos. El primero es crear el marco regulatorio que optimice las inversiones en redes y permita a los operadores disminuir sus costos e inversión, para que puedan ser más rentables y así puedan ofrecer mejores tarifas. La forma de lograr esto es separar los servicios de infraestructura de las operaciones de telecomunicaciones, permitiendo que todos los operadores accedan a todas las redes y creando economías de escala.

La segunda es generando subsidios del estado a aquellas regiones donde no hay cobertura, y en donde los casos de negocio no tienen un valor presente neto positivo. Esos subsidios deben ser al despliegue de infraestructura de manera a que haya cobertura. El mercado, por su lado, logrará que las tarifas sean competitivas, ya que las personas pueden comprar su plan celular donde quieran.

Tercero, el estado debe facilitar la labor de las empresas de telecomunicaciones, eliminando las áreas grises de la regulación y permitiéndoles ganar más plata por medio de la consecución de eficiencias.

Por último, en la medida que el caso de negocio sea rentable para más de dos operadores que compiten en el mercado, liberar más banda de espectro a costos restringidos, para permitirles ganar más dinero en los estratos altos. Estos fondos, con una regulación apropiada, terminarán en un servicio apropiado para los menos favorecidos.

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