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¿Por qué ganó Chávez?

El consultor político Juan Felipe Muñoz explica por qué el Presidente venezolano logró atornillarse en el poder.

Semana
22 de agosto de 2004

Después del referendo, Venezuela quedó más dividida, y el referendo que buscaba revocar el poder del presidente Chávez terminó afianzando la revolución bolivariana y a un Chávez sonriente en el poder. Esto, sumado al aval neutral dado por la OEA y días más tarde confirmado por el gobierno de Estados Unidos, deja a un presidente controversial en el poder.

¿Pero en realidad por qué ganó Chávez y en que falló la oposición? El éxito del presidente Chávez no radicó en su gestión en los últimos cuatro años de gobierno, sino en las llamadas misiones del último año. Estas misiones son programas sociales que buscan dar respuesta a los analfabetas, a los bachilleres, a los universitarios y a la gente sin servicio de salud. A los analfabetas les creó la 'misión Robinson', donde con un método cubano se les enseña a leer y a escribir. Una vez graduados, el gobierno los envía a las universidades bolivarianas bajo la 'misión Rivas' con un cheque mensual de cien dólares y programas que prometen graduar profesionales en menos de dos años. A los enfermos, sin acceso a salud por fallas mismas del Estado, les creó la 'misión Barrio Adentro', donde 17.000 médicos cubanos ofrecen asistencia en cada barrio marginal de Venezuela. Y así como estas misiones, ha creado muchas más, como los 'mercales', que son tiendas donde venden productos de la canasta básica a precios subsidiados. Es la respuesta del gobierno a una creciente inflación.

En teoría estos programas son buenos, pero se quedan cortos porque solucionan los problemas en el corto plazo pero no en el largo. Solo en cinco años sabrán los venezolanos si sus nuevos médicos bolivarianos, o ingenieros de sus misiones con solo dos años de carrera, son competitivos a escala mundial.

Con una popularidad en decadencia, las misiones fueron la respuesta a sus críticos. Lo único que necesitaba para llegar fuerte a un referendo era tiempo, y tiempo ganó. Después de 1.000 trabas al referendo, logró por medio de trucos posponerlo por más de un año, mientras sus misiones lograban ganar adeptos entre la gente más humilde.

¿La respuesta de la oposición? No criticar las misiones, pero señalar las fallas del gobierno de Chávez para controlar la criminalidad y el alto desempleo, dos asuntos que empeoran cada día y que son problemas que se originan directamente en la base de sus electores, la gente más humilde.

Pero si bien las misiones afianzaban a sus seguidores, necesitaba más adeptos. Fácil, aumentar el número de electores. ¿Donde? En los inmigrantes ilegales, que llevaban más de 10 años en Venezuela y en su mayoría eran colombianos. La solución fue otorgarles cédulas y nacionalización inmediata. Claro que algo tan fácil necesitaba un ingrediente adicional, miedo. Son comunes las historias de personas que firmaron pidiendo un referendo que han sido víctimas del gobierno: no se les entregan pasaportes, los cupos de tarjetas de crédito para gastos en el exterior son negados, empleados gubernamentales sin ascensos y mucho más. Si esos abusos eran comunes, ¿qué colombiano nacionalizado se arriesgaría a votar en contra? Muy pocos.

A los electores les infundieron miedo. Los indecisos no bajaban en las encuestas del 10 por ciento, lo cual es extraño en un país con una actividad política tan fuerte. En algunas ciudades con gobernadores chavistas, los indecisos llegaban al 25 por ciento. Eso en un país donde el 85 por ciento de los electores decían que irían a votar es prácticamente imposible. Lo que sí era posible es que de ese 10 por ciento de indecisos, un 7 por ciento sintiera miedo y por la tanto el gobierno se encargó semanas antes de infundirlo de la mejor manera. Primero, el CNE, un consejo electoral donde de tres a cinco miembros son chavistas, decidió utilizar los lectores de huellas, denominados rápidamente por el gobierno los 'caza huellas'. En un país donde el voto era secreto, los caza huellas poco ayudaban y el gobierno más asustaba.

¿Pero qué pasaba si el miedo, las huellas, los cedulados fallaban? La respuesta era controlar quienes podían revertir el fallo. Por tal razón aumentó el número de miembros del Tribunal Supremo de Justicia -Corte Suprema-, con lo que el gobierno obtuvo mayoría absoluta. De tal forma que ya tenía el escenario arreglado por si cualquiera de los anteriores fallaban.

Ahora bien, la sorpresa que tuvo la oposición fue el fallo del secretario general de la OEA, Cesar Gaviria, informando al mundo que sus datos recogidos en los exit polls coincidían con los resultados emitidos por el CNE. Para algunas personas que esperaron por espacio de mas de nueve o en algunos casos catorce horas no fue fácil aceptar que el esfuerzo había sido en vano. La OEA ha mantenido dicha posición, mientras la oposición se esfuerza por demostrar que hubo fraude.

Si bien es posible que Chávez no haya cometido fraude, es un hecho que utilizó las ventajas de estar en el poder para organizar el referendo de forma que resultara ganador.

Adicional a esto -pero lo anterior no merece ningún aplauso- Chávez sí fue donde la oposición no fue. Organizó rallies por el país y visitó a sus electores. Los buscó, les habló y los convenció. No estuvo en reuniones con políticos sino que reunió a la gente y les habló de política. También les habló de sus sueños y de cómo divisaba el futuro de Venezuela. Fue un excelente comunicador y persuadió a su electorado.

Lo que el presidente Chávez debe entender es que ese mismo pueblo que él maduró políticamente será el mismo pueblo que en tres años o más lo saque del poder con la misma facilidad que lo mantuvo.

*Consultor político y corporativo. Se inició en la famosa consultora política Sawyer & Miller y actualmente se desempeña como director en Westhill Partners en la ciudad de Nueva York.

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