Presidente: ¿Lavar la ropa sucia en casa o, lavarla?

Como para alquilar balcón estaba el debate por las denuncias de la directora del Sena por lo de siempre: abusos de poder y corrupción en el manejo de lo público.

Presuroso, el presidente Santos cortó por lo sano a través de su ministra de Trabajo, echó a la “incómoda” directora, con el argumento de que había  “perdido la confianza del Gobierno nacional”.

Con esa “elegante” frase el debate perdió audiencia.

Que no usó los canales debidos para hacer sus reclamos, dijeron unos. ¿Quién va a aguantar que con semejantes acusaciones de corrupción la directora vaya a la radio? Y así, el asunto pasó de primera página, a disolverse entre los paros, la política diaria etc, etc.

A riesgo de quedar entre los palos de una pelea burocrática más y no conocer los detalles, me parece que a la señora mencionada no se le debe dejar sola y que es obligación (luego de que el Gobierno la echó) de ciudadanos, columnistas, locutores, periodistas y organismos de control, enterar al país sobre qué pasó y qué se esconde tras la pelea entre el secretario Prada y, la por decir lo menos,  frentera exdirectora del Sena.

La manera como el presidente resolvió el asunto es la de siempre. Aquella en la que Colombia se especializó: al que incomoda, sáquelo, no le dé espacio, expúlselo, siléncielo y en ocasiones que muera en “extrañas circunstancias” o por “razones personales”.

Si uno revisa la historia, esta manera de salir de los “incómodos” se hizo norma en muchos ámbitos de poder.

La ley del silencio no es solo común entre los delincuentes como siempre se nos dijo. Es usada de manera eficiente por muchos poderes  en el país.

Si usted piensa que exagero, mire las recientes investigaciones y condenas por cartelizaciones de azúcar, pañales, hemofilia, cemento, toga etc, etc.

El tiempo actual hace más fácil que en años anteriores conocer lo que ocurre en una comunidad y en las esferas de poder, pero el seguimiento ciudadano es vital.

El tema del Sena y el secretario Prada, debe ser debatido a menos que creamos el cuento de que una señora inestable echa por la borda su trabajo al frente de una de las instituciones más grandes, PO LI TI QUE RI ZA DAS y de mayor presupuesto del país.

En la dirección del Sena no han nombrado a nadie por capacidad sino por funcionalidad en los últimos 20 años.

Preguntas sueltas:

¿Qué es tener la confianza del Gobierno nacional?

¿Qué esperan el presidente y la ministra de Trabajo de sus funcionarios para no perder la confianza en ellos?

¿Pertenecer al Gobierno es hacer honor al criterio de que la ropa sucia se lava en casa?

Necesitamos saber que la ropa se lava, conocer cómo y quiénes la ensuciaron. Sin nada escondido. Total transparencia.

¿Será esto una condición imposible para el presidente de la república en el caso del sinuoso secretario Prada y el Sena?

El marcador del juego está en favor del Gobierno y la Secretaría general de la Presidencia 1x0.

Esperemos que haya conciencia de que lo que está en juego es la casi inexistente credibilidad que tiene la ciudadanía en el Gobierno, y no digo en este; sino en la honestidad de quienes están y han estado en el ejercicio de la política y del Gobierno.

Por todo lo anterior, mi insinuación pública si se permite el término, es simple:

Presidente: la ropa sucia debe lavarse. Cuando no se hace, el mal olor se pega. Antes que confianza del Gobierno hay que ganar la de la ciudadanía en la institucionalidad ¿No creen?

Última Hora: Con la investigación internacional y nacional sobre papeles de empresas offshore que mencionan al presidente, a su amigo, el exministro y embajador Gabriel Silva y a la Paca Zuleta entre otros, es aún más urgente que el presidente se esfuerce por brindar total transparencia en el caso del secretario Prada  y el Sena.

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com