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Presidente Santos: la paz es la prioridad de Colombia

Si el presidente Santos le puede anunciar al país que se abre un proceso de concertación con las guerrillas, es una extraordinaria noticia.

Semana
21 de agosto de 2012

El conflicto armado persiste en muchos territorios y afecta de manera grave a muchas comunidades. Si bien las FARC y el ELN, han sido reducidas de manera importante en los últimos diez años, no están derrotadas y su fin no está a la vuelta de la esquina a pesar de que son combatidos por unas fuerzas armadas: grandes en tamaño y con inmensos recursos y un apoyo político impresionante. Nada les falta. Aún así, la contra parte no es manca ni boba: allí siguen, dando guerra, contra combatientes y civiles, afectando la vida social, política y económica de un país cansado de tanta violencia.
 
El presidente Juan Manuel Santos ha dicho desde el primer día de su gobierno que está dispuesto a buscar una salida negociada con las guerrillas y todo parece indicar que ha venido avanzando en una prenegociacion secreta y discreta con ellas. De ser cierto, esto es una buena noticia y el país, de manera mayoritaria, debe apoyar este proceso para que llegue a buen puerto y cerremos este medio siglo de violencia guerrillera.
 
El conflicto armado tiene raíces en un mundo rural excluyente y unas faltas de garantías para la competencia política, donde al que disiente lo asesinan, le roban las elecciones o la competencia es demasiado desigual. Estas son las raíces del conflicto, y si queremos cerrarlo, hay que atenderlas, de manera democrática e incluyente. Se requiere un campo donde puedan coexistir indígenas, afrocolombianos, campesinos, pequeños, medianos y grandes productores, y donde para competir en política se pierdan elecciones pero no la vida. Y todas las ideas y propuestas de país puedan competir con garantías.
 
Si hay una prenegociacion en curso, el país debe alegrarse. Es buena noticia: significa que el presidente Santos y las guerrillas de FARC y del ELN han vuelto al camino civilizado, donde las personas y las organizaciones, con el valor de la palabra, la inteligencia, razones y propuestas, pueden construir una obra compartida, la obra del acuerdo político, que nos permita salir del conflicto armado, en donde lo que se busca es acabar con el adversario, donde la lógica es eliminar e imponer. En ese camino llevamos medio siglo, y los logros, siendo importantes, no son nada halagüeños. Volvamos a darnos la oportunidad de recorrer el camino del dialogo y de los acuerdos.

Lograr un acuerdo con las guerrillas no es tarea fácil, pero tampoco imposible. Si hay apoyo político y ánimo de reformas que atiendan las raíces que originaron el levantamiento armado, al inicio de los años sesenta del siglo pasado, es posible cerrar este medio siglo de política con armas.
 
Si el presidente Santos le puede anunciar al país que se abre un proceso de concertación con las FARC y el ELN para poner punto final a la violencia, es una extraordinaria noticia, merece nuestra gratitud y felicitar sus gestiones.
 
Si el presidente Santos cierra el conflicto armado tiene asegurado un lugar principal en la historia colombiana, como lo tiene el expresidente Uribe, que logró contenerlas y llevarlas a decidirse por el pacto y dejar sus sueños de poder global.
 
Ahora, esperemos las buenas noticias por la boca del presidente Santos y que la serenidad acompañe al expresidente Uribe, para que aporte en este complejo proceso que requiere su concurso, para liderar los intereses del mundo rural que le acompañan y deben participar de este esfuerzo, en un momento crucial de la vida colombiana.
 
La paz es posible y vamos a lograrla, combinando la acción sostenida de las fuerzas armadas y el entendimiento político.
 
*Luis Eduardo Celis es coordinador de incidencia política de la Corporación Nuevo Arco Iris.

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