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¿Quién invertirá en Colombia?

Colombia pasó del puesto 69 al 88 en la evaluación de su potencial económico para los capitales externos. Mauricio Rodríguez, director de Portafolio, escribe sobre la inseguridad y todos los otros factores que han causado la grave baja de inversión extranjera hacia Colombia.

Semana
23 de septiembre de 2002

La semana pasada se conocieron un par de noticias desalentadoras en materia de inversión extranjera en nuestro país. El flujo anual de inversión foránea directa se redujo el año pasado en 356 millones frente a lo recibido en el año 2000, 2.374 millones de dólares. Ese monto equivale a apenas el 36 por ciento de lo percibido en 1997. Adicionalmente, un informe de la Unctad presentó una gran desmejora en el atractivo del país para los inversionistas internacionales: Colombia pasó del puesto 69 al 88 en la evaluación de su potencial económico para los capitales externos. Esa calificación, compuesta por ocho variables (PIB per cápita, riesgo país, gastos en investigación y desarrollo, número de profesionales con educación avanzada, peso de las exportaciones dentro del valor total de la producción nacional, número de líneas telefónicas por cada 100 habitantes, uso de energía comercial per cápita, crecimiento real de la economía) refleja bien el grave deterioro de las condiciones para los inversionistas no sólo extranjeros sino también locales.

Lo más preocupante de esta situación es que no hay nadie que en los próximos años esté en capacidad y tenga la disposición de invertir en Colombia. El gobierno, dada la mala situación de las finanzas públicas, podrá invertir muy poco. El sector privado, por culpa de la dura y prolongada recesión, no tiene margen financiero significativo para hacer nuevas inversiones. Y los empresarios foráneos, que sí tienen billones de dólares para invertir, tienen en la mira a 87 naciones en situaciones socioeconómicas más llamativas que las de nuestro país. Entonces, ¿quién hará en Colombia las cuantiosas inversiones que se requieren para generar empleo, para fabricar exportaciones y sustituir importaciones, para pagar impuestos que cubran el enorme déficit de inversión social?

Para responder el interrogante hay que comenzar por remover el principal obstáculo que frena a los inversionistas: la inseguridad. En todas las investigaciones aparece este mal como el principal enemigo de la inversión, con una amplia ventaja sobre los demás motivos. Es apenas natural que nadie quiera invertir en un país que tiene el triste récord mundial de secuestros, donde el terrorismo golpea duro todos los días, en el que las empresas deben gastar el 10 por ciento de sus presupuestos en combatir la inseguridad.

Por ello, tiene razón el presidente Uribe al asignarle la prioridad máxima a la recuperación del orden público. Sin seguridad, Colombia no podrá aspirar a tener el nivel de inversión necesario para derrotar la miseria y el subdesarrollo. Con seguridad, nuestro país tiene, según los expertos, la posibilidad de crecer su PIB 3 puntos porcentuales adicionales por año. Ese impulso haría que el ritmo de expansión económica de Colombia fuese más del doble del registrado en la última década.

*Director 'Portafolio'
maurod@portafolio.com.co

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