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Es la educación, estúpido

Siempre que hay una revolución tecnológica se impone un reto educativo para las sociedades que quieran sacar provecho de ella y no quedarse rezagadas.

Semana.Com
25 de abril de 2016

Titulo esta columna evocando la famosa frase que acuñó James Carville, estratega de la campaña de Clinton 92, “es la economía, estúpido”, para significar que era el desempeño de la economía lo que quitaba y ponía presidentes, y que ése debería ser el enfoque de la campaña. Pero el crecimiento económico depende de muchos factores, siendo la educación el mas importante, en el largo plazo.

Todos los llamados milagros económicos han sido posibles por un salto educativo. Korea es uno de ellos. A mediados de la década de los 70s Korea y Colombia tenían un PIB per cápita similar y un nivel de industrialización parecido, de hecho las ventajas competitivas de ambos tenia que ver con la agricultura- Korea exportaba arroz y Colombia Café. Hoy Korea produce para el mundo los Samsung Galaxy y los vehículos Kia, mientras que Colombia no ha podido siquiera mantener su competitividad cafetera, por eso el ingreso per cápita de los Koreanos es  27,970 dólares mientras el nuestro es de 7,903. ¿Qué hicieron los Koreanos diferente? ¿Qué produjo este crecimiento económico acelerado y sostenido en Korea? La respuesta es la educación. Korea le aposto a la educación en todos los niveles y empezó por hacer un gran esfuerzo en la construcción de infraestructura y la formación de maestros para pasar de la doble jornada a la jornada única,  y se empeño obsesivamente en la excelencia en ciencias y matemáticas.

La China es otro ejemplo del impacto de la educación en el crecimiento económico. En la década de los 80 el pragmático Deng Xiaoping optó por una estrategia que rendía sus frutos mas rápidamente que la de los Koreanos; mientras reestructuraba todo el sistema educativo financió los estudios de miles de chinos en las universidades mas prestigiosas de los Estados Unidos, especialmente en Ingeniería y ciencias, con el compromiso de estos jóvenes de volver a su país a emplear y transferir esos conocimientos.

Hasta hoy la excelencia en las políticas educativas ha sido la herramienta mas poderosa para lograr altos índices de crecimiento económico y equidad. Sin embargo, hay países como Colombia, que sin haber hecho un gran salto educativo han mostrados avances en estas materias. Pero el mundo cambió, con el advenimiento de la revolución de la inteligencia artificial y la tecnología de impresión en tercera dimensión, los países que no tenga una fuerza laboral altamente educada estarán condenados a altísimos índices de desempleo y no podrán crecer su economía, quedarán en algo así como una recesión permanente. Ya no será un factor de competitividad el tener una gran fuerza laboral disponible y de bajo costo y una infraestructura adecuada, pues las nuevas tecnologías harán que los procesos de manufactura se trasladen a los países desarrollados, es decir, los robots reemplazarán a los humanos en estas tareas.

Siempre que hay una revolución tecnológica se impone un reto educativo para las sociedades que quieran sacar provecho de ella y no quedarse rezagadas.  En la revolución industrial el gran reto fue alfabetizar a la gente porque saber leer y escribir era la condición para formar parte de esa nueva fuerza laboral calificada, y en la revolución de la informática el gran reto fue enseñarle a la gente a manejar un computador y llevar la conectividad a todas partes. De esa misma manera, el reto de esta revolución de la robótica y la impresión en 3D, será el de enseñarle a nuestros jóvenes a leer y a escribir en el lenguaje de los computadores.

Concomitante a este debate de la educación es el de inversión en ciencia y tecnología, donde Colombia invierte un 0.23% del PIB, mientras que los países de la OCED invierten en promedio 2.4%. Un borrador de lo que seria el próximo CONPES en esa materia ha generado polémica, porque se está subordinando totalmente el tema de la investigación y el desarrollo  a la competitividad. Ojalá el gobierno concerte mejor este documento, para que Colombia empiece a reducir la brecha que nos separa del mundo desarrollado.

*Rector de la Universidad Autónoma del Caribe

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