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Reelección: una mirada comparada

Los representantes Mario Uribe y William Vélez, lideraron en la pasada legislatura la iniciativa que pretende autorizar la reelección presidencial en Colombia. A raíz del debate que se ha generado frente al tema, Daniel Zovatto, director regional para América Latina de International Idea, hace un análisis de las experiencias latinoamericanas en esta materia de hace 25 años hasta hoy.

Semana
18 de agosto de 2003

La reelección acaba de asomar sus orejas en Colombia, generando -como era de esperarse-, un intenso debate en torno a sus beneficios y desdichas. Pero Colombia no está sola en esta tendencia favorable a la reelección. En Costa Rica, donde estuvo prohibida desde 1969, acaba de ser reinstalada vía judicial por la Sala Constitucional. En República Dominicana la modalidad de reelección consecutiva fue vedada en 1994, pero fue reimplantada por el Congreso a finales de 2002, provocando una seria confrontación al interior del oficialista PRD -que aún subsiste- debido a la intención del Presidente Mejía de postularse a la reelección en las elecciones de mayo de 2004.

Pese a la tentación (que es grande), no entraré al debate aportando argumentos a favor ni en contra de este mecanismo. Mi objetivo es ofrecer una visión comparada latinoamericana del régimen legal, las tendencias de las reformas y, sobre todo, de las experiencias que existen en materia de reelección desde el inicio de la Tercera Ola Democrática (1978) a la fecha.

Situación actual y tendencia regional

La legislación latinoamericana vigente es claramente favorable a la reelección: mas de dos terceras partes de los países de la región (13 de 18) la permiten. Sin embargo, la normativa presenta variaciones importantes. Mientras en cinco países (Argentina, Brasil, Perú, Venezuela y República Dominicana) la reelección consecutiva está permitida, en ocho casos sólo es posible transcurrido al menos un mandato presidencial (Bolivia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Uruguay). En las cinco naciones restantes (Colombia, Guatemala, Honduras, México y Paraguay) la reelección está totalmente vedada.

La tendencia regional de las reformas durante los últimos veinticinco años es también favorable a la reelección. De diez países que modificaron su normativa sobre el tema, siete lo hicieron a favor y solo tres en sentido contrario a la misma. Argentina, Brasil, Perú, Venezuela y República Dominicana pasaron de la reelección alterna a la inmediata. Ecuador abandonó la prohibición total y pasó a permitir la reelección después de un mandato presidencial. En Costa Rica, la decisión de la Sala Constitucional reimplantó la reelección de manera alterna. Por el contrario, en tres países donde la reelección inmediata estaba permitida al inicio de la Tercera Ola, esa posibilidad ya no existe: en Paraguay está prohibida en todo momento; en Nicaragua solo se admite la reelección después de transcurrido un periodo; Colombia, por su parte, adoptó un enfoque restrictivo, y pasó de permitir la reelección alterna a su prohibición total. Resumiendo, siete de las diez modificaciones favorecieron la reelección presidencial (inmediata en cinco países y alterna en dos), mientras que otras tres reformas la prohibieron (por completo en dos casos y en lo inmediato en uno.)

Cabe señalar también que todas las reformas recientes en favor de la reelección, especialmente bajo su modalidad consecutiva, tuvieron nombre y apellido: Menen en Argentina, Cardoso en Brasil, Fujimori en Perú, Chávez en Venezuela, Mejía en República Dominicana y Arias en Costa Rica. Salvo en este ultimo caso (de naturaleza alterna), en los demás las reformas se llevaron a cabo durante la presidencia de mandatarios que buscaban su reelección inmediata, y que de hecho la obtuvieron en los cuatro primeros países. Está aún por verse qué pasará con Mejía en República Dominicana.

Por otra parte, la experiencia comparada latinoamericana de los últimos veinticinco años, ofrece interpretaciones para todos los gustos. En siete de los trece países que permiten la reelección inmediata o alterna (Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil, Perú, República Dominicana y Venezuela), la medida se ha ejercido. Venezuela es el único país en el que dos presidentes tuvieron un segundo mandato (Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera). En otros dos, El Salvador y Chile, si bien la reelección es permitida, ningún ex presidente la ha intentado hasta la fecha. En Panamá, el ex presidente Balladares trató de aprobar durante su mandato una reforma, vía referéndum, para cambiar de la reelección alterna a la consecutiva, pero fracasó en su intento. Por su parte, el ex presidente Endara, que gobernó Panamá a inicios de los años noventa, busca actualmente su reelección (alterna), de cara a las elecciones de 2004. Finalmente cabe reseñar los casos de Nicaragua y Ecuador, países en los que, pese a los intentos de varios de sus ex mandatarios (Daniel Ortega en el primer caso; Borja, Febres Cordero y Hurtado, en el segundo), esta nunca ha tenido lugar.

Desde el punto de vista de la conveniencia o el perjuicio de la reelección, existe un debate de nunca acabar, en el que suele incurrirse en confusiones importantes (no se diferencia entre sistemas presidenciales y parlamentarios), o en el que se ignoran las diferencias de cultura política (entre el presidencialismo norteamericano y los latinoamericanos, por ejemplo), las cuales juegan un papel crucial en este tema.

Los críticos sostienen que la reelección expone al sistema político al riesgo de una "dictadura democrática" y refuerza la tendencia hacia el liderazgo personalista y hegemónico inherente al presidencialismo. Apuntan además que los segundos mandatos son por lo general de mala calidad. Al menos seis experiencias desde 1978 a la fecha parecen confirmar los argumentos acerca de los peligros y defectos de la misma: la de Stroessner en Paraguay (inconclusa debido al golpe de estado de 1989, después de varias reelecciones sucesivas); la de Balaguer en República Dominicana (acortado su último mandato de cuatro a dos años debido al fraude cometido durante su última reelección en 1994); la de Fujimori en Perú (inconclusa debido a su fuga del país por fraude y corrupción); la de Menem en Argentina (acosado por problemas económicos, desempleo y denuncias de corrupción), así como los mediocres segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez (inconcluso por destitución) y de Rafael Caldera.

Los defensores de la reelección, por el contrario, argumentan que ésta permite aplicar un enfoque más "democrático", en la medida en que posibilita a la ciudadanía elegir con mayor libertad a su presidente y responsabilizarlo por su desempeño, premiando o castigando según sea el caso. Si bien son únicos en América Latina durante el último cuarto de siglo, los ejemplos de Cardoso en Brasil (inmediata) y de Sanguinetti en Uruguay (alterna), constituyen experiencias moderadamente positivas de ambas modalidades de reelección, si bien en ambos casos sus primeros mandatos fueron mas exitosos que los segundos. Está por verse aún la suerte que correrá el gobierno reelecto (bajo la modalidad alterna) de Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, que durante el primer año de su segundo mandato ha enfrentado grandes desafíos en materia de gobernabilidad.

Resumiendo, como puede verse, hay argumentos, legislación, reformas y experiencias para todos los gustos. Por ello, amigo lector, no coma cuento... A diferencia de lo que algunos afirman, la reelección es un asunto complejo y altamente controversial, que no se presta a una lectura simple ni unívoca.

* Director Regional para América Latina de International IDEA

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