Respuesta a Maria Antonia García De La Torre

Curioso articulo el escrito por Maria Antonia García De la Torre en la edición del 16 de Abril, titulado “El Sentido Que Pincha”, en el cual se describe al emigrante como un arrodillado de un gobierno extranjero y al gobierno extranjero como una sociedad agresiva y humillante con los primeros, a quienes según ella no les importa perder la dignidad con tal de irse al país del norte a “cazar pispirispis” como dicen, abandonando su futuro en sus países.

Curioso para empezar porque la autora parece haber escrito este articulo desde el más absoluto desconocimiento de la realidad de su país, de la realidad de Estados Unidos, de la problemática de los inmigrantes y de sus vivencias en los países extranjeros.

Lo primero que hay que recordar es que la inmigración no es culpa del país receptor si no del país proveedor, si los mexicanos cruzan la frontera para ingresar a Estados Unidos, no es culpa de los americanos sino de los mexicanos mismos, si 4 millones de Colombianos como se menciona han huido y siguen huyendo del país, no es culpa ni de Estados Unidos, ni de España, ni del Canadá ni de ninguno de los países que los reciben, es culpa de nosotros los colombianos que hemos sido incapaces de formar un estado responsable en donde se respete y se proteja al ciudadano. Por eso los médicos y los abogados prefieren ir a otro país y validar carreras y volver a estudiar, con el fin de poder ser médicos en un futuro próximo y no quedarse en bogota manejando un Taxi(oficio tan honorable como el que mas) y no ser medico nunca.

Pareciese según el articulo que estos países receptores de inmigrantes fueran gobiernos Nazis, que maltratan y agraden a los inmigrantes, cuando la realidad es muy diferente; la prueba es que prácticamente ningún inmigrante regresa, la abrumadora mayoría, aun en las difíciles circunstancias que representa ser un indocumentado, como ocurre en muchos casos, se queda, prefieren vivir así antes que regresar.

Todo por una razón que al parecer Maria Antonia ignora, y es la dignidad que le da el trabajo al ser humano. No hay nada que dignifique más a una persona que trabajar, y ganarse el pan diario con el sudor de la frente y mucho mas cuando se hace en una sociedad que trata al trabajador como un trabajador, no como un sirviente. Esto es algo que los inmigrantes consiguen en sus países destino, el trabajo y la dignidad que décadas de gobiernos narcotraficantes y corruptos les han arrebatado en sus propias tierras. Aun en manos de uno de los presidentes mas derechistas que haya tenido, un país como Estados Unidos tiene muchísimas cosas que enseñarle a un país como Colombia; por ejemplo lo que significa ser un país de ciudadanos y en el que todas las personas se sienten con derechos y con el mismo valor sin importar su posición económica o social, o la correcta interpretación de la igualdad de oportunidades, tener acceso a puestos laborales sin tener palancas ni conexiones, obtener trabajos basados única y exclusivamente en las condiciones personales, o el respaldo que ofrece la autoridad, fácilmente comprobable averiguando lo que ocurre cuando una mujer maltratada por su esposo hace una llamada a la policía.

Seria bueno que la autora del artículo averiguara por ejemplo, como era el trato que se les daba a los colombianos en Venezuela, cuando en décadas anteriores la migración hacia el vecino país era significativa. Se daría cuenta de que sus países del sur se tratan peor entre ellos que como los tratan los de afuera.

Las políticas migratorias de una nación hacen parte de su soberanía, depende de la legislatura de dicha nación definir su sistema migratorio como se le da la gana. Más allá de que la legalización de inmigrantes indocumentados, en el caso de Estados Unidos en particular, convendría grandemente tanto a los indocumentados como al gobierno americano, es potestad absoluta del gobierno americano tomar la decisión que mejor le parezca. No se puede ignorar la realidad de que los indocumentados, a pesar de ser gente honesta y trabajadora, ingresaron a Estados Unidos sin permiso y este país tiene el derecho absoluto a tratar de hacer cumplir sus leyes en lo que mas pueda, cosa que podrían aprender los países del sur.

Tampoco debe olvidar que la misión de proteger al estado y sus intereses recae absolutamente sobre el gobierno colombiano, y que al firmar el TLC, era responsabilidad del gobierno Uribe defender a Colombia y no responsabilidad del gobierno Bush el hacer le un favor y darle una limosna; su responsabilidad era velar por el bienestar de los americanos y eso fue lo que hizo, otra cosa que de pronto los gobiernos nacionales también podrían aprender.

Es muy fácil escribir artículos como ese, que atacan y responsabilizan gobiernos extranjeros, a la gente le gustan, porque le quita un poco de responsabilidad de encima, le ofrece a quienes echarle la culpa de sus problemas. Pero es muy irresponsable escribirlos, porque hacen parte de la labor de desinformación y de alteración de la realidad que ningún bien le hace al país. Se siente en el artículo un aire de izquierdismo y anti-yanquismo trasnochado, de ese que busca hace responsable a los gringos de lo que no quiere hacerse responsable uno. Sobretodo porque en ultimas, si tanto le disgustan las filas y las requisas, Maria Antonia tiene siempre la opción y el derecho a no hacerlas.

Deberíamos en Colombia más bien ver que podemos hacer por nosotros mismos para sacar nuestro país adelante, para que así a ningún compatriota le tocase marcharse buscar un mejor futuro.