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Riesgos del Presidente-candidato

Cada palabra del Presidente, cada nombramiento, cada interactuación con el conservatismo, cada obra serán miradas bajo la lupa

Semana
25 de abril de 2004

No entiendo los 'acuerdos políticos' de este gobierno.El ministro Sabas se estrenó con uno que incluía lo divino y lo humano: déficit fiscal, reforma pensional, tributaria, estatuto antiterrorista, ley de alternatividad.en fin. De todo.

De todo, que por cierto quedó aplazado para el próximo semestre porque de un día para otro en este país la prioridad se convirtió en la reelección. Hasta el punto de que de las mesas de concertación económica, creadas precisamente en virtud del acuerdo político, ya se retiraron el ex ministro Juan Camilo Restrepo y el ex director de Planeación Juan Carlos Echeverry, en protesta por el cambio súbito de prioridades del gobierno.

Ahora se plantea otro acuerdo político, esta vez con el Partido Conservador. Pero distinto de participación en el gobierno, no está claro qué queda por concertar, si ya todo está concertado.

Es obvio que lo único nuevo que queda por concertarse es "la cuota del partido conservador en la meritocracia", como gráficamente lo bautizó un congresista conservador. Oxígeno, espacio, presencia, reconocimiento, transparencia o participación, o como quiera llamarse que el conservatismo aparezca candidatizado por el gobierno en las ternas de Procuraduría y Fiscalía y que por lo menos tres ministerios queden en manos de algún caracterizado conservador.

Este es uno de los primeros retos del presidente-candidato Uribe. ¿Mantendrá su promesa de campaña de no dar puestos a cambio de adhesiones, con lo que arriesga perder la reelección, y se gana una 'vaciada' de Ramiro Bejarano y de Juan Camilo Restrepo, o empieza a darlos a cambio de garantizar el camino a la reforma constitucional que lo mantendrá cuatro años más en el poder?

Pero dar puestos con propósitos proselitistas tiene un riesgo: que el país termine desilusionado del Presidente, y que a pesar de que pase la reelección en el Congreso, no salga elegido por los colombianos.

Un segundo reto del Presidente-candidato será el de cuidar las reglas del juego que impidan que cualquier actuación suya o de los funcionarios de su gobierno pueda ser interpretada por el Procurador como una intervención indebida en política.

Ya se produjo el primer incidente: el procurador Edgardo Maya considera que el Ministro del Interior incurrió en esta falta el día en el que se dirigió al Congreso para anunciar que el Presidente sí estaba interesado en su reelección.

¿Pero, qué es o no es participar en política? El Presidente podría terminar investigado por cuenta del próximo consejo regional por andar repartiendo cheques para el fomento de los microempresarios. El Ministro de Hacienda podría ser acusado de hacer política por aplazar el proyecto de reforma pensional, para no recalentar al Congreso con proyectos que puedan quitarles tiempo a los parlamentarios para aprobar la reelección. La Ministra de Vivienda puede ser acusada de estar distribuyendo casas de interés social para cuadrar la popularidad del Presidente. Y así sucesivamente.

En adelante, cada palabra del Presidente, cada nombramiento, cada interactuación con los representantes del Partido Conservador, cada propuesta suya, cada desplazamiento, cada obra de gobierno será mirada bajo la lupa de que al frente está un Presidente-candidato.

Un tercer reto para Uribe será el de no desperdiciar estos dos años haciendo campaña para gobernar los siguientes cuatro, lo que en la práctica llevaría a los colombianos a preguntarse si no hubiera sido mejor gobernar cuatro años completos sin la peligrosa interferencia de una campaña política.

Finalmente, es muy curioso que mientras la reelección de Uribe tiene alrededor del 70 por ciento de aprobación de los colombianos, no hay un solo columnista, excepción hecha quizá del ex ministro Fernando Londoño, que haya escrito para defenderla. ¿Cómo se explica esta dicotomía entre los forjadores de opinión y la opinión?

La única explicación que se me ocurre es que la opinión calificada considera escandaloso que el Presidente se prolongue a sí mismo en el poder.

En cualquier caso, apuesto de una vez a que el acuerdo con el Partido Conservador se hace y el proceso para elegir a Uribe arranca. Pero ahí sí, como el tamal, es mejor comérselo sin preguntar qué tiene por dentro.

ENTRETANTO. ¿Por qué se le comen el Rodríguez al presidente español y todo el mundo le dice Zapatero?

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