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SI COMO SE DEFIENDE GOBIERNA...

18 de noviembre de 1996

Sería interesante poder acudir a algún método de adivinación para ver cómo hubiera sido la vida del país y cuál el rumbo del gobierno de Ernesto Samper si no existiera el proceso 8.000. En los análisis que se hacen hoy sobre la situación nacional, son pocos los que no amarran todas las actividades a la crisis política provocada por las denuncias de corrupción.La economía está mal porque hay proceso 8.000; hay paros en todo el país porque el gobierno está cuestionado; la guerrilla se envalentonó porque ve a Samper contra la pared por la financiación de su campaña con plata de los narcos; la gente está deprimida porque Colombia es el paria universal por culpa del 8.000.... Hasta el régimen de lluvias parece estar afectado por la temporada de caza que se abrió con la publicación de los narcocasetes.Ha sido muy difícil establecer una frontera entre lo que hace el gobierno como administrador y lo que hace para defenderse del enredo de la plata de los narcos en la campaña. ¿Cómo se distingue una cortina de humo de una política de gobierno? ¿A partir de qué punto termina la defensa por las acusaciones de corrupción y dónde empieza el gobierno autónomo y soberano?...Lo cierto es que en dos años largos de gobierno, no se ha visto gobierno. Se ha visto, eso sí, la labor incansable de un hombre que debe ser considerado un titán en el arte de no dejarse tumbar.Desde que empezó este gobierno, y hasta hoy, son muchos los colombianos que han perdido apuestas que parecían fijas sobre la fecha de caída del presidente Samper. Y no eran pocos los elementos que apuntalaban esa teoría.Denuncias penales en cabeza del Presidente y sus ministros, ataques frontales de la prensa, peticiones de retiro por parte de los gremios, refunfuños de buena parte de la oficialidad militar, zarandeadas sin precedentes a cargo de los gringos, crisis económica, crisis política, crisis moral, falta de credibilidad, ni una sola medalla olímpica... Y Samper ahí.Lo grave de todo es que el asunto acaba justo ahí. Me resulta muy difícil, casi imposible, tener una idea de cómo es el gobierno de Samper. No alcanzo a recoger, entre toda esa maraña, elementos específicos que permitan sostener con un grado mínimo de seriedad que el gobierno de Ernesto Samper apunta hacia un lado o hacia el otro. Sencillamente no se ve el gobierno porque se ha pasado la mitad de su mandato ocupado en la tarea de no caerse,Supongamos que Samper ya no se cayó, aunque esa es una afirmación aventurada cuando faltan datos de algunos municipios. El de Washington, por ejemplo. Pero asumamos como un hecho que el Presidente capeó el temporal más feroz en la historia reciente de Colombia y que el susto _como les dicen las mamás a los hijos cuando se levantan después de un porrazo_ ya pasó.Con esa premisa, estaríamos ante el caso de un gobierno que, en realidad, no ha hecho nada, y al que le queda mucho tiempo aún para gobernar. Si uno mira hacia atrás, el gobierno de Samper ha sido eterno, y sin embargo está apenas en la mitad del camino. De manera que todavía está a tiempo de arrancar.¿Arrancar qué? Quién sabe. Quién sabe si el camino de reversa de todo lo que se hizo en materia económica durante los últimos dos gobiernos, como parece indicarlo la pugna entre aperturistas y proteccionistas. Quién sabe si haciendo un gobierno de contenido popular, como lo refriegan todos los días los discursos del pacto social. Quién sabe si un gobierno transaccional, y a través de esa vía pacificador, con los distintos agentes de la violencia. Quién sabe si un buen gobierno. Quién sabe si un pésimo gobierno. Quién sabe si un gobierno del montón.Lo que no puede ser es ningún gobierno, como ocurre hasta ahora. Lo que no puede ser es que un país asista, petrificado, al espectáculo de equilibrismo de un particular que es, a la sazón, el Presidente de la República. Lo que no puede ser es lo que está pasando, aunque en medio de todo es justo reconocer que es posible que las cortinas de humo no hayan dejado ver lo que Samper está haciendo como gobernante.Lo que sí es seguro es que si Ernesto Samper llega a gobernar con la misma eficiencia con la que se defiende, estamos ante el mejor Presidente en la historia de Colombia.