Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Solemne reculada

La comunidad LGBTI se alista para dar una nueva batalla contra la discriminación.

Semana.Com
17 de junio de 2013

Mientras Heiler Ledezma se enfrentó solo a toda una organización universitaria para que algunos de sus miembros cesaran los sistemáticos actos de discriminación en su contra basados en su raza negra, logrando finalmente un amparo de la Corte Constitucional, los miembros de la comunidad LGBTI se alistan para dar una nueva batalla contra la institucionalidad que ha tomado la decisión de acatar a su particular modo, otro amparo de la misma corte, esta vez a favor de la no discriminación por la orientación sexual.

Las patinadas de la administración pública que terminarán el 20 de junio en un nuevo acto masivo de discriminación, y que seguramente terminarán otra vez en la Corte, han corrido esta vez por cuenta del Superintendente de Notariado, quién pasó de una intensa contrarreloj declarando en todos los medios que los notarios no podrían declarar como matrimonio las uniones de personas del mismo sexo, pasando por carreras en equipos (en los que incluyó a jerarcas católicos) para expedir reglamentaciones formales sobre lo que debería hacerse en estos casos, hasta terminar en espectacular remate tirando la toalla, ya sudada, declarando que en este tema deja libres a los notarios porque respeta su autonomía.

Será la misma toalla húmeda con la que los guardas de la fe (católica) pública deberán secar su transpiración pues antes de dejarles en libertad, el magnánimo “Super” les recordó que solo pueden celebrar “vínculos contractuales solemnes” y que en todo caso él tiene la primera potestad disciplinaria sobre ellos. Sobra recordar quién es maestro en el arte de amenazar a los eventuales investigados por faltas disciplinarias que no siguen sus amables directrices.

Solemne reculada, que no se produce por un acto espontáneo de reflexión del hiperactivo funcionario, ni por el sabio consejo de su sanedrín, sino por la oportuna sentencia del Consejo de  Estado, que en el caso las directrices sobre las IVE (Interrupciones Voluntarias del Aborto), les recuerda a las superintendencias que ellas están para supervigilar y no para reglamentar. De Perogrullo pero real.

Mientras tanto, notarios y miembros de la comunidad LGBTI que quieren beneficiarse del amparo de la corte, quedarán enfrentados por cuenta del “vinculo contractual solemne”, que no acata de fondo el amparo concedido por la corte, pues es una novísima figura, inédita incluso en el derecho comparado, que no resuelve el déficit de protección constitucional, que no tiene la potencialidad de modificar el estado civil de las personas y cuyos efectos no conocen ni aquellos, ni estos, ni los otros.

Peor aún: es un figurín que por tales características lo que significa es un retroceso en las conquistas jurídicas y políticas de la comunidad LGBTI colombiana, que ya cuenta con instrumentos importantes como la unión marital de hecho, que también fue reconocida en el pasado por la Corte Constitucional, que también se solemniza en las notarías (a veces con dificultad) y de la que se han valido muchas parejas para hacer una entrada digna a la sociedad a cuya construcción también contribuyen con sus impuestos. Aún con estos avances, lo dijo la Corte, subsiste el déficit de protección.

Mientras llega el 20 de junio, día que fijó la Corte Constitucional como último plazo para restablecer los derechos de las parejas homosexuales, Heiler Ledezma, el negro que una universidad colombiana discriminó, encontró en la Universidad de Texas lo que en su propio país se le negó y espera que su caso sea una lección aprendida. Espero que las parejas LGBTI no tengan que ir a buscar también afuera, en países como España o Canadá, el matrimonio que sus instituciones les niegan.

*Abogado. Especialista en Gobierno y Políticas Públicas.

Noticias Destacadas