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S.O.S: ¡Conspiración!

El gobierno de Maduro tiene un espectacular montaje en contra de la máxima figura de liderazgo y desarrollo en Colombia: el expresidente Uribe.

Guillermo Rodríguez
18 de mayo de 2013

En los tres años que lleva el “buen” gobierno de Santos hemos sido espectadores de primera línea de varios chascarrillos por cuenta propia y de sus más cercanos colaboradores; desde el primer día de gobierno, empezó la profunda diferencia entre lo que representaba y por lo que se eligió, aquello que en coherencia política es el deber ser; hoy lo propio es esconder que llegó en hombros a la primera magistratura por unas políticas públicas de vanguardia, las que ahora desconoce y ataca.

A los dos días de posesionado invitaba a manteles a Hugo Chávez, quien por poco inicia un conflicto bélico, se dio gobernabilidad a sectores políticos que en el pasado hicieron daño al gobierno que le sirvió de “trampolín”, inició conversaciones secretas con la banda terrorista más antigua y radical de la región, hoy a costa de quién sabe qué busca su amnistía e indulto. También hemos sido espectadores de todo tipo de insultos y mensajes peyorativos, pero lo más vil está por venir, la presunta omisión de un estado en salvaguardar sus dignidades e instituciones.

Quedan pequeños todos los vituperios que se hacen desde el nuevo atril, la elegibilidad e impunidad que se promueven para quienes no tienen muestras de voluntad de paz, también lo son; la incomprensión de los colombianos viene al ver la supresión de reacciones verticales, contundentes e institucionales de lo que fue para muchos un rifirrafe más.

Mientras la Casa Blanca se abstenía de forma diplomática de hacer algún reconocimiento al ilegitimo gobierno usurpador del pueblo de Venezuela, el primer magistrado de la nación salía con su equipo indómito, a congratularse con el nuevo “régulo” de la región. Maduro y compañía, ya tenían la bendición de un Estado con acreencias comerciales a favor sin saldar por millones de dólares y duro contradictor por su suave forma de tratar a las bandas que adentraban a resguardarse en su territorio. 

Las elecciones fueron pavorosas, las manifestaciones de desconsuelo y desesperanza por un pueblo agobiado por más de 14 años, no se hicieron esperar. Vinieron las expresiones del candidato opositor solicitando una auditoría y reconteo voto a voto, auditoría y reconteo que nunca existió. Aumentó la desesperanza y la desazón del pueblo venezolano sus expresiones democráticas, cívicas y pacíficas no se hicieron esperar. Días y noches enteras de “cacerolazos” en las principales ciudades de Venezuela, lo que percibimos desde aquí. Una mayoría desesperada con un régimen pervertido, insoportable, nefasto e imposible de frenar.

La reprimenda a la manifestación ciudadana y popular por los resultados electorales por parte de las fuerzas militares, de policía y fuerzas irregulares armadas a favor del régimen hicieron lo propio, no se hizo tardía. También el veto a los medios de comunicación, ya recordaremos cómo una colega de la cadena colombiana Noticias RCN, salió ilesa por fortuna, a lo que por gracia divina pudo ser una tragedia, la sangre que vimos en la televisión era poco, para advertir al mundo lo que significaba Nicolás Maduro en el poder.

Amedrentaron la oposición con declaraciones amenazantes, con privación de la libertad a quienes incitaran los “cacerolazos” siempre pacíficos, nutridos siempre por cantidades de mujeres, trabajadoras, profesionales y amas de casa, confundidas y perturbadas con la realidad, a Henrique Capriles lo silenciaron los micrófonos de los tribunales cooptados por ese desparpajo de poder del petróleo.

Cientos de Estados se compadecieron y solidarizaron con el pueblo venezolano y desde luego con su expresión popular Capriles, en la región uno de los intelectuales que nos dejó una joya de la literatura, La Fiesta del Chivo, expresó su solidaridad con el férreo opositor de Maduro. El premio nobel Vargas Llosa expresaba: “ojala los venezolanos puedan recuperar la democracia”, él no se quedó solo con sus expresiones en la región, Álvaro Uribe Vélez haría lo propio dando aliento al pueblo venezolano y al candidato víctima del apaño electoral. Ahí empezaría lo que denominaremos la conspiración del gobierno de Venezuela y la errata de las instituciones de Colombia, entre ellas sus órganos de seguridad e inteligencia.

Ya esperábamos declaraciones impropias de quien recibe instrucciones de gobernanza de “aves, pero nunca esperamos la más belitre, soez y miserable declaración de quien lleva la batuta de la dictadura castro chavista en Venezuela, Maduro lanzaría graves acusaciones en contra de nuestro querido y bien ponderado expresidente Álvaro Uribe Vélez, acusándolo de conspirar con un exembajador de los Estados Unidos y un ilustre ciudadano salvadoreño, de asesinato en su contra. “Han mandado sicarios para asesinarme”. La conspiración empieza ahí claro, pero en contra de nuestro querido amigo y presidente Álvaro Uribe Vélez.

Según fuentes, el gobierno de Maduro tiene un espectacular montaje en contra de la máxima figura de liderazgo y desarrollo en Colombia, América Latina y el mundo, según tales fuentes el gobierno madurista, prepara fuertes acusaciones en contra del presidente Uribe donde buscan enlodarlo con falsos “testigos” de lo que es inadmisible, indecoroso y mitológico, pretenden mostrarle al mundo, a la opinión pública en general que el presidente Uribe se reunió con criminales y transó con ellos dinero a cambio de terminar con la poco bien ponderada existencia de Maduro.

Lo más grave de ello es ese silencio de la cancillería colombiana que nunca elevó una nota de protesta, el Congreso no hizo ningún llamado para rechazar esas insinuaciones, las comisiones de relaciones exteriores guardaron silencio y el tema pasó inadvertido, ya vemos tanto olvido e ingratitud. Ojalá los organismos de Inteligencia de Colombia logren encontrar dónde está el génesis de lo que llamaríamos la más absurda de las conspiraciones.

Twitter: @g_rodriguezm

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