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TODO A SU TIEMPO

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28 de diciembre de 1998


LO HE VISTO NADA MAS APRESURAdo que la oposición a Andrés Pastrana. Se dirá que la que se le hizo a Ernesto Samper comenzó al día siguiente a su elección. Pero es que esa no fue precisamente una oposición. Si no lo hemos olvidado, fue una denuncia a la elección misma; de ahí, tal vez, que se la hubiera llamado 'conspiración', porque nunca se aceptó, hasta su final contumaz, a un gobierno que había tenido tan viciado origen.
Me parece lógico que surja la oposición inmediata a algunas medidas, por ejemplo, al impuesto financiero, que es una virtual socialización de la debacle bancaria, pero no es el caso de ponerse a pensar qué se le endilga a este nuevo gobierno, para enfrentarlo en su globalidad. Carece de oportunidad el doctor Horacio Serpa al inventarse ingenuamente algún animalejo, a ver si pega, como el elefante de monseñor Rubiano, del cual se hablará por mucho tiempo. Serpa lanzó un conejillo de indias, completamente experimental.
La senadora Piedad Córdoba fue otra de las adelantadas, escudriñando nombramientos, a ver si estaban de acuerdo con las promesas del candidato y ahora presidente. Eso fue hace unos días. Ella está capitalizando atención y mojando prensa, aquí y allí, retirándose airada del Senado o retratándose con 'Tirofijo', como quien aspira a vicepresidenta del doctor Horacio y es oportuno hacerlo para no quedarse de viceministra, el más opaco de todos los oficios públicos, aunque, según parece, todavía con automóvil y teléfono celular.
Hay ub tiempo para todo como dice el libro del Eclesiastés. En política, supongo, hay un tiempo para oponerse y un tiempo para esperar y dejar actuar. No puede ser el efecto primero que la causa o se cae en incongruencia. Una pregunta de un periodista puso al ex presidente López a despedir de una vez al presidente Pastrana, cuando éste apenas está comenzando. La furia samperista y su sectarismo (aunque el sectario siempre es el otro) tiene a ex columnistas oficiales o ex vicepresidentes blandiendo armas contra molinos de viento. O, en su desespero, insultando a antiguos amigos.
Viene un hecho protuberante, como el éxito del presidente en Estados Unidos, y los precoces opositores tienen que mirar para otro lado y hacer carraspeos (ejem, ejem). Todo por anticiparse. El ex presidente Lemos, valga un ejemplo, no pudo ni mencionar el tal viaje presiden cial, porque fue exitoso, a la vista de todo el mundo. El anticipado candidato Serpa, preguntado por Paulo Laserna al respecto, arquea las cejas (con lo que las gafas van a dar a la punta de su nariz) y reconoce a regañadientes que es tuvo bien haber restablecido las relaciones (!) con Norteamérica, es decir, con los gringos malucos. Decir que todo lo de Pastrana ha sido un conejazo es querer cohrar una deuda antes de su vencimiento.
Si a usted le llega la casera a cobrarse la mensualidad 10 días antesa me imagino la cara que usted pone, porque no es tiempo todavía. Y es que el tiempo genera derechos, como el de oponerse, por ejemplo. Decir o dibujar que a Pastrana le quedó grande la Presidencia es apresuradísimo, porque no se la ha probado aún. Los caricaturistas que tanto hicieron porque no volviera Samper=reencarnado en el Horacio es Horacio, cuando en realidad era una continuidad digitalizada y verde del mismo Samper= sí que se están viendo a gatas con su labor. La cual no es que sea imposible en estas épocas, que llamaba Alvaro Gómez de 'estado de gracia', pero Sí se vuelve menos fluida y grata, tratándose de un género que es ante todo de combate. Arremeter ahora es como si alguien saliera embalado de su casa, disparando, porque ha oído ladrar a los perros.
Un auditorio sólo escucha lo que está preparado para escuchar, decía el profesor López de Mesa, no en el sentido de que haya que complacerlo, sino en el de ser oportuno para asegurar audiencia. Hay tiemno de callar. Pero los que quieran seguir llorando a borbotones el poder perdido y desahogar otros lamentos, claro que pueden hacerlo y nadie va a imperdírselo, salvo que se den cuenta del ridículo que hacen las plañideras contratadas para el dolor artificioso.
Tampoco para elogiar hay que adelantarse. "Nunca te alabes antes que acabes", reza el sabio refrán, que repetía una señora Uribe de Barranca, parienta del doctor Serpa. Y todavía más impresionante, en esto de no anticiparse, es el dicho de la dramaturgia griega, tal vez de Sófocles, según el cual de nadie puede decirse que ha sido feliz, sino cuando ha muerto. Paradójicamente, en el peor infortunio humano.
Esta reflexión no pretende callar a los opositores =tampoco lo conseguiría= sino precisamente buscarles la mejor audiencia, cuando la oportunidad sea dada.