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Un tigre de papel

Si Moreno depende de Iguarán para investigar, no habría nada que pueda averiguar Moreno y no Iguarán. Entonces, ¿para qué Moreno?

Semana
30 de agosto de 2008

La Corte Penal Internacional (CPI) no tiene nada que hacer en Colombia. Pero aquí algunos le están dando más trascendencia e importancia de la que tiene. Entre quienes promueven y quieren asustarnos con su presencia hay mucho de complejito provinciano, falta de orgullo nacional y ganas de enlodar al gobierno. O ignorancia. Son muchas las razones que hacen inútil y no pertinente su presencia en nuestro país.

En primer lugar, porque la sociedad y el Estado colombianos quieren que haya verdad, justicia y reparación. Para hacerlo, Colombia tiene uno de los Estados con mayor solidez institucional en América Latina. No es un Estado fallido, ni rufián, aunque así quieran verlo nuestros ayatolas. Y la CPI sólo opera cuando un Estado no quiere o no puede investigar los delitos de lesa humanidad, los crímenes de guerra o el genocidio. Pero el Estado colombiano quiere y puede hacerlo, como lo demuestran las evidencias; basta ver la rendición de cuentas de la Fiscalía General de la Nación. Más aun, en Colombia se está aplicando el marco jurídico más exigente y riguroso de la justicia transicional en el nivel mundial, la Ley de Justicia y Paz, que en vez de cuestionarla debería exaltarla el Fiscal de la CPI Luis Moreno, tal y como reiteradamente lo hace la Unión Europea en sus más altas instancias, como el Consejo que reúne los Ministros de Exteriores de esos países.

Ni siquiera el caso de los paramilitares extraditados da para que la CPI se involucre en Colombia. Ellos continuarán siendo juzgados en nuestro país por sus delitos de lesa humanidad y tendrán que cumplir aquí las sentencias que les asignen nuestros jueces, una vez hayan cumplido en Estados Unidos sus penas por narcotráfico.

En segundo lugar, por razones prácticas. Como lo ha señalado la propia Human Rights Watch, los poderes de la Fiscalía de la CPI están gravemente limitados. Al carecer de un mecanismo independiente de aplicación, depende de la cooperación con los Estados para realizar investigaciones. Además, "las investigaciones independientes 'in situ' sólo son posibles cuando las autoridades nacionales pertinentes no existan para emprender las acciones necesarias" (HRW). Esa Fiscalía no puede, por ejemplo, entrevistar testigos sin notificar y consultar al Estado, y este puede poner condiciones para sus actividades. Además, el Estado puede objetar la apertura de un proceso en la CPI no sólo cuando dicho Estado lo esté investigando o lo haya procesado, sino también cuando el Estado hubiera decidido no proceder a un enjuiciamiento, a no ser por falta evidente de capacidad o de voluntad, cosa que debe probar el Fiscal. En síntesis: si Moreno depende de Iguarán para investigar, no habría nada que pueda averiguar Moreno y no Iguarán. Entonces ¿para qué Moreno?

Más aun, cualquier solicitud del fiscal Moreno para abrir un proceso debe ser aprobada antes por la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI, si el Estado así lo solicita. Y por si fuera poco, la CPI no puede juzgar a nadie en ausencia. El reo tendría que ser extraditado y estar presente en La Haya.

En tercer lugar, porque la CPI sólo está facultada para investigar crímenes cometidos después del primero de julio de 2002 (!), fecha en que el Estatuto de Roma entró en vigencia. De entrada, casi toda la para-política y la mayoría de los crímenes de lesa humanidad de los paramilitares (y de la guerrilla) están por fuera de su competencia. Y en Colombia sólo podrá investigar los crímenes de guerra que se cometan después del primero de julio de 2009 (!). ¿Entonces?

Y en cuarto lugar, pero por sobre todas las razones, porque la paz y la reconciliación son actos de soberanía nacional. Y los colombianos lo estamos haciendo ahora mejor que nadie y que nunca. Y nadie, óigase bien, nadie, tiene autoridad moral para darnos lecciones. Que el juez Baltasar Garzón resuelva primero aunque sea sólo uno de los miles de crímenes no resueltos de la Guerra Civil Española o de la era franquista, antes de meter sus narices en nuestros asuntos. Y que el fiscal Moreno no venga a amenazarnos con los dientes de leche de un tigre de papel.

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