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Una enmienda para la ley de víctimas

Quien, al tomar tinto sobre un caballo, fuere golpeado en una rodilla, tendrá derecho a reparación. De la rodilla.

Daniel Samper Ospina
28 de mayo de 2011

Dos hechos históricos sacudieron al país esta semana: la aprobación de la ley de víctimas y las airadas protestas en contra de Ricostilla, la célebre marca de caldo cuya ingesta recomendaba Carlos Calero al son de un merengue, que lanzó una promoción a nivel? nacional sin contar con el suficiente número de ollas para entregar como premio. Una enardecida turba de amas de casa, lideradas por Tutina, se tomó las calles y juró acampar en la Plaza de Bolívar hasta que respondieran con ollas para todas, en una gesta popular que constituyó la versión criolla del 15-M español.

No era para menos: estamos hablando de una olla que funciona a presión; que pita en el momento de máxima ebullición y que echa humo por todas partes. De una olla, en fin, idéntica al expresidente Uribe, que hizo lo posible por hundir la ley de víctimas porque ni él, ni los citicos, ni sus doce apóstoles fueron incluidos en ella. Pobres.

He sido duro crítico del expresidente Uribe, pero debo reconocer que esta vez estoy con él. La verdad es que la ley merecía tener un marco mucho más grande: un marco como el de las gafas de Gina Parody, al menos, que consiguiera la reparación de todo tipo de víctimas: los vecinos de Miguel Varoni, el cardiólogo de Angelino, los interlocutores de Marta Lucía Ramírez. Pero, por encima de ellos, los funcionarios del gobierno pasado: esos pobres desplazados del poder a quienes las autoridades judiciales persiguen sin cesar ante el silencio cómplice de la ciudadanía, que, en lugar de defender a sus próceres, llena cupones para ganarse ollas a presión.

La semana pasada, la fiscal pidió que apresaran a Bernardo Moreno y a María del Pilar Hurtado porque, según ella, son un peligro para la sociedad: ¿no es eso una infamia? ¿No ven, acaso, que si los detienen serán un peligro para quienes están en la cárcel?

Por fortuna, un juez negó semejante solicitud. Aún recuerdo cuando en la casa conocimos la noticia: nos abrazamos, salimos a la 15 a echar harina; les hacíamos gestos obscenos a los antiuribistas que nos miraban por la calle.

Pero el proceso continúa y no descansarán hasta ver al sanedrín de Uribe en prisión, en una pena eterna porque el encargado de construir el túnel de escape sería Andrés Uriel.

Bien: no seré yo quien calle. Elevo mi voz de protesta en favor de los despojados. Señores magistrados: deténganse. Señora fiscal: ya estuvo bueno. Si arrestan a la cúpula uribista, ¿quién ayudará a elegir a Peñalosa? No provoquen una tragedia. Mi maestro José Obdulio está a punto de engullir el laxante nefando. Ya párenla. ¿Por qué son tan duros con la pobre María del Pilar Hurtado, que ya tiene suficiente con parecerse físicamente a Armando Manzanero? Pónganse en su lugar: ¿creen que era agradable escuchar una conversación telefónica del senador Cristo? ¿Qué tiene de malo ordenar seguimientos a "blancos políticos"? ¿Querían, acaso, que espiaran a Édgar Perea, a Juan Carlos Martínez? ¡Si ellos son uribistas! ¿No se dan cuenta de que si siguen acusando a los exfuncionarios de Uribe no habrá espacio suficiente en El Tiempo para acoger a tantos columnistas?

Harto de esta ruin persecución, he decidido radicar personalmente, en compañía del doctor Jaime Lombana, la siguiente enmienda a la ley de víctimas. Es cuestión de cambiar un articulito:

1. Quien hubiere sido víctima de un atentado perpetrado con un huevo lanzado contra su calva podrá ser acreedor de un lote en Envigado, donde alguna vez existió La Catedral.

2. Quien hubiere ayudado a una excongresista a hacer pipí en una matera obtendrá permiso de residencia en Costa Rica y tanga de colores vivos.

3. Quien se hubiere apropiado ilegalmente de las acciones de una empresa será indemnizado con columna en diario de circulación nacional, programa radial y un par de tirantas.

4. Quien hubiere recibido a líderes paramilitares en el garaje del Palacio de Nariño será nombrado embajador en el Vaticano y obtendrá un cilicio de plata.

5. Quien tuviere hermano gemelo y permitiere carruseles de contratación en el sector de la salud recibirá gratis una pastilla de ibuprofeno.

6. Quien, desde una secretaría jurídica, hiciere negocios con la Bienestarina de los niños desamparados podrá quedarse con un bulto y tendrá derecho a la no repetición.

7. A los hermanos que fueren acusados de plagio universitario y tráfico de influencias, cuyo apodo recuerde una célebre caricatura animada, se les otorgará restitución de tierras en zona franca de alto valor comercial.

8. Quien otorgare subsidios agrícolas a terratenientes millonarios tendrá hueso nuevo.

9. Quien, luego de ocupar la Presidencia por dos periodos consecutivos, se encuentre en evidente estado de conflicto interno será rehabilitado en el centro de reposo homeopático Villa Valeriana, de SaludCoop.

10. Quien confesare tener tres o más testículos recibirá cuatro pasajes gratis con destino a Panamá y una yegua de paso fino.

11. Quien, al tomar tinto sobre un caballo, fuere golpeado en la rodilla, tendrá derecho a la reparación. De la rodilla.

12. Quien, pese a tanta corrupción, mantuviere alta su popularidad, deberá entregar la fórmula de su teflón para que sea aplicada en las ollas de Ricostilla, y tendrá derecho a bailar su jingle con Carlos Calero.

Promúlguese y cúmplase.

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